Balneario Iporá en Tacuarembó (Uruguay)

Balneario Iporá en Tacuarembó (Uruguay)
Información sobre la plantilla
EntidadLocalidad balnearia
 • PaísBandera de Uruguay Uruguay
 • DepartamentoDepartamento Tacuarembó
 • CiudadCiudad Tacuarembó
 • Fundación1963
Iporá ecured.jpg
Entrada a la localidad del balneario Iporá

Balneario Iporá. Localidad balnearia en Uruguay perteneciente a Tacuarembó, que conforma un complejo en el que se han creado entre otras cosas, dos lagos artificiales, una pileta de natación, zona de camping, paradores, un barrio residencial y un segundo parque, el “Presidente General Manuel Oribe”.

Ubicación

Situado entre cerros a 7 kilómetros de la ciudad de Tacuarembó

Toponimia

El nombre Iporá había sido propuesto por Carlos Raúl Ríos en concurso abierto, cuyo premio era –ni más, ni menos- uno de los terrenos del fraccionamiento original. Iporá es el nombre de una ciudad brasileña del estado de Paraná; significa "agua hermosa", aunque hay quienes conjeturan que procediendo del guaraní, debió haberse escrito “Yporá”.

Historia

La aguas claras del Balneario Iporá

El proceso de construcción del balneario y del lago central, entre 1950 y 1968, se gestó como un emprendimiento de propiedad privada en la mente de Felipe Albornoz, gerente de la sucursal local del Banco de Casupá, quien hizo parcelar la zona y organizó la venta de terrenos en Tacuarembó.

Precisamente, a mediados de la década de los años 50, Felipe M. Albornoz da Costa, ideólogo y propulsor de la obra, junto a su familia, se radicaron en Tacuarembó brindándose por entero a cimentar el desarrollo empresarial y además social.

En 1963 se daba a la población de Tacuarembó las primeras referencias de lo que sería este importante complejo balneario, turístico y deportivo ubicado en el Centro Norte del país.

El predio inicial, compuesto por unas 200 hectáreas, había sido inicialmente forestado con unos 500.000 eucaliptus por industriales italianos. Fue posteriormente vendido a otros inversores y finalmente comprado por Albornoz.

Pero al momento de la explotación de la madera, el mal estado del camino hacía que el negocio no cerrara. Así, parado en la cima del cerro en donde se encuentran la piscina y el parador, miraba en su entorno las atractivas serranías, los campos y las arboledas, y la ciudad “ahí abajo”, allí nomás, casi dejándose acariciar.

Las circunstancias estaban dadas para construir allí un centro de esparcimiento y descanso para la población de Tacuarembó, salvo por un mínimo detalle para un balneario con playas: la falta de agua. Pero todas las demás condiciones estaban dadas, y la gestación de Iporá comenzó.

Estudios hidrológicos mediante, se inició la perforación de un pozo semisurgente. Llegado a los 96 metros de profundidad, mediante bomba de inmersión se logró una extracción de un caudal permanente de 6.200 litros por hora. Un generador suministraba la energía eléctrica.

En forma casi simultánea, se inició la construcción del característico parador hexagonal de paredes totalmente vidriadas y la de una piscina de medidas olímpicas en forma de "L". La escasez de maquinaria era suplantada por abundante mano de obra y la acción se realizaba en forma muy dinámica y entusiasta.

Hacia mediados de los años 1970 buena parte de los integrantes de la Asociación de Propietarios -que había quedado a cargo de los bienes comunes del balneario- se encontraba detenida a consecuencia de la dictadura. Dicha Asociación no pudo afrontar los gastos, por lo cual el municipio de Tacuarembó se hizo cargo, pasando los bienes comunes a propiedad estatal.

El lago se hizo realidad cuando el intendente de la época, Norberto Bernachín, tomó con gran entusiasmo la obra, disponiendo que mediante el empleo de maquinaria pesada, se procediera a utilizar rocas de un cerro allí existente como material de compactación para cimentar el imprescindible terraplén de contención de aguas del lago, un embalse de más de 13 hectáreas que se habilitaría para baños y pesca, procurando en sus orillas espacios de playa, de rocas, de ramblas, montes de pinos y eucaliptos.

El ideólogo del balneario miraba lo que se estaba haciendo y visualizaba lo que se podía aún hacer. Así fue que contrató al ingeniero agrónomo Pablo Briz Araújo para diseñar el enjardinado con plantas de gran colorido y arbustos que una vez crecidos no obstaculizaran ni la vista general del lago, ni del cielo y ni el verde intenso de las serranías del lugar.

Descripción del lugar

Infraestructura

La infraestructura se compone de un parador panorámico con piscina olímpica para niños y adultos, varias canchas de fútbol, voleibol y básquetbol, un camping con todos los servicios y cabañas para alquilar.

Entorno

Poblado con casas de veraneo en el Balneario Iporá

El paisaje del balneario está surcado por colinas cubiertas por montes de eucaliptos y pinos, que sirven de marco perfecto para el Lago de la Juventud, el primero de los lagos artificiales, habilitado para pesca y baños, con una superficie de 13 hectáreas. El lago está a la entrada del balneario, bordeado por playas con pintorescas sombrillas de paja en sus orillas, zonas rocosas y montes. Iporá está poblado con hermosas casas de veraneo, ubicadas azarosamente. Está unido con el centro de la ciudad de Tacuarembó a través de un camino de bitumen de 7 kilómetros de largo.

Cuando se registran lluvias torrenciales, el agua que excede el almacenamiento se evacua en forma natural por un escape que irriga ondonadas del lugar. Canteros con hortensias multicolores, palmeras de jardín, espumillas y los jardines de las viviendas que se han construido, otorgan cada vez más la belleza que se pretendía lograr. La zona de camping puede alojar unas 200 carpas y cuenta con baterías de baños con agua caliente, churrasqueras, canchas deportivas y un pequeño parque infantil.

Junto al balneario está el Parque Presidente Manuel Oribe, que cuenta con un lago artificial de mayor tamaño, habilitado para la práctica de deportes acuáticos. Recorriendo el camino de balastro, a dos kilómetros del balneario está el vivero municipal.

Véase también

Fuentes