Casa Once Mujeres
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La Casa Once Mujeres, con 486 m² construidos sobre un terreno de 2200 m², es una residencia de veraneo, donde se reúnen padres, hijos y amigos a pasar fines de semana, o períodos más largos que se pueden llegar a extender por varias semanas especialmente en el verano.
Situación
La casa, es una residencia de veraneo, ubicada en la ladera de una duna que desciende a la playa de Cachagua, Beranda, en el Pacífico. Perteneciente a la comuna de Zapallar y dista 160 kilómetros al norte de Santiago, Chile.
Concepto
La casa Once Mujeres tiene como desafío resolver un vasto programa en un terreno que pese a su superficie, está fuertemente restringido por el código de edificación y las condiciones topográficas. El volumen resultante y la superficie construida, son el máximo posible en ambos casos.
Espacios
El lugar posee una magnífica panorámica al Pacífico, a la vez que una fuerte pendiente hacia el mar, con magníficas vistas que debían ser explotadas. Es por esto que el programa se desarrolla en tres niveles, además de una habitación para invitados bajo la piscina, en que la totalidad de las habitaciones miran al mar. Para lograr los objetivos del proyecto, lo primero fue hacer un corte vertical de nueve metros de altura, que permitiera el ingreso de luz y aire por la fachada oriente, donde se ubica el ingreso. Este corte generó un gran muro de contención que fue resuelto utilizando el sistema de Tierra Armada, que permite luego el crecimiento de vegetación, minimizando el alto impacto físico y visual de la operación.
Estructura
La casa está planteada como un volumen monolítico de hormigón visto, que alberga y desarrolla la vivienda en tres niveles. Destaca un módulo que vuela hacia el mar en el último nivel.
Materiales
Todo el moldaje ha sido hecho utilizando tabla de pino horizontal, salvo en el cuarto principal, donde este se ha dispuesto en forma vertical, para diferenciarlo del resto del programa. La totalidad de los pavimentos ha sido resuelta con mármol travertino, logrando de este modo generar la misma continuidad espacial que se logra en el cielo raso, donde la losa atraviesa los recintos sin ninguna interrupción. Los muros divisorios internos son blancos, y las puertas no poseen carpintería para lograr el mismo objetivo de continuidad que en pisos y cielos rasos. En su construcción también se ha utilizado vidrio, como lo demuestran los grandes ventanales que miran al océano ofreciendo luz y paisaje, mientras que en su lado oeste el arquitecto ha optado por ventanas de bisagra más pequeñas. Se utilizó vidrio combinado con acero en algunas divisiones internas o en las barandas de las escaleras interiores o las que cierran las terrazas exteriores.
Paisajismo
El paisajismo, en este terreno con una pendiente de 45 grados, ha sido resuelto en la idea de reforzar la vegetación propia de esta costa, en base a suculentas nativas y otras especies exóticas, presentes en el entorno. La circulación y accesibilidad en este terreno con tanta pendiente, ha sido resuelta utilizando bancas de cemento prefabricado como gradas y senderos.
