Castillos de Europa.


Castillos de Europa
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Castillo-de-Neuschwanstein.jpg
Descripción
Localización:Bandera de Francia Francia Plantilla:Geodatos Europa
Datos de su construcción
Inicio:Siglo XV


Castillos de Europa. Introducción a su historia y características Las fortificaciones medievales musulmanas presentaban diversas formas, envergaduras y nivel de complejidad, en función de la misión que desempeñasen y del lugar en el que se situaran. Así, además de alcazabas y alcázares urbanos, los musulmanes de Al-Andalus y el Magreb levantaron otras muchas construcciones de carácter militar y de menores dimensiones como castillos, torres o atalayas.

Construcción

En cambio, las rocas eran fortalezas construidas sobre un promontorio pétreo. La diferencia era importante puesto que las motas se podían minar con mucha más facilidad. Desde el punto de vista de la forma, podemos distinguir entre fortificaciones de planta regular e irregular. Los de planta regular son los que presentan una traza geométrica y simétrica en la distribución de sus elementos constructivos. Este tipo de castillo era propio de terrenos llanos. En función de su distribución, las fortalezas se pueden clasificar en concentradas y dispersas. Las primeras presentan todos sus elementos constructivos centralizados y agrupados mientras que las dispersas van agregando elementos defensivos como corachas o torres albarranas, más o menos alejados del núcleo central y principal.

Evolución

Si analizamos las fortalezas medievales cristianas desde un punto de vista evolutivo podemos observar la notable transformación que experimentaron en su fisonomía a partir del siglo XV, con la difusión de la artillería. Así, las antiguas fortalezas macizas, de muros altos y casi ciegos, sin vanos, jalonados por torres, matacanes y almenados, dejan paso a otras en las que las almenas, antes separadas entre sí, se juntan formando un parapeto corrido y de superficie convexa para rechazar los proyectiles. Se abren troneras en los muros para asomar por ellas las bocas de fuego de los cañones, y se reduce la altura de muros y torres para disminuir, en la medida de lo posible, la superficie vulnerable. Partes y funciones de la fortificación cristiana medieval El principal elemento de defensa de las fortalezas cristianas medievales eran las murallas que las rodeaban. Las murallas solían ir flanqueada por torres de muy diversas formas y tamaños. La torre del homenaje era la torre mayor y principal del castillo sirviendo de residencia y último reducto de resistencia. La muralla tenían almenaje y adarve, una especie de terraza o camino de ronda, normalmente descubierto, por donde circulaban las tropas para la defensa de la fortaleza. En la parte más alta aparecía el matacán, obra que sobresale en voladizo en la fachada de la fortificación, lo que permitía a los sitiados arrojar proyectiles o líquidos al enemigo que se acercaba al muro. Otro elemento del muro de la fortificación que permitía disparar proyectiles a los que intentaban sitiarla era la saetera. Se trataba de una abertura vertical y estrecha hecha en el muro, a través de la cual se disparaba, con arco o ballesta. Con la aparición de las bombardas y otras máquinas de artillería, a fines de la Edad Media, las fortificaciones se dotaron de troneras, aberturas en la pared del castillo que permitían colocar un cañón y dispararlo con precisión.

Ver además

Fuentes