Benito Soto Aboal

Benito Soto
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Benito Soto Aboal. Pirata
NombreBenito Soto Aboal
Nacimiento22 de marzo de 1805
Pontevedra, Galicia, Bandera de España España
Fallecimiento25 de enero de 1830
Gibraltar, Bandera del Reino Unido
OcupaciónPirata

Benito Soto Aboal. Llamado también, el último pirata del atlántico, fue un sanguinario pirata nacido en Pontevedra en 1805, que con sólo 20 años ya era temido por todos los mares por su agresividad y violencia en los ataques.

Nacimiento

Soto Aboal nace el 22 de marzo de 1805 en Pontevedra, siendo esta una de las villas marineras más pujantes de Galicia. Crece en el barrio de A Moureira, el barrio marinero de la ciudad, de ahí su natural afinidad hacia el mar.

Partida hacia mar abierto

Las duras condiciones de vida hacen que, a los diecisiete años, Benito Soto decida enrolarse en el bergantín de bandera brasileña El Defensor de Pedro. El barco, que se dedica al tráfico de esclavos, pone rumbo a Río de Janerio. Después de su estancia en Brasil la nave pone rumbo a las costas africanas.

El Motín

En 1823, con 18 años, aprovechando que estaban en África recogiendo “mercancía”, provocó un motín a bordo y se hizo con la goleta, dejando a su capitán en tierra. A grito de “abajo los portugueses” atacaron asesinaron a todos los que no estaban de acuerdo con el repentino cambio de capitán, tanto que una vez con el control del barco, mató también a su compañero de motín.

El Pirata

Era famoso a parte de por los saqueos, por la violencia contra las tripulaciones de las cuales pocos de ellos sobrevivían a su ataque.

Benito Soto atacó numerosas embarcaciones y se cuenta que reunió una gran fortuna. La primera presa de Soto fue una fragata mercante inglesa: la Morning Star, la cual es aborda y saquea por Soto y sus piratas.

Asesina a toda la tripulación, desvalija la nave y se queda con todos los tesoros y el dinero que hay en el barco.

Tras este asalto se dirigire al norte, hacia las Azores. Durante el trayecto se encuentra con la nave: el Topacio, de bandera norteamericana y que venía cargado desde Calcuta. El barco corre la misma suerte que el buque inglés, es saqueado y quemado tras ejecutar a toda la tripulación.

Ya como capitán del “Defensor de Pedro”, lo pintó de negro y lo rebautizó como La Burla Negra.Burlanegra.jpg

La Burla Negra parte hacia las Azores, abordando en su camino dos barcos portugueses, uno proveniente de Rio de Janeiro del cual se desconoce el nombre y el Cessnock. Las naves son abordadas de modo sangriento y cruel.

En Cabo Verde se cruzan con otra nave inglesa (de la que no se conoce su nombre hoy en día) que corre la misma suerte que los demás barcos asaltados por el pirata. Ocho días después, cerca de las Islas Canarias, volvió a asaltar a la armada inglesa, la fragata Sunbury es asaltada y hundida, previa ejecución de sus tripulantes.

Tras asesinar a tres de sus compañeros por considerarlos poco leales llegó al puerto de A Coruña, y fingiendo uno de los piratas de su tripulación ser el legítimo capitán, vendió a buen precio toda la carga saqueada.

Último viaje del Burla Negra

Hacia 1828 se dirigía a las costas de Cádiz, donde planeaba deshacerse de la nave para retirarse y disfrutar de las ganancias.

En el trayecto La Burla Negra encalló cerca del Ventorrillo del Chato al confundir el faro de la isla de León con el de Tarifa. Tuvieron que quedar en tierra. Allí ostentaban de su dinero y llamaron mucho la atención, tanto que justamente un superviviente del Morning Star que andaba por allí por casualidad lo reconoció y lo denunció a las autoridades.

Diesiseis de sus marineros fueran juzgados y ejecutados en Cádiz, aunque Benito Soto huyó a Gibraltar donde también fue apresado y juzgado por 75 asesinatos y 10 embarcaciones saqueadas y condenado también a la horca en 1830.

se cuenta que antes de ser ahorcado gritó a los presentes “Adiós a todos, la función ha terminado”.

El tesoro del Burla Negra

En 1904 el ABC publica una noticia acompañada de dos fotografías de la multitud que se volcó aquellos días “a la grata tarea de desenterrar duros entre la arena”. Unos trabajadores de una almadraba habían dado con unas monedas al abrir una zanja para enterrar los desperdicios de los atunes y pronto se corrió la voz desatando la euforia en la ciudad. Así se encontró parte del tesoro que guardaba la “Burla Negra”.

Fuentes