Coccidiosis en el conejo

Coccidiosis en el conejo
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Enfermedad parasitaria de los conejos de granja.
Clasificación:Cryptosporidiiae
Agente transmisor:coccidio

Coccidiosis en el conejo. Es una de las principales enfermedades parasitarias de los conejos de granja. En las explotaciones industriales puede causar importantes pérdidas por provocar retrasos en el crecimiento, empeoramiento de los índices de transformación e incluso aumento de la mortalidad.

Esta protozoasis abre frecuentemente la puerta a otras afecciones y cabe considerarla siempre como un fenómeno patógeno potencial asociado a otras enfermedades.

Etiología

Las Eimerias son esporozoarios que se caracterizan por presentar un ciclo de vida en que se alternan las fases asexuadas (denominadas esquizogonia) y sexuadas (llamadas gametogonia, con fecundación), seguida de una fase quística (esporogonia) que permite la propagación de la especie. Este sistema es responsable que desde una forma infestante inicial se produzcan diversas generaciones endógenas, que afectan a multitud de células del hospedador.

Las Eimerias se desarrollan en las células de las mucosas del aparato digestivo (intestino e hígado) y para que la fase esporulada sea infestante requiere la maduración previa del ooquiste, en condiciones adecuadas de humedad y temperatura. La localización de los coccidios varía de una especie a otra.

Especies de coccidios identificadas en los conejos

Se han identificado hasta 11 especies de Eimerias en los conejos, sólo una de ellas afecta al hígado (E. stiedal), la cual no causa pérdidas económicas, al margen de ocasionar una alteración del hígado apreciable en el matadero y caracterizada por la formación de nódulos blanquecinos en este órgano. Si esta se produce en forma crónica puede reducir la resistencia general del organismo, haciéndolo más sensible a otras afecciones.

Las demás Eimerias se localizan estrictamente en el intestino, causando síntomas más o menos evidentes (diarrea, subconsumo de alimentos o agua, adelgazamiento, deshidratación, muerte).

Patogenia

Las manifestaciones patológicas de las coccidiosis dependen de la cantidad, especie, edad de los hospedadores y multiplicidad de especies en un sólo conejo.

Por lo general las manifestaciones clínicas pueden esquematizarse en sus diversas fases:

  • Diarreas: Según las especies, aparecen entre el 4º y 6° día después de la infestación o sea desde la ingestión de ooquistes esporulados; la gravedad máxima está entre el 8° y 10º día, cediendo 3 ó 4 días más tarde.
  • Pérdida de peso: Este hecho se da de forma paralela a la aparición de diarreas. Durante 2 ó 3 días disminuye el consumo de alimento, el desarrollo y es incluso posible que los animales pierdan hasta un 20 % de su peso en 3 días; ulteriormente los gazapos se restablecen y vuelven a su crecimiento normal.
  • Mortalidad: Se presenta de forma limitada entre los 3 y 4 días, y de forma grave e intensa alrededor del 10° día después de la infestación.
  • Excreción de ooquistes: Se produce ulteriormente una vez que ha finalizado el ciclo. La presencia de abundantes ooquistes se interpreta como que existe una presión infecciosa importante o por la presencia de coccidios de ciclo rápido.

Diagnóstico

El diagnóstico de la coccidiosis hepática se puede hacer en la necropsia por la presencia de las lesiones características en el hígado; no obstante, en casos dudosos, se puede hacer un diagnóstico diferencial con la cisticercosis hepática por medio de un frotis del contenido de la vesícula biliar en el que podemos encontrar los ooquistes de E. stiedai.

El diagnóstico clínico de la coccidiosis intestinal es prácticamente imposible en los animales vivos ya que el único signo suele ser la diarrea que puede tener múltiples causas. Las diarreas de origen parasitario son importantes sobre todo en los gazapos después del destete (4-7 semanas). Antes del destete son raras y, en cualquier caso, tienen una prevención fácil con un mínimo de higiene sanitaria y alimentaria.

A partir de las 8 semanas de edad tampoco son frecuentes a excepción de las explotaciones familiares si los animales se crían en el suelo sobre yacija y, a veces, en caso de una patología infecciosa.

En las explotaciones industriales las especies más frecuentes son E. magna y E. media que pocas veces provocan diarrea, aunque producen un leve retraso en el crecimiento y un aumento del índice de conversión del pienso durante una o dos semanas.

El diagnóstico en las granjas industriales se hace en el laboratorio. El método de elección es la coprología. La búsqueda de coccidios en el contenido intestinal de uno o dos conejos da resultados aleatorios, ya sea porque la excreción de ooquistes dura sólo 2-3 días o porque los animales mueran antes de esta fase. Asimismo, un animal enfermo desde hace 3-4 días sólo elimina algunos ooquistes.

El diagnóstico de coccidiosis en la granja debe hacerse a partir de diversas muestras de heces recogidas debajo de varias jaulas de gazapos de 5-6 semanas, y el laboratorio debe realizar un examen cuantitativo e identificar las especies presentes. Con este método, si se hace un recuento estándar, cuando se encuentren menos de 1000 ooquistes/g de heces se puede considerar la situación como relativamente satisfactoria a no ser que se identifiquen especies muy patógenas (E. intestinalis y/o E. flavescens) o bien E. irresidua.

A partir de 4000-5000 ooquistes/ g, se aconseja aplicar una profilaxis médica ya que incluso sin mortalidad ni diarrea, siempre hay una disminución del rendimiento y un riesgo de complicaciones infecciosas. (Coudert y col., 2000).

Además, es necesario aumentar el grado de higiene y tener presente que los coccidios vistos en el cebadero proceden de las madres que también hay que controlar. Cuando se identifiquen especies patógenas, aunque sea en pequeña cantidad, es recomendable realizar un tratamiento y estar alerta.

Tratamiento

En el tratamiento hay que considerar que la enfermedad muy a menudo comienza por una combinación de varios factores no específicos que hay que tener en cuenta.

Por otra parte, el tratamiento frente a coccidios sólo es eficaz en animales que se han infectado durante un periodo de tiempo corto (5-6 días) y hay que tener en cuenta que, después de un tratamiento eficaz, van a continuar en la explotación durante unos pocos días las diarreas y las muertes de animales (Lebas y col., 1997).

Las drogas más utilizadas en este momento aún son las sulfamidas. Hay que considerar que el tratamiento en el agua de bebida sólo debe emplearse en los gazapos durante la época cercana al destete para disminuir la aparición de resistencias.

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