Cold Creek Manor

Cold Creek Manor
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| Bandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos, Bandera de Canadá Canadá
Coldcreekmanor.jpg
NombreCold Creek Manor
Otro(s) nombre(s)La casa y La garganta del diablo
Estreno2003
DirectorMike Figgis
RepartoDennis Quaid, Sharon Stone, Stephen Dorff
PaisBandera de los Estados Unidos de América Estados Unidos, Bandera de Canadá Canadá

Cold Creek Manor. (La casa en España y La garganta del diablo en Hispanoamérica) es una película estadounidense / canadiense de 2003, un thriller psicológico dirigido por Mike Figgis.

Sinopsis

Para alejarse de la esclavitud que impone la frenética vida en la ciudad, Gothamites Cooper Tilson (Dennis Quaid) y su esposa, Leah (Sharon Stone), deciden hacer las maletas y mudarse con sus hijos a una mansión recién reformada a las afueras de Nueva York.

Cold Creek fue en otro tiempo una mansión grandiosa y elegante, pero ahora está en ruinas. Sin embargo, Cooper y Leah tienen todo el tiempo del mundo para devolver a la casa ese esplendor que pedía a gritos. Todo va sobre ruedas hasta que Dale Massie (Stephen Dorff), el anterior propietario de la casa, sale de prisión y reclama sus derechos sirviéndose de todos los medios a su alcance. Hay dos tipos de personas en Cold Creek los que viven en ella y los que han nacido en ella y Dale no tarda en demostrar quién va a prevalecer, teniendo en cuenta que la casa esconde un oscuro secreto.

El reparto

Ficha técnica

  • Dirección: Mike Figgis.
  • Países: USA y Canadá.
  • Año: 2003.
  • Duración: 118 min.
  • Producción: Mike Figgis y Annie Stewart.
  • Guión: Richard Jefferies.
  • Música: Mike Figgis.
  • Fotografía: Declan Quinn.
  • Montaje: Dylan Tichenor.
  • Diseño de producción: Leslie Dilley.
  • Dirección artística: Peter Grundy.
  • Vestuario: Marie-Sylvie Deveau.
  • Estreno en USA: 19 de septiembre de 2003.
  • Estreno en España: 16 de enero de 2004.

Críticas

Joaquín R. Fernández, Mike Figgis regresa al cine comercial tras numerosos años alejado de él y habiendo centrado su carrera en cintas que cabría calificar de independientes e incluso de experimentales; a su lado, Sharon Stone, una estrella apagada que, afortunadamente, aún desprende cierta luminosidad en un universo atestado de astros, y Dennis Quaid, un actor que vuelve a recuperar la fuerza de antaño, pues incluso Roland Emmerich lo ha elegido para que encabece el reparto de la superproducción "El Día de Mañana". Ambos aún tienen mucho que decir en el Hollywood actual, algo que se comprueba fácilmente si comparamos sus comedidas interpretaciones frente a la exageración de Stephen Dorff o el pasotismo de Juliette Lewis, actriz que incluso parece tener más edad que la mismísima protagonista de "Instinto básico". Sería triste, pues, que ambos artistas terminaran haciendo meras apariciones secundarias en filmes de toda clase y condición, tal y como precisamente le sucede a Christopher Plummer en "La casa".

Esta película, que apenas ingresó veinte millones de dólares en el mercado estadounidense, presenta un argumento excesivamente trillado que incorpora ciertas similitudes con productos del tipo "La mano que mece la cuna", "Río salvaje" (ambas del hoy reputado Curtis Hanson), "Atracción fatal" o "De repente, un extraño". Es este el principal fallo del filme, la carencia de un contenido sorprendente, unido todo ello a la previsibilidad de su desarrollo y al hecho de que el director precise de dos horas para contarnos una historia que no debería rebasar la duración de un sencillo telefilm.

A su favor cabe alegar que, aunque no logra enganchar al público y mantenerlo pendiente de toda la narración, al menos tampoco provoca su hastío, pues uno desea conocer cuál es la suerte de los protagonistas, y ello a pesar de que no hay que poseer una elevada inteligencia para deducirla. Es una lástima, pues, la existencia de una incomprensible morosidad en la exposición de los hechos, aunque en medio de tantos pasajes superfluos se presentan al menos algunos momentos dramáticos que merecen ser destacados (Dale enfrentándose dialécticamente a Cooper en el restaurante del pueblo, saliendo el hijo pequeño de éste en defensa de su padre, que no quiere seguirle el juego al anterior propietario de su actual morada).

La dirección de Figgis es bastante irregular, mostrándose sólida en lo que respecta a su trabajo con algunos de los intérpretes atención al momento en el que Dale llega a la casa y la incomodidad que ello provoca en sus nuevos habitantes, cuyas miradas lo dicen todo e incluso en algunos de sus aspectos técnicos (los movimientos de cámara durante la mudanza), aunque, por desgracia, en ciertas escenas no consigue transmitirnos la zozobra que en principio atenaza a los protagonistas (eso es lo que sucede cuando aparecen las serpientes por toda la mansión). El propio realizador se encarga de componer una música en general bastante correcta, aunque nada más llegar los Tilson a su nuevo hogar ya se nos pone sobre aviso del ambiente enrarecido que dominará su estancia en dicho lugar. Me quedo, sin lugar a dudas, con sus notas más intimistas y familiares, como cuando Cooper, Leah y sus hijos se instalan definitivamente en la que va a ser su residencia tras abandonar el caos de la gran ciudad.

Fuentes