Catedral de Girona

Catedral de Gerona
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica  |  (edificio)
Catedral de Girona.jpg
Bien de Interés Cultural 3 de junio de 1931
Descripción
Tipo:edificio
Estilo:Románico, gótico y neoclásico
Localización:Plaça de la Catedral, s/n, 17004 Gerona, España
Uso inicial:Catedral
Uso actual:Catedral
Datos de su construcción
Inicio:1015
Término:1036

La Catedral de Gerona está consagrada a Santa María se comenzó a construir en el año 1015 y finalizó en el 1036, siendo consagrada el 21 de septiembre. Posee la nave gótica más ancha del mundo, con una anchura total de 22,98 metros. De la catedral románica sólo nos quedan los claustros y la mitad norte del campanario, ya que la otra mitad tuvo que ser derruida al construir la nave gótica actual. En esta catedral podemos observar la mezcla estilos tan dispares como románico, gótico y neoclásico. Para llegar hasta la portada principal hay que ascender por una gran escalinata de finales del Siglo XVII.

Ubicación

La Catedral de Gerona está ubicada en: Plaça de la Catedral, s/n, Gerona, España

Historia

Se tiene noticia de la evolución de la catedral y sus distintas etapas de construcción a partir del año 1015 en que se hallaba en estado lamentable y ruinoso. El obispo Pedro Roger (hijo de Roger II de Cominges, conde de Carcasona), y hermano de Ermesenda de Carcasona, condesa de Barcelona y de Gerona, se ocupó de llevar a cabo las reparaciones importantes en los muros y en las cubiertas de madera. Para hacer frente a estos gastos vendió a su cuñado el conde de Barcelona Ramón Borrell la iglesia de San Daniel por la que recibió 100 onzas de oro. Cuatro años más tarde, en 1019, se dotó al edificio de manera generosa, con lo que pudieron iniciarse las obras de un claustro y sus dependencias, ampliándose en 10313 y en 1064, siempre en estilo románico. Se hicieron también obras renovadoras en la cabecera de la iglesia que se consagró nuevamente en 1038. De esta fecha datan dos obras importantes que probablemente proceden de los talleres del Rosellón: la cátedra episcopal y el ara del altar que además se vio lujosamente revestida de oro gracias a un legado especial de la condesa Ermesinda, de 300 onzas de oro.4 El patio o primitivo claustro se fue transformando durante el Siglo XII. En 1081 se había empezado a construir la torre-campanario que recaía sobre el lado sur del claustro y que fue terminada en 1117 a partir del segundo piso. A finales del Siglo XIII hubo una propuesta de obras para transformar la cabecera que se consideraba insuficiente para el culto litúrgico del momento. A este propósito, en 1292, el tesorero Guillén Jofré hizo donación de 10.000 sueldos catalanes. Pero hasta 1312 no se formalizó el proyecto. El cambio consistió en la ampliación de la cabecera con girola y nueve capillas encargadas a Enrique de Narbona. A su muerte las obras continuaron bajo la dirección de Jaime Faverán. Siguieron los arquitectos Guillermo Cors, Francisco Saplana y Pedro Sacoma que dio fin a la cabecera en 1347. Una vez terminado este espacio, el arquitecto Guillermo Monry siguió la ampliación del tramo del coro inmediato al presbiterio, finalizando esta obra en 1368. En este punto era necesario unir la parte nueva con la planta románica por medio de una nave transversal que haría las veces de crucero. La idea original era construirla en tres naves. La propuesta de continuarla con una nave única provocó la suspensión de las obras y una discusión intermitente de responsables y técnicos que duró cincuenta años. El catedralicio convocó en 1417 una reunión de maestros de obras y de expertos; tras escuchar su dictamen, aunque éste era favorable en su mayoría a las tres naves, se decidió por continuar la construcción en una única nave. Ésta tendría una altura de 34 metros, lo que la convertiría en un monumento único en la historia de la arquitectura gótica mundial. Para Nikolaus Pevsner, La estancia, a pesar de cierta desnudez, posee gran fuerza, y es sin duda, con su marcado contraste entre la zona occidental, con un solo recinto, y la oriental, con un sistema de tres unidades espaciales de altura y anchura escalonadas, la prueba más convincente del paso del estilo gótico puro al tardío. Se hizo cargo de la nueva construcción el maestro de la catedral Guillermo Bofill, imponiendo un razonado criterio en cuanto a la técnica a seguir. Así se construyó la enorme nave que mide 50 m de largo por 23 m de ancho y 34 m de alto. El maestro Bofill no vio finalizada la obra pues el último tramo se edificó ya en el Siglo XVI, a cargo del maestro José Ferrer. En 1604 se derribó el frontispicio románico que aún se conservaba.

El edificio

La fachada es barroca y fue construida en 1730. La escalinata central de acceso se construyó en 1607. En el exterior de la catedral se conserva el pórtico gótico de San Miguel, situado al norte, y el pórtico de los Apóstoles al sur, del Siglo XIV y al que se le añadieron algunas esculturas en el Siglo XV. Hay que destacar también la catedral episcopal románica del Siglo XI situada sobre la capilla mayor; el retablo mayor, de plata dorada y esmalte, obra maestra de la orfebrería gótica realizada por Bartomeu entre 1320 y 1357. En el tesoro de la catedral se puede admirar el tapiz de la Creación así como diversas esculturas. Uno de los principales arquitectos (y también escultor) del Siglo XVII fue Pere Costa i Cases.

Fachada principal

En 1606 se puso la primera piedra de esta fachada pero las obras se demoraron y no continuaron hasta 1680, parándose de nuevo y avanzando lentamente durante los años sucesivos. Hasta 1960 no se dio por terminada la obra y en los dos años siguientes, los escultores locales Josep M. Bohigas, Antoni Casamor, Jaume Busquets y Domènec Fita realizaron las esculturas monumentales que se instalaron en las hornacinas vacías. La fachada es de estilo barroco-clasicista, dividida en tres cuerpos a modo de retablo. Sobre el último cuerpo se abre un gran óculo coronado por frontón y arriba se abren siete vanos de arco rebajado o escarzano. Los nichos u hornacinas de los tres cuerpos están separados por columnas pareadas y ocupados por las esculturas de las que se ha dado noticia, realizadas en el Siglo XX.

Interior

El interior muestra la grandiosa nave única, gótica, cubierta por bóveda de arcos diagonales que se apoyan en grupos de columnillas. Los contrafuertes laterales de la primera zona albergan dos capillas por tramo. En la segunda zona, en los dos tramos antes de llegar al presbiterio, se abren amplios ventanales góticos y debajo, las ventanas del triforio que recorren ambos muros. Antes del presbiterio y cerrando el fondo de la gran nave se levanta un muro con un arco central y dos laterales, más tres óculos, dos más pequeños sobre las tres ventanitas del triforio y uno mayor en el centro, cercano a la bóveda. Las vidrieras del presbiterio son del Siglo XVI, con temática de la vida de la Virgen.

El coro

Tiene una sencilla sillería del Siglo XVI, de buena talla pero que resulta algo modesta para la categoría de esta catedral. Es obra importante la silla episcopal del maestro Eloy, que pertenece a la sillería gótica anterior. También se conserva la silla episcopal románica, elaborada en mármol de una sola pieza. En el coro se encuentra el órgano moderno de 1943 que sustituyó al del Siglo XVI construido por el maestro J. Bordons.

Presbiterio

La capilla mayor se encuentra dentro del presbiterio. Tiene un original retablo del Siglo XIV recubierto de plata que es una obra de orfebrería de mucho valor. La comenzó el maestro Bartomeu en 1325, la continuó Ramón Andreu de Gerona y la finalizó Pedro Bernés7 hacia el año 1358. Sigue la narración de la vida de Jesucristo y remata con tres figuras bajo doselete gótico, siendo la central una imagen de la Virgen con el Niño. Además del chapado de plata está adornado con esmaltes. Está resguardado por un baldaquino también de plata, sostenido por cuatro columnas. El baldaquino fue elaborado entre 1320 y 1326, probablemente por los mismos artistas que el retablo. El altar de esta capilla es una pieza románica importante que sostiene el ara de mármol labrado, de 2,5 m por 1 m de profundo. Está despojado del riquísimo frontal que tuvo (legado especial de la condesa Ermesinda): era de alabastro con varias escenas en relieve, recubierto de oro y engarzado con piedras preciosas. En 1809 fue vendido a las tropas francesas en un millón de francos, operación necesaria para poder hacer frente a los tributos impuestos por los mismos franceses.

Vidrieras

Las vidrieras de la catedral fueron, en su origen, de tres tipos. Las primeras y más antiguas se atribuyen al Maestro del Presbiterio y fueron realizadas al tiempo de iniciarse las obras del conjunto. Las segundas, atribuidas a Guillem de Letumgard se realizaron al inicio de la segunda mitad del Siglo XIV. La más importante de éstas es el Calvario situado en el centro de la girola y la gran vidriera de Antoni Thomas en la cara sur. El tercer grupo son todas aquellas incorporadas con posterioridad hasta bien entrado el Siglo XX, de las que destacan los dos rosetones del primer tercio del Siglo XVIII, obra de Francesc Saladriga, maestro vidriero barcelonés y consideradas unas de las mejores del arte barroco español. A mediados del Siglo XVIII buena parte de las vidrieras fueron destruidas, en especial los rosetones y las más modernas, sin que se sepa exactamente cómo ni por qué. La restauración se llevó a efecto casi inmediatamente, antes de acabar el siglo, con técnicas que, pasado el tiempo, dejaron los vidrios con apenas unos trazos y colores desvaídos de lo que fue la vidriera original.

Restauración

A finales del Siglo XX se realizó una labor de reconstrucción que, tras un estudio, rechazó la posibilidad de una reintegración creativa (esto es, haciendo en realidad una obra nueva sobre la anterior, dada la gran pérdida sufrida), por una restauración que aceptaba el paso del tiempo y algunos de los daños sufridos. Se trató de disminuir el impacto de la presencia de los vidrios blancos en los efectos sobre la luz y mejorar el perfil perdido de los dibujos. Aunque recuperadas, muchos de los efectos lumínicos, así como una parte significativa de los mensajes bíblicos que transmitían y que debieron ofrecer en su tiempo las vidrieras se han perdido irremediablemente. El obispo de Gerona, Francesc Pardo, inauguró en julio de 2011 la vidriera del último ventanal de la fachada norte de la Catedral, que se mantenía cerrado, una obra del artista irlandés Sean Scully con motivos abstractos. La inauguración del ventanal tras 400 años puso punto final a la restauración de la cara más deteriorada de la iglesia.

Fuentes