Botorrita

Botorrita
Información sobre la plantilla
Villa de España
EntidadVilla
 • PaísBandera de España España
 • ProvinciaBandera de la Provincia de Zaragoza.png Zaragoza
 • ComarcaComunidad de Calatayud
Población (1998) 
 • Total471 hab.
Botorrita.jpg
Vista del poblado.

Botorrita. Es una villa y municipio español ubicado en la comarca Comunidad de Calatayud, en la provincia de Zaragoza (a 22km. de la capital), Situado en el valle de la Huerva, próximo al río, a 462 m. de alt. Temperatura media anual, 14,3°. Precipitación anual, 370 mm. Población: en 1998, 471 hab.; en 1978, 381 hab.; en 1950, 462 hab.; en 1900, 350 hab.

Economía

El sector primario reviste gran importancia en la actividad económica, existiendo además de una fábrica cerámica, Asven-Ruiz, dedicada a la fabricación de piezas especiales para la construcción, abastecida desde una cantera de arcillas existente en el propio término municipal, así como una empresa, Largo-Cem, dedicada a la fabricación de bloques de cemento-caliza también para la construcción.

Últimamente desde el Ayuntamiento se está promoviendo la implantación de nuevas industrias, habiéndose instalado una de reciclaje de palets.

Población

Recientemente, se han aprobado las normas subsidiarias sobre urbanismo, dotándose de cerca de 300.000 m.2 de nuevo suelo apto para urbanizar, acentuándose así la tendencia a convertirse en ciudad dormitorio y lugar de segunda residencia.

La población, estancada desde la década de los 80, sufre un proceso de envejecimiento muy acusado, al igual que el resto de Aragón.

El porcentaje de población activa respecto al total es muy bajo, y se reparte entre el sector primario (10%), industria y construcción (35%), y servicios (55%), todo ello en valores aproximados. Así mismo, una buena parte de esta población activa desarrolla su trabajo fuera de la localidad.

Arqueología

En el Cabezo de las Minas, se hayan las ruinas de la antigua Contebacom, Bel de las monedas y Contrebia Belaisca latina. Ruinas ibero-romanas sobre la Huerva excavadas desde 1972 por A. Beltrán. Las investigaciones realizadas sobre los restos de la ciudad celtibérica y romana han permitido delimitar su existencia entre el siglo V a. de C. y finales del siglo II d. de C.

La destrucción del poblado, completamente incendiado, tuvo lugar el año 49, después de la victoria de César sobre los pompeyanos en Ilerda (Lérida), no siendo después reconstruida, como ocurrió con Azaila, con La Corona de Fuentes de Ebro y con otros lugares de donde fueron expulsados los habitantes y destruidos los poblados. No obstante, hay señales de restauración de la calle con piezas de molino, bajo una densa capa de cenizas y grandes troncos quemados. Bolas de piedra, de catapulta, indican la resistencia de los pobladores.

En 1979 se halló un bronce latino, escrito, del año 87 a.C., que garantiza el nombre de Contrebia Balaisca o Belaisca. (Bronce de Botorrita, Bronce de Contrebia).

Se sabe de un foso defendía la parte meridional del Cabezo de las Minas, tras lo cual una muralla, construida a finales del siglo V o en el siglo IV a. de C., protegía su zona más elevada. Se accedía al Cabezo por una vía de grandes losas, que asciende por su ladera hasta otra muralla, ésta almohadillada.

Las continuas campañas de excavaciones han puesto de manifiesto un importante conjunto arquitectónico en la parte alta del cabezo, con un gran edificio de adobe, la planta de otro con un edículo en el interior de un patio abierto, instalaciones de tipo industrial, en la ladera, en la zona alta, y extendidas hasta las tierras del norte del poblado, que ocuparon el espacio después del abandono de los edificios singulares.

El gran edificio, posiblemente datable entre los siglos III y II a. C., se asienta sobre una terraza apisonada y cruzada por muros de mampostería que sirven de cimientos a una profundidad aproximada de un metro, está construido por medio de muros de adobe apoyados en una hilada de sillares mal escuadrados y se conserva en una altura máxima de más de cuatro metros; se compone de cinco habitaciones yuxtapuestas de planta rectangular alargada, ligeramente abierta en abanico, con entrada por otras tantas puertas y un espacio vestibular con tres columnas, in situ, formadas por tambores de yeso, cuyo diámetro va disminuyendo de abajo a arriba; se han conservado también capiteles y no hay basas labradas: en los dos ángulos, a las columnas se añaden dos pilastras de las que quedan las piedras cuadradas de apoyo. Delante de este edificio se apilaron columnas, basas y capiteles, éstos pintados con franjas rojas que, procedentes del mismo edificio (o quizá, menos probablemente, de otro lugar), se pensó reutilizar y a ello deben responder las letras ibéricas grabadas en la parte inferior de las columnas. No sabemos si habría un segundo piso, lo que parece deducirse del hallazgo de un gran fragmento de pavimento en el nivel superior de la habitación 4.

Cuando se abandonó el edificio se tendieron muretes de adobe y piedras en el exterior e interior, para aprovechar los espacios, y aparecieron casas en la zona vestibular, en la parte alta de la «acrópolis» y en la ladera, adosadas a la muralla de arenisca roja, todas ellas con pocetas cilíndricas revestidas de yeso y algunas con instalaciones de tenerías o batanado, espacios rectangulares poco profundos y paralelos, que indican una producción considerable que se sumaría a los talleres de broncista, a la ceca monetaria, a la alfarería y a un activo comercio del que son muestra, además de las abundantes monedas ibéricas, dos procedentes de Ibiza y una de Sagunto. Estas instalaciones siguen en la zona al norte del barranco Zaforas, donde aparecieron en 1986, y la ciudad pervivió en época imperial, como denota el ensayo hecho en el extremo de la última zona citada, sobre la Huerva.

En la parte alta, una planta cuadrada, con muros de sillares soportando adobes y un edículo central podrían ser parte de un edificio religioso, semejante a los cananeos de la costa siria.

Al pie, junto al río, se encuentra un conjunto de habitaciones señoriales y estancias y patios destinados a trabajos agrícolas de transformación, entre dos calles bien pavimentadas. Habitaciones revestidas de estuco de colores, con un atrio, tablinum, pasillo acodado, dormitorio y gran sala, todo con pavimento opus signinum y puerta a la calle. La zona agrícola, con patio, molinos harineros, algorín y almacén con tinajas; en el patio fue hallado un bronce escrito con letras ibéricas.

En Contrebia hubo probablemente un archivo de documentos escritos sobre bronce, pues las excavaciones de 1992 pusieron a la luz el Gran Bronce de Botorrita, y en 1994 se halló otro más, con lo que son ya tres los documentos celtibéricos de la ciudad, más la tabula Contrebiensis.

Fuentes