Altar de Cruz de Mayo en Sagua de Tánamo

Altar de Cruz de Mayo en Sagua de Tánamo.
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Altar de Cruz de Mayo
Fecha:Comienza el 3 de mayo
Lugar:Sagua de Tánamo
Descripción:
En Sagua de Tánamo la fiesta de Altar de Cruz de Mayo se registra desde finales del siglo XVIII y principios del XIX, según las entrevistas realizadas a los informantes más viejos.
Resultado:
Creencias religiosas.
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Los denominados Padrinos

Altar de Cruz de Mayo en Sagua de Tánamo. Se registra desde finales del siglo XVIII y principios del XIX,según las entrevistas realizadas a los informantes más viejos.

Orígenes

Apoya el planteamiento anterior el hecho de que tiene sus orígenes vinculados a la religión católica, y, en este municipio, la primera iglesia se construyó en el año 1714 y más tarde, en 1825 se mejoró la existente. Hacia finales del primer cuarto del siglo XIX, en la comunidad de Sagua de Tánamo estaba consolidada la religión católica como actividad de los primeros pobladores de esta región y es posible que ya comenzara a aparecer la celebración de dichos festejos en el medio social del municipio o villa como se denominó por aquel entonces.

Esta fiesta se celebraba tanto en la zona urbana como en la rural, en el mes de mayo, comenzando el día 3 de mayo por ser el día instituido por la Iglesia Católica para la celebración del Día de la Cruz. En el municipio la fiesta se desarrollaba durante nueve noches consecutivas o alternas, pero tratando de ocupar como periodo festivo todo el mes de mayo, pues el día 31 era reservado para celebrar el último día del altar al que llamaban Monte Calvario.

Lugar donde se desarrollaba

La festividad del Altar de Cruz se desarrollaba en los corredores de las casas, calles y en el interior de las viviendas en algunas ocasiones.

El momento era propicio para entonar cantos alegóricos a la cruz, a las flores, objetos del altar, a participantes, etc. Los cantos se ejecutaban en torno a un altar que se erigía con nueve escalones. En el escalón superior y último se colocaba una cruz de madera como objeto emblemático principal. En algunos altares se incluían como actividad, comer y bailar al final, pero esto no era representativo de todos ellos.

Los altares se construían utilizando mesas, cajones, largos tablones, conformados a modo de escalera. Los escalones eran cubiertos con sábanas, al igual que el techo por encima del altar, en algunas ocasiones, para dar la sensación de bóveda celestial. El mismo se decoraba con estrellas confeccionadas con papel metálico. Además de las sábanas que servían para adornar, se utilizaba la cruz que era puesta en el escalón más alto, flores naturales y artificiales, frutas, botellas decoradas, algunas imágenes de santos y la bandera cubana, quien constituía el adorno más disputado del altar por los participantes en los coritos (nombre con el cual se denominaba el coro pequeño que repetía la estrofa después del guía).

El auspicio del altar o patrocinio

Altar de Cruz de Mayo

El auspicio del altar o patrocinio corría a cargo de un padrino, quien apoyaba o respaldaba económicamente la realización del mismo, ya fuera con dinero o con los objetos que necesitaba el altar como eran las velas, la bebida, las flores y otros artículos de índole ornamental o comestible. También para la realización de un altar se necesitaba una madrina que era la encargada de recibir los objetos o el dinero que suministraba el padrino para adornar el altar, así como estar al frente de la fiesta para dar permiso a los visitantes de incorporarse a la misma, además de bajar y subir la cruz del altar.

En la fiesta podía participar todo el que lo deseare, siempre y cuando guardara una postura correcta y respetuosa y pidiera permiso para incorporarse a cantar. No había pues, distinción de posición económica o social en cuanto a la participación.

El móvil fundamental de la fiesta era religioso, si tenemos en cuenta que se realizaba para celebrar la invención de la cruz, pero algunos informantes manifiestan que esta era una festividad o actividad más de la época y tenía un carácter social, o sea, de aglutinamiento social, debido a que ni había otras actividades para la recreación y disfrute de la juventud, hecho que no solo se ponía de manifiesto en la zona rural, sino también urbana, es decir, que era una gran fiesta anual en la cual se compartía con otros en un ambiente respetuoso. El altar sirvió, pues, como medio de relación de la juventud de campos y pueblos.

Comienzo de la fiesta

La fiesta comenzaba con un rezo y cantos a la cruz. Los rezos u oratorias los iniciaba la madrina y según iban llegando los participantes, pedían permiso para incorporarse a cantar, mediante una composición poética rimada. Después, toda la noche se dedicaba a realizar controversias entre los diferentes coritos, hasta entablar una competencia, y al coro que mejor tonada y acoplamiento tuviera, junto con su solista, se le otorgaba un premio: “La Bandera del Altar”, que era la cubana y representaba al premio más ansiado y disputado. Este trofeo se introdujo en el altar después de la Guerra de Independencia.

El incluir como elemento de ornamentación del altar la bandera, y ser al mismo tiempo el premio más alto otorgado a los mejores guías de coros, significa un rasgo de cubanía, una afirmación del sentimiento nacional y una prueba de cómo los cambios sociales y políticos operados con la guerra, influyen en una manifestación cultural aparentemente desvinculada con los mismos.

La fiesta terminaba con un hecho de carácter ritual, el cual consistía en bajar la cruz y dársela a besar a los asistentes. El hecho de bajarla se realizaba con el acompañamiento de una canción que aludía a la acción en cuestión. Después de esto, en algunas ocasiones se realizaba un baile. Como actividad festiva que cerraba la jornada de nueve noches de festejos, se registra el llamado Monte Calvario, día en el cual el altar desaparece y la cruz se sitúa en una especie de bosque realizado con múltiples plantas que se traen al sitio. Entre esas plantas se encuentran: plátanos, palmitas de jardín, la caña de bambú y otras a las que se le cuelgan frutas y racimos de guineo (plátano). Ese día la cruz se sitúa en el suelo, entretejida en ese bosque artificial.

Como se expresó anteriormente, en algunos altares se realizaban bailes al final del altar, y en otros, el último día después de las doce noche. La música que se interpretaba era popular, sobre todo danzones, sones, boleros y rumbas en pocas oportunidades; el baile se desarrollaba por parejas.

La indumentaria de los participantes no revestía características especiales, es decir, diferentes a los normales del vestuario cotidiano. No obstante era una fiesta en que, de forma general, todos los participantes trataban de ir con sus mejores galas, pues era de gran concurrencia pública y a la misma asistían individuos de todos los puntos de la ciudad. La música que se interpretaba era coral religiosa y laica, teniendo en cuenta el contenido de las canciones. El acompañamiento instrumental de los bailes se hacía con grupos de música popular. Los instrumentos principales de los mismos eran bongó, claves, maracas, tumbadoras y marimbas, principalmente. Los músicos eran participantes de la localidad, no profesionales. En algunas zonas rurales utilizaban un instrumento denominado tumbadera, típico del área campesina.

Canciones

Las canciones en la festividad de Altar de Cruz, constituyeron uno de los aspectos fundamentales. Los cantos que se entonaban eran, unas veces, improvisados y alegóricos a la Virgen, objetos del altar y personas participantes en la fiesta. Otros eran cantos religiosos que con la misma letra y música fueron trasmitidos de padres a hijos.

Al comenzar la fiesta, después del rezo, se ejecutaban las canciones por parte de los participantes. Entre las primeras tonadas de los coritos se encuentra el canto de petición de permiso para incorporarse a cantar, el que se realizaba al iniciar la fiesta y cada vez que llegara un nuevo asistente con la intención de entonar canciones.

En Sagua de Tánamo se señala como tonada de petición de permiso la siguiente:

Buenas noches señorita(o Madrina):

«A todos en general
El permiso yo le pido
Para ayudarle a cantar»

A lo que respondían la madrina:

«Buenas noches caballero
A todos en general
El permiso usted lo tiene
Puede para adentro pasar»

Para la ejecución de los cantos del Altar de Cruz no se realizaban ensayos con anterioridad a la fiesta. Los coros se formaban en el lugar de celebración, aunque en ocasiones, algunas parejas ya constituían dúos por acuerdo.

Entre los coros era característica la celebración de competencias, lo cual era, hasta cierto punto, un móvil o incentivo de participación por parte de los asistentes para obtener el trofeo o premio.

Fuentes