Carlos de Aragón

Carlos de Aragón
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NombreCarlos de Aragón
Nacimiento29 de mayo de 1421
Peñafiel (Valladolid)
Fallecimiento23 de septiembre de 1461.
Barcelona
ResidenciaEspaña
NacionalidadEspañol,Bandera de España España
CiudadaníaEspaña
TítuloPrincipe de viena
PredecesorBlancaI
SucesorBlanca II
CónyugeInés de Cléveris
PadresJuan de Trastámara, Blanca de Evreux
FamiliaresRey Fernando I de Aragón, rey Carlos III de Navarra.

Carlos de Aragón: Príncipe de Viana

Biografía

Príncipe de Viana, heredero de los reinos de Navarra y Aragón durante gran parte del siglo XV, Nació en Peñafiel (Valladolid) el 29 de mayo de 1421. Carlos fue hijo primogénito del infante Juan de Trastámara, Duque de Peñafiel, hijo del rey Fernando I de Aragón, y de la infanta Blanca de Evreux, hija y heredera del rey Carlos III de Navarra. Su nacimiento tuvo lugar apenas un año después de que sus padres hubiesen contraído matrimonio, de forma que, en principio, las pretensiones del infante Juan de reinar en Navarra se vieron acrecentadas mediante este feliz natalicio que aseguraba su descendencia.

Nombramiento de los padres

Entre 1425, en que el infante Juan y la infanta Blanca fueron nombrados reyes de Navarra, hasta aproximadamente 1436, Carlos apenas se movió del entorno navarro, participando en diversos actos públicos y en fiestas cortesanas, tal como era preceptivo a los miembros de su estamento. Otro de los deportes que más gustaban al príncipe era la caza en los frondosos bosques de su reino, sobre todo en el valle de Roncal. En definitiva,

la influencia paterna en estos primeros años no debió de ser muy grande, puesto que Juan I estaba mucho más ocupado en los asuntos políticos de Castilla y Aragón que de su propia familia, a la que había dejado al cuidado de la reina Blanca. La única intervención de Juan I al respecto de la vida de su hijo fue la alianza matrimonial que quiso realizar con los duques de Borgoña, razón por la que el príncipe Carlos fue prometido en matrimonio a Inés de Cleves, sobrina del duque borgoñón Felipe el Bueno. El enlace y los consiguientes festejos tuvieron lugar en Olite, el 30 de septiembre de 1439. Al año siguiente, con motivo de la ausencia de su madre, la reina Blanca, que iba a acompañar a su hija homónima para que ésta contrajese matrimonio con el entonces Príncipe de Asturias, futuro Enrique IV de Castilla.

Muerte de la madre

En efecto, según los Fueros y costumbres del reino, tras la muerte de Blanca de Evreux, reina propietaria del reino, la corona debía pasar a su hijo, y no a su esposo, que no era más que rey consorte. Juan I no quiso renunciar a su corona y, en cambio, nombró a su hijo lugarteniente general del reino, lo que éste aceptó con precaución para que ningún conflicto enturbiase la relación paterno-filial.

Pero las sospechas mutuas comenzaron a envenenar una relación que hasta ese momento había sido muy normal, azuzada por la inexperiencia del príncipe Carlos, que fue aprovechada por sus consejeros para medrar en su ánimo, y por la excesiva ambición de Juan I, que jamás quiso perder sus prerrogativas aun a costa de enfrentarse a su propio vástago. Pese a todo, entre 1441 y 1450 las apariencias fueron de paz y concordia, pues las continuas ausencias de Juan I posibilitaron el gobierno personal de Carlos de Viana en calidad de lugarteniente del reino, pero ocupándose en la práctica del nombramiento de cargos y recaudación de impuestos. El desinterés que Juan I había mostrado por los asuntos de Navarra también acabaría por tener un peso específico en el conflicto entre él y el príncipe Carlos.

Conflicto entre Juan I y Carlos de Vienas

Tras el llamado golpe de Estado de Rámaga1443, Juan I de Navarra se había convertido en la cabeza visible de la política castellana contraria al condestable Álvaro de Luna. En la batalla de Olmedo 1445 se produjo el asalto final entre ambos grupos, que finalizó con la derrota de los infantes de Aragón. Encaminado a buscar nuevas alianzas, Juan I se comprometió en un segundo matrimonio con Juana Enríquez, hija del almirante de Castilla, Fadrique Enríquez.

Por ello, a pesar de que Carlos había cumplido escrupulosamente pagando la financiación solicitada por su padre para la guerra, las noticias de este nuevo matrimonio incrementaron las suspicacias. Los descontentos comenzaban a agruparse bajo el dominio de Luis de Beaumont, condestable de Navarra, principal consejero de Carlos de Viana; al tiempo, otra facción navarra, los agramonteses, se agrupaba bajo la dirección de mosén Pierres de Peralta, que incluso peleaba a favor de Juan I en la guerra contra Castilla. La boda de Juan I y Juana Enríquez, acontecida en el verano de 144, encendió la mecha de la guerra civil en Navarra. Carlos, como príncipe heredero, se sintió entonces capacitado legalmente para reclamar el trono, pues el segundo matrimonio de su padre acababa legalmente con el usufructo que éste mantenía sobre los derechos heredados de su primera mujer. Consciente de ello, Juan I no avisó ni a su hijo ni a las Cortes de Navarra de su boda, lo que hizo estallar a los beamonteses en una gran indignación. Por si fuera poco, en 1448 falleció Inés de Cleves, dejando viudo y triste al príncipe Carlos con apenas 27 años de edad.

En 1450 Juan I viajó hacia Navarra con el objetivo de dar un golpe de efecto al conflicto, reformando las órdenes y disposiciones de cargos que había dado Carlos de Viana, revocando las decisiones de éste y situando en los principales oficios a sus hombres más leales. Carlos, enfurecido por estas desautorizaciones, escuchó las ofertas que el condestable de Castilla, Álvaro de Luna, le ofrecía para levantarse contra su padre. Esta alianza propició al príncipe de Viana un gran ejército, aunque fue derrotado en la batalla de Aibar, el 23 de octubre de 1451.

Carlos de Viana fue hecho prisionero, aunque posteriormente, en 1453, llegó a un acuerdo con su padre para su liberación, si bien fue desterrado. La indignación de los navarros fue mayor al poner Juan I a Juana Enríquez como lugarteniente del reino de Navarra, lo que obligó a los beamonteses a organizar un gobierno paralelo desde Pamplona. Mientras tanto, Carlos de Viana, recluido en su prisión itinerante, se dedicaba a escribir su Crónica de Navarra, ayudado por los libros que le traían sus carceleros. Este rasgo de tranquilidad y de serenidad humanista será siempre muy valorado por todos sus panegiristas.

Aunque en 1454 se había firmado una tregua entre todos los combatientes, en 1455 los beamonteses ocuparon San Juan de Pie de Puerto, lo que motivó la rápida reacción de Juan I, que desheredó a Carlos de Viana, nombrando heredera de Navarra a su hija Leonor, casada con Gastón de Foix, cuyas tropas a partir de ese momento se sumarían a las de los agramonteses en la guerra civil que asolaba el reino. Los reveses para el príncipe Carlos fueron muy grandes desde entonces, de tal forma que en abril de 1456 decidió abandonar Navarra y viajar hacia Nápoles para intentar obtener la ayuda de su tío Alfonso V, pero apenas llegó a verle con vida.

leida, Aytona, Fraga, Zaragoza, Miravet y Morella fueron los escenarios donde estuvo retenido el príncipe de Viana entre diciembre de 1460 y febrero de 1461. En estos tres meses, Cataluña se puso en pie de guerra contra Juan II, acusándole de violar los Fueros de Aragón y de pretender obstaculizar los derechos de Carlos en beneficio de su hijo Fernando.

La defensa que hizo sobre todo la Generalitat de Cataluña de Carlos de Viana está en relación directa con los propios problemas del principado, totalmente enfrentado a Juan II desde la época en que éste era lugarteniente del reino por nombramiento de su hermano Alfonso V. Por ello, Carlos de Viana fue la excusa perfecta para que los catalanes canalizasen toda su ira contra un rey que les había tenido prácticamente abandonados. En febrero de 1461 Juan II, ante el peligro de una guerra civil, accedió a poner en libertad a Carlos, que volvió a ser recibido como un héroe, si bien su salud comenzaba ya a estar muy deteriorada. De nuevo fue Juana Enríquez la que medió para que su esposo y la Generalitat firmasen la capitulación de Villafranca del Penedés, el 21 de junio de 1461, según la cual Carlos de Viana era lugarteniente de Cataluña y el rey era obligado a no pisar territorio aragonés, lo que en la práctica equivalía a un triunfo completo del príncipe.

Muerte

Murió en Barcelona el 23 de septiembre de 1461.

Fuentes