Caza de sirenas (cuento)

Caza de sirenas
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Casa de sirenas.jpg
Cuento para niños pequeños
Autor(a)(es)(as)Eva María Rodríguez
GéneroCuento infantil

Caza de sirenas. Cuenta la historia de algunas sirenas que disfrutaban subir a la superficie a contemplar el hermoso paisaje del mar y las costas, pero no comprendían que esto era muy peligroso para ellas.

Datos del autor

Eva María Rodríguez cursó estudios de Psicología por la UNED, que compaginó con formación en escuelas especializadas en secretariado internacional.

Poetisa por vocación, se interesó en las corrientes de la poesía modernista En los años 2010 fue directora del sitio web www.madridiario.es (un periódico digital de la ciudad de Madrid).

Dirigió el espacio CulturArt-e en el sitio web www.mdctv.com (televisión digital). Ha publicado poemas y relatos en diversas revistas y publicaciones, entre otras, La Esfera Cultural, Cuaderno de Legados Ediciones, El Importuno y Poética Digital

Valores

Prudencia, responsabilidad

Cuento

Hace mucho tiempo, en una isla solitaria rocosa en medio de un océano poco conocido, unas sirenas descansaban en lo alto de unos riscos. A las sirenas les encantaba aprovechar la marea alta para subir y mirar desde allí al horizonte mientras estaba la marea baja.

El rey del mar les había avisado muchas veces de que eso era peligroso, porque las mantenía expuestas e indefensas.

-Algún día alguien os verá y os dará caza -les decía un día sí y otro el rey del mar.

-Es imposible subir a lo alto de estos riscos mientras no suba la marea -le decían las sirenas-. Nuestra cola nos permite huir muy rápido de cualquiera.

Un día, mientras las sirenas oteaban el horizonte desde el risco más alto y peligroso de toda la isla, apareció un gran barco.

-Rápido, sirenitas, tenéis que bajar de ahí -les avisó el rey del mar.

-No le dará tiempo a llegar hasta nosotras -dijo una sirena.

-Ni siquiera podrá llegar hasta aquí -dijo otra sirena-. Es demasiado grande.

Pero se equivocaban. El barco no podía acercarse, cierto, pero del barco salieron decenas de humanos en lanchas motoras.

-¡Oh, no! -gritó el rey del mar-. Ya vienen. Os cazarán y os llevarán lejos.

Las sirenas empezaron a gritar. Querían bajar, pero con la cola no podían.

-Tranquilas -dijo una sirena-. Esas lanchas no podrán acercarse mucho. Esta zona es peligrosa y no podrán desembarcar. Mirad, se alejan.

En efecto, las lanchas se alejaron hacia la playa, fuera de la vista de las sirenas, que descansaron tranquilas. Pero poco después….

-¡Se acercan humanos! -gritó una sirena que los vio desde su risco.

-¡Saltad! -gritó el rey del mar.

-Esto está muy alto -dijo una sirena-. Nos haremos daño.

-Pero ya vienen -dijo el rey del mar-. Os van coger.

-¡Ya hemos llegado! -dijo en ese momento uno de los humanos-. Os rescataremos, señoritas. No sabemos cómo habéis llegado ahí, pero no temáis, estáis a salvo.

-¿Cómo? ¿No venís a cazarnos? -dijo una sirena.

Los humanos se miraron unos a otros, sorprendidos por la pregunta.

-¡No! Os hemos visto ahí arriba y venimos a ayudaros a bajar -dijo un humano-. ¿Por qué querríamos cazaros? Ni que fuerais sirenas o algo así.

-Es que somos…. -empezó a decir una sirena.

-Es que somos escaladoras -interrumpió otra sirena-. Estamos aquí porque nos apetece.

-Pero no es entretengáis mucho -dijo un humano-. En cuanto suba la marea esto se va a poner muy peligroso. ¿Nos quedamos y os ayudamos a bajar?

-No hace falta, muchas gracias -dijo una sirena-. Se os hace tarde.

-Está bien. Ha sido un placer -dijeron los humanos mientras se alejaban-. Nos vamos a cazar sirenas, que dicen que por aquí hay una isla secreta donde viven muchas.

-¿Qué ha pasado aquí? -preguntó el rey del mar.

-Habrá sido el hechizo de la maga submarina que viene bajo el arrecife de coral -dijo una sirena-. No han visto nuestra cola.

-Pues os habéis salvado por los pelos -dijo el rey del mar-. Ese hechizo solo funciona de día, con la marea baja. En cuanto empiece a anochecer y la marea comience a subir ellos podrán veros.

-Ahora que piensan que aquí no hay sirenas no volverán -dijo una de ellas.

-No te confíes tanto -dijo el rey del mar-. Será mejor que seáis más precavidas y responsables. Si os descubren os ponéis en peligro a vosotras y nos ponéis en peligro a todos.

-Tendremos que buscar otra manera de disfrutar de las vistas -dijo una sirena.

-Mañana buscaremos la forma entre todos -dijo el rey del mar-. De momento, disfrutemos de la cena, que ya está lista.

Fuentes

http://www.cuentoscortos.com/cuentos-originales/caza-de-sirenas

https://www.ecured.cu/Eva_Rodr%C3%ADguez_Picazo