Conspiración del Gran Oriente de Cuba y las Antillas
| ||||||
Conspiración del Gran Oriente de Cuba y las Antillas. Organización fraternal cubana con índole conspirativa que operó pocos años antes del inicio de las luchas por la liberación del yugo español, con el objetivo de divulgar ideas en apoyo a las actividades independentistas.
Sumario
Características
Aunque esta logia oficialmente se presentaba como una organización fraternal, en general puede catalogarse como una conspiración política al abarcar este término toda acción o conjunto de acciones secretas realizadas por varias personas con ánimo de oponerse al régimen económico, social y político existente.
Desde finales del siglo XVIII hasta vísperas de la Guerra de los Diez Años muchos individuos o incluso instituciones realizaron en Cuba una serie de conspiraciones con diferentes objetivos económicos, políticos y sociales. El objetivo de casi todas era separar a Cuba de España por la fuerza de las armas.
Origen y objetivos
Las primeras logias o talleres masónicos se establecieron en Cuba en la zona oriental a partir de 1797, organizadas por colonos franceses que llegaron huyendo de la revolución en Haití. Después se fundaron otras en La Habana y en otras ciudades. Hasta 1857 no hubo en Cuba ningún cuerpo masónico regular o irregular establecido, pues a pesar del ascenso del movimiento liberal en España, no se autorizó la actuación de cuerpos masónicos. En realidad, Fernando VII había creado el delito de francmasonería, por lo cual esta actividad era perseguida en las colonias españolas. Otra de las características de la etapa es la entrada de cubanos en instituciones masónicas extranjeras, principalmente de Estados Unidos, México y Francia.
En 1862, la masonería cubana quedó dividida al crearse la nueva institución llamada Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA). Los objetivos de esta logia eran contribuir a divulgar y desarrollar entre los elementos progresistas cubanos las ideas liberales sobre república, democracia, derechos del pueblo, libertad, igualdad y fraternidad. Con ello servía de catalizador al descontento y las aspiraciones de las figuras más radicales de la sociedad cubana de entonces, que fueron precisamente las que organizaron y prepararon el levantamiento armado que sirvió como detonante de la Guerra de los Diez Años.
Para evitar confusiones debemos precisar que por lo regular un movimiento masónico se llama generalmente “Logia” o “Gran Logia”, y que a sus componentes o “templos” también se les llama “logias”.
Inicio en las zonas occidental y central
En 1862 el médico Antonio de Castro, a su regreso del exilio, fundó en La Habana la logia Gran Oriente de Cuba y las Antillas. Se le incorporaron hombres de la talla de Francisco Vicente Aguilera, Carlos Manuel de Céspedes, Ignacio Agramonte y otros.
Las primeras logias pertenecientes a esta Gran Logia se crearon en La Habana y recibieron los nombres de San Andrés, Hijos de la Viuda, Amor Fraternal y Fe Masónica. Posteriormente se crearon otras en Matanzas y en la región central, en particular en Trinidad la Luz del Sur, dirigida por Federico Fernández Cavada. Otra se organizó en Cienfuegos bajo la dirección de Adolfo Fernández Cavada, hermano del anterior. Le siguieron nuevas logias en Santa Clara, Remedios, Sagua la Grande y otros lugares.
En la zona oriental
Entre 1863 y 1864 ya funcionaban dos logias en Santiago de Cuba, una de ellas la Oriente, a la cual ingresó Antonio Maceo en 1864. En 1866 fue creada en Puerto Príncipe la logia Tínima No. 16, bajo la dirección de Manuel Ramón Silva Barbieri, Salvador Cisneros Betancourt e Ignacio Agramonte, la cual fue creada con el fin de enmascarar las actividades de la Junta Revolucionaria del Camagüey, que ya existía desde un poco antes.
En 1867, Manuel Ramón Fernández, perteneciente a una de las logias de Santiago de Cuba, fue nombrado representante personal de Vicente Antonio de Castro en la parte occidental de la región oriental para fundar distintas logias, la primera de ellas, Estrella Tropical No. 19, la fundó en Bayamo, con Francisco Vicente Aguilera, Francisco Maceo Osorio y otros patriotas. Le siguieron, entre otras, la Buena Fe, de Manzanillo, bajo la dirección de Carlos Manuel de Céspedes, y la Sol de Oriente en Holguín, bajo la dirección de Belisario Álvarez Céspedes. En todas se desarrolló, de manera autónoma, un cuidadoso trabajo conspirativo con objetivos independentistas.
Vísperas de la primera guerra por la independencia
Al fracasar el movimiento reformista en 1867, los miembros más radicales de la burguesía terrateniente criolla intensificaron sus trajines conspirativos orientados a preparar una guerra de independencia, enmascarándolos en las actividades del cuerpo irregular masónico GOCA, cuyo carácter democrático-liberal, republicano y anticlerical difería del supuesto apoliticismo de las organizaciones masónicas clásicas, al extremo de sustituir las tres virtudes teologales (Fe, Esperanza y Caridad) por el tríptico revolucionario: Libertad, Igualdad, Fraternidad.
Puede afirmarse que bajo el manto de las logias surgidas al amparo del GOCA se llevaron a cabo los preparativos de la guerra y entraron en contacto sus principales dirigentes.
Fuentes
- Arcadio Ríos. Hechos y personajes de la Historia de Cuba. Recopilación Bibliográfica. La Habana, 2015. 320 p.
- FAR. Diccionario Enciclopédico de Historia Militar de Cuba. Primera parte (1510-1898). Tomo III. Centro de Historia Militar de las FAR. La Habana, 2006.
