Canímar

Canímar I
Información sobre la plantilla
Canimar-tr-290x250.jpg
Lugar:Territorios de la actual provincia de Matanzas
País(es) involucrado(s)
Cuba, Bandera de Cuba Cuba


Canímar I. Es una localidad de la provincia de Matanzas, localizado en el valle del río del mismo nombre con una gran presencia aborigen, declarado Monumento Nacional en 2010.

Caraterísticas y Ubicación

El Valle de Canímar está situado dentro de los límites de la actual ciudad de Matanzas, es de tipo fluvial. Es un cañón con escarpas erosivas muy abruptas y carsos semidesnudos donde predominan las rocas calizas cristalinas y margas areno-arcillosas. Las laderas alcanzan pendientes casi verticales de hasta 90 metros de altura.

Un agente natural importante de este paisaje es el río del mismo nombre, el mayor y más caudaloso que desemboca en la bahía matancera, con 12 kilómetros navegables. Se orienta hacia el norte y la desembocadura se ubica en la banda oriental de la bahía matancera. A dos kilómetros de esta alcanza una anchura máxima de 100 metros y las aguas llegan a seis metros de profundidad.

Presencia aborigen

En 1964, el coleccionista local Eustaquio Calera Guiberneau descubrió un residuario aborigen en El Morrillo que fue reportado y explorado inicialmente por el doctor Manuel Rivero de la Calle, entre 1965 y 1966. Hallándose restos de cazuelas de barro, hachas petaloides y adornos de concha. Este fue el inicio de las continuas exploraciones que se realizaron posteriormente en la zona.

En 1967 se exploran las cuevas Cazuela I, II, III, donde se localizaron entierros y abundante material cerámico. También en ese año se trabajó la cueva El Burén (evidencias alfareras). En 1969 se halló un importante cementerio en Solapa de Cristales. En la década de 1970 es fructífera en acontecimientos de este tipo, entre 1970 y 1972 se descubre el sitio Universidad, en 1975 el taller lítico Playita y en 1978 se exploran Hospital, San José de Buena Vista, Molino, Cairo, Victorina, Jutía, El Bongo y Camilitos I, II, III.

En los finales de este período ocurre el hallazgo del cementerio Canímar Abajo, considerado uno de los sitios funerarios más importantes de Cuba y del Caribe y en 1978 la localización en el Morrillo de un entierro humano en posición atípica, por integrantes del grupo espeleológico Carlos de la Torre.

Los sitios aborigenes

El Morillo

Este sitio fue descubierto en 1964, siendo por esa época el principal sitio agroalfarero de la región occidental de Cuba, allí se localizó una cerámica medianamente terminada con asas que copian formas de animales y otras imágenes vinculadas al pensamiento mágico aruaco. Otro de los elementos típicos de estos grupos fue el burén: especie de bandeja de barro que servía para la cocción del casabe; algunos con la impresión o molde de tejidos de cestería, probablemente esteras.

También en toda la superficie del sitio, entre la tierra removida, se colectó gran cantidad de piezas: martillos, trituradores, percutores, piedras molederas, cuentas de vértebras de pescado, olivas sonoras, hachas petaloides enteras y fragmentadas, una de ellas utilizada después de la rotura como pulidor puntas, cucharas y platos de concha, además de núcleos y lascas de sílex.

Canímar Abajo

Este sitio se localiza en la margen occidental del Río Canímar, este sitio aún no ha terminado de excavarse. Hasta el momento se han exhumado 101 esqueletos. También se verifica como un sitio de habitación. Fue reportado a finales de la década de 1970. El descubrimiento fue casual, cuando un grupo de activistas del campismo excavaron al pie del farallón para la construcción de un horno incinerador de desperdicios.

La primera campaña de excavación se realizó en l985. De los restos extraídos algunos estaban quemados por la acción de fogones propios de la cocción de alimentos. También se encontraron evidencias de ceniza, fragmentos de huesos de pescado, instrumentos de concha y de piedra.

El lugar cuenta con tres momentos culturales definidos:

  • Área de enterramiento.
  • Zona de acumulación de restos de alimentos formada casi exclusivamente por especies que vivieron en el mangle como el ostión, y la almejas.

Fondo: nueva área de enterramiento con artefactos de concha, restos de especies de moluscos y peces. Esta última a 1,50 metros de profundidad, sellada por una capa de barro produci-da por alguna crecida del río. El Doctor Ercilio Vento Canosa, plantea que la posible causa de muerte fue la anemia asociada con el parasitismo.

Estudios realizados

El estudio de paleonutrición efectuado en los restos óseos humanos de este cementerio, notifica que los grupos aborígenes que por él transitaron se dedicaron fundamentalmente a la recolección de moluscos, sobre todo en etapas tempranas, y esto se verifica por el aumento considerable de la relación estroncio-calcio (Sr/Ca) observado en las muestras analizadas. Los hombres que allí se asentaron centraron la alimentación básica en el consumo de las distintas especies de pelecipodos y gasterópodos que tanto el río como el mar cercano debieron aportarles.

En etapas tardías el índice Sr/Ca disminuye, lo que pudiera sugerir que en el área del río se redujo la potencialidad en cuanto a las especies aptas para el consumo, por el efecto de una sobreexplotación, y desviar la atención del aborigen hacia la caza de roedores, reptiles y aves cuyas carnes no son ricas en estroncio.

En otras muestras más tardías, la relación Sr/Ca aumenta, lo que parece reflejar un florecimiento estacional de la fauna de moluscos. Los fechados colagénicos reportan una antigüedad de 4000 AP y la utilización del sitio como cementerio hasta el siglo XII de nuestra era.

Playita

Este sitio está situado en la margen derecha del río Canímar, a menos de dos kilómetros de la costa en línea recta, es un sitio que sobresale en el área por las peculiaridades en la industria de la piedra tallada. Por la notable riqueza de herramientas, núcleos y desechos, es un taller de trabajo completo desde los primeros momentos de habitación, por lo que es el conjunto más representativo de las industrias del Caribe.

El estudio realizado, permitó nominar una nueva técnica para la elaboración de los instrumentos de trabajo, significativa por estar presente en otros sitios de Cuba y en otros procedentes del sur de los Estados Unidos. La técnica microlítica Playita se desarrolla a partir de la fragmentación de láminas y en menor medida de lascas para la obtención de preformas microlíticas (menos de 2 cm) sobre las que se confeccionaron herramientas mediante el retoque secundario.

La especificidad de la industria radica en las puntas de proyectil y los perforadores. Esta técnica se localiza en el Valle del Mississippi y es llamada Poverty Point y la Maxim Point, presente también en este estadio, consiste en que de una lasca matriz se pueden fabricar dos o más herramientas.

Canímar I

Se halla situado en la margen occidental del río y está relacionado con Playita por las evidencias de sílex. Aparecen puntas microlíticas, perforadores, láminas con dorso, laminillas truncadas, astillas retocadas y muescas. También aparece una capa cultural que se presenta bajo la forma de conchero bastante amplio, cubierto parcialmente por la actual capa freática. Según Kozlowski consideró en 1972, la ocupación del sitio ocurrió en un período más seco y debió ser en una regresión del nivel del mar.

Cazuela I

Se localiza en la finca San José. Es una espelunca separada del río a unos 600 metros por la margen este y a unos tres kilómetros aproximadamente al sureste del puente conocido como Canímar o Guiteras. La cueva presenta un ritual funerario caracterizado por un entierro múltiple de seis adultos y tres niños (tal vez más, pero la humedad del lugar destruyó las evidencias) rodeado de una elipse de piedras colocadas intencionalmente y con dos cazuelas con restos de comida.

Estas fueron encontradas en la parte sur del entierro y a siete metros del mismo; una de ellas completa con adornos zoomorfos y otra hecha pedazos colocada debajo de la grande. Después de restaurada se pudo observar la forma navicular y las dos asas zoomórficas un poco estilizadas.

Cueva Los Perros: Está situada en la margen este del abra del río, aquí se reportaron restos óseos del perro mudo (Indocyon caribensis), tan citado por los cronistas de Indias. También se colectó un cráneo humano.

Cristales

Está situado en la margen oriental del río fue reportado en 1969. En esta zona el río posee un alto grado de salinidad y estos pueden encontrarse en racimos en las raíces de los manglares o enterrados en las orillas lodosas. Este lugar fue utilizado como habitación y cementerio. Los restos exhumados correspondieron a dos niños y cuatro adultos (entierros primarios) y algunos huesos dispersos que pudieron ser secundarios.

Aquí destacan dos hechos: un hueso teñido de rojo y dos de los adultos presentaban deformaciones corporales. En cuanto a las industrias representativas no se reportan artefactos de concha y sólo 21 piezas de piedra tallada: 16 lascas sin forma ni confección especial (12 microlíticas y 4 macrolíticas, las otras 5 con tipologías definidas: raspador, raedera y tres laminillas).

Los esqueletos se hallaron en las capas más superficiales con sólo 10 cm de tierra por encima, por lo que los enterramientos pudieron realizarse en los momentos finales de la vida en el lugar. Por las evidencias colectadas, los pobladores de este sitio se habían especializado en la recolección de moluscos en los manglares. El mar fue el centro económico secundario por el tamaño pequeño de los peces detectados.

Centella: Trabajada por el grupo espeleológico Carlos de la Torre entre 1970 y 1975, es una cueva con pictografías. También se reportó el hallazgo de un cúbito. Fechado: 500 ane-700 ane (C).

Casualidad I

Sitio al aire libre localizado en la finca del mismo nombre en la margen occidental del río Canímar, a un kilómetro al sur de la carretera central que va de Matanzas a Limonar. Descubierto en 1987 durante la inspección al lugar por un grupo de especialistas de la Academia de Ciencias de Cuba.

En la colecta de superficie se recogieron 33 piezas en un área de 150 metros: 3 núcleos, 3 láminas, 20 lascas y restos de taller. La materia prima utilizada fue: silicita, porcelanita, jaspe pardo claro y ágata de jaspe con corteza.

Análisis de resultados

La heterogeneidad de las evidencias arqueológicas colectadas en el área de Canímar confirman la tesis de la reutilización de esta zona durante milenios por las comunidades aborígenes que poblaron esta parte del territorio de la actual provincia de Matanzas; tanto paleo, meso como neolíticas.

El Valle de Canímar constituyó un enorme ecosistema natural favorable para este tipo de asentamiento y la relación que aquellas establecieron con el medio geográfico así lo notifica.

Las comunidades paleolíticas hasta ahora estudiadas se concentran cerca de los afluentes del río Canímar (Morato y Yaití). La materia prima utilizada en sus herramientas de trabajo fue obtenida a partir de los cantos rodados localizados en las márgenes y lechos de la red fluvial. Así parece demostrarlo la composición litológica de las áreas en que se encuentran los residuarios.

Existe una amplia gama de evidencias que se corresponden a comunidades mesolíticas. Entre ellas se destacan dos sitios funerarios: Canímar Abajo (también habitacional) y Cristales; dos talleres líticos: Playita y Canímar I y algunas cuevas con pictografías como Centella.

El río les proveyó de agua potable, y al igual que el mar, de numerosos recursos naturales como fuentes de alimento y materia prima, de ahí la casi invariable cercanía de estos sitios arqueológicos a este entorno.

También el propio río les sirvió como red fluvial para su movilidad en busca de objetivos económicos concretos. Estos hombres se alimentaron con la carne de los moluscos marinos en las zonas de dominio costero: Strombus gigas, Strombus costatus, Strombus pugilis y Xancus angulatus (utilizados para la confección de diferentes artefactos), también con especies propias de la zona supralitoral, desde las mareas bajas hasta la costa arenosa y los manglares, como el ostión y el Phacoides Pectinatus.

Los moluscos terrestres formaron parte de la dieta y estuvieron representados, entre otros, por la Pomacea paludosa, Liguus sp y Zachrysia sp. El sitio de habitación Canímar Abajo muestra en los perfiles estratigráficos la evidencia clara del consumo de los moluscos como recurso alimentario importante.

El tamaño de las conchas disminuye a medida que las capas son más tardías. También se notifica en el estudio de paleonutrición de los restos óseos allí exhumados. La pesca está representada por las especies: Scarus vetula, loro de mar y la picuda, Sphyraena barracuda. La captura de crustáceos (cangrejo azul, Cardiosoma guanhumi, y el rojo, Gecarcinus ruricola) y de quelonios (caguama, Caretta caretta y el carey, Eretmochelys imbricata) están bien representados en el sitio Playita.

La actividad cinegética estuvo encaminada a la obtención de mamíferos de menor tamaño como las jutías, Capromys sp y en ocasiones otros de mayor dimensión como el Mesocnus y el Megalocnus. También consumieron el majá Santa María (Epicrates angulifer). Los sitios neolíticos aquí representados por El Morrillo, Cazuela I, II, III, Burén, Los Perros, evidencian un desarrollo económico superior que se verifica en las costumbres funerarias y en el conocimiento de las artes alfareras.

Es importante la incidencia de la cerámica en esta área. Cazuela con motivos zoomorfos en las vasijas de tipo ceremonial bien definidas, en Los Perros recipientes casi completos, en El Burén fragmentos de este elemento típico neolítico que notifi-ca el cultivo de la yuca y en El Morrillo, al parecer el verdadero sitio de habitación.

Las investigaciones en esta área han permitido verificar a través de fechados colagénicos la coexistencia espacial y temporal de las comunidades mesolíticas y neolíticas en la zona. Las informaciones establecen la vinculación por ejemplo de etapas tardías de Canímar Abajo con etapas tempranas de El Morrillo, confluenciando el siglo XII; aunque otros fechados acusan mayor antigüedad para Canímar Abajo en 500 años.

Un hecho importante en el estudio de estos grupos es constatar la presencia y convivencia de aquellos con el perro mudo, Indocyon caribensis, citado por los cronistas, cuyos restos aparecieron en la cueva Los Perros; además de animales pleistocénicos como el Mesocnus y el Megalocnus que se exhumaron en la cueva de Las Cazuelas.

Fuente