Cultura Marajoara

Cultura Marajoara
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Concepto:Civilización precolombina que floreció en la isla de Marajó, en la desembocadura del Río Amazonas en Brasil.

Cultura Marajoara, también conocida como Cultura Marayó es una remota cultura amazónica. Floreció en la gran Isla de Marajó (Brasil), en el Archipiélago de Marajó durante más de mil años (400-1500), alcanzando un desarrollo artístico y social muy notable y llegando a albergar a una población de unos 100.000 habitantes.

Fue una civilización brasileña con una amplia producción de cerámica, a tal escala que se cree fue realizada por artesanos especializados, donde se encuentran: vasijas, botes, piezas mortuorias y urnas funerarias, tangas, cencerros, figuras, bancos, adornos labiales y para las orejas; entre los objetos rituales: pipas tubulares y pintaderas para maquillar sus cuerpos.

Además, su arquitectura bien definida y con caracteríticas uniformes ha sido objeto de estudio y especialización de numerosos arqueólogos. Todo lo cual ha sido llamado como una cultura Marajoara. Los primeros descubrimientos de esta cultura fueron realizados por los científicos americanos Betty Meggers y Clifford Evans.

Características

Los primeros registros de cerámica encontrados en la región por historiadores y arqueólogos tenían algunas características, entre ellas: la representación de animales en formas humanas (zoomorfismo); las representaciones femeninas, ya que temas como la fecundidad eran importantes para los habitantes de Ilha de Marajó; y el antropomorfismo, que atribuye características de los seres humanos a las deidades.

La cultura marajoara se concentraba en las regiones bajas y anegadizas alrededor del Lago Arari, donde sus habitantes construían montículos -algunos con más de 10 metros de altura y 200 de largo- para cultivos, viviendas, cementerios y realización de ceremonias.

Origen

Según la arqueóloga Denise Pahl Schaan, en su artículo Cultura Marajoara confirma: Donde el Amazonas encuentra el Atlántico, hace millones de años se formó el Archipiélago de Marajó, el cual está formado por un conjunto de islas que constituyen el archipiélago fluvial más grande del mundo -47.000 km2-: Marajó, vocablo tupí que significa "protección del mar".

Su isla más grande -también llamada Marajó- es llana con suelos no muy aptos para la agricultura; durante la estación de lluvias esta rodeada de agua dulce, mientras que en la seca (julio-diciembre) en la parte septentrional el agua es salada. La mitad occidental está cubierta de bosques, en su mayoría inundados; mientras en la oriental hay inmensas praderas.

El origen de la cultura marajoara es objeto de debate, para algunos comienza con grupos que llegaron desde otras regiones de Sudamérica, probablemente de la zona subandina; otros sugieren que fue resultado de una evolución de las poblaciones locales.

Por su localización estratégica, la Isla estuvo en el centro de la disputa entre las naciones europeas en los primeros años de la colonización.

Poblaciones

Según el jesuita español Antonio Vieira (1608-1697) estaba habitada por diversas naciones que constituían dos grupos distintos: Aruanas y Nheengaíbas. Los Aruanas hablaban lengua arawak y en su expansión vinieron ocupando la costa norte de Sudamérica y entraron en su isla principal Isla de Marajó (Brasil) doscientos años antes de la conquista.

Los Nheengaíbas (en tupí: "gente de lengua incomprensible"), cuya filiación lingüística es una incógnita, eran alrededor de 29 naciones indígenas diferentes, el padre Viera cita los Anajás, Mapúas, Paucacas, Guajarás, Pixipixis, Boccas, Pauxos, Mmaianazes, Mocoes, Jurumas, Muanás y Sacacas. Algunos de esos nombres designan lugares donde fueron encontrados más tarde sitios arqueológicos de la Cultura Marajoara, los que sugiere que los Nheengaíbas habrían sido los productores de la cerámica.

Observaciones de Betty Meggers y Clifford Evans

A fines de los años 1940, la pareja de arqueólogos estadounidenses Betty Meggers y Clifford Evans, estudiantes de la Universidad de Columbia, llegaron a realizar investigaciones para la tesis de doctorado en el delta amazónico. Notaron que los montículos ("tesos", "aterros") siempre eran encontrados en grupos y que en ellos algunos contenían cerámica decorada y otros sólo presentaban cerámica simple, de uso doméstico. Había una diferencia funcional: estaban los montículos-cementerio donde encontraban la cerámica decorada y urnas funerarias y los de actividad cotidiana separados a esos.

Además, identificaron sitios dispersos por la isla con cerámicas diferentes a la marajoara de manufactura más modesta. Concluyeron que hubo poblaciones de orígenes diferentes, pero que eventualmente habían convivido unas con las otras. Llamaron a las ocupaciones anteriores a la Marajoara fases Ananatuba, Mangueiras y Formiga.

Las dataciones obtenidas muestran que la isla fue ocupada entre el 1.500 y 900 a. C. (fases Ananatuba y Mangueiras). Después de un intervalo de casi 800 años, volvió, ya en el inicio de la era Cristiana, a recibir poblaciones relacionadas con la fase Formiga, que sobrevivieron hasta el año 800 d. C. cuando fueron asimilados por la fase Marajoara que declina hacia el año 1300, reemplazada por la Aruana que portaban los nuevos grupos llegados a la isla.

Características de las fases alfareras

Ananatuba: se encuentra en varios restos arqueológicos de la costa norte. La capas de tierra con tiestos son más gruesas y los restos más abundantes que las demás, excepto la Marajoara, indicando una vida sedentaria con ocupación prolongada de la aldea, o bien una población más numerosa. La cerámica es dura y lisa, con una coloración superficial entre amarilla y castaño. Sólo un pequeño porcentaje muestra adornos incisos y diseños bien acabados. Su final resultó de la conquista del territorio por grupos que hasta entonces ocupaban el extremo oeste de Marajó y la isla de Caviana y portaban una diferente tradición cerámica.

Mangueiras: La mayoría de las piezas son pequeñas vasijas y tazones sin decoración, utilizados seguramente como recipientes de cocina. La decoración resultaba del raspado de la superficie formando líneas paralelas y cruzadas. Son características de la fase la representación de figuras (ídolo).

Formiga: De menor calidad que las anteriores, tiene un color rojo ceniciento, las pocas que tenían decoración no guardaban ningún estilo característico.

Marajoara: Aparecen los cacicazgos producto de uniones de grupos. La amplia producción de cerámica se cree fue realizada por artesanos especializados, hay vasijas, botes, piezas mortuorias y urnas funerarias, tangas, cencerros, figuras, bancos, adornos labiales y para las orejas; entre los objetos rituales: pipas tubulares y pintaderas para maquillar sus cuerpos.

Los motivos de decoración en general son dibujos laberínticos simétricos y repetitivos, aunque abundan imágenes zoomorfas y antropomorfas como expresión de mitos y creencias.

Arua: Cerámica sencilla, con porcentajes de piezas decoradas menores a los de todas las fases mencionadas, los adornos se limitaban a una serie de anillo o círculos alrededor de las urnas funerarias. Como en la fase Marajoara, los pueblos practicaban entierros secundarios en vasijas grandes, pero agrupaban las urnas sobre la superficie del suelo en vez de enterrarlas en montículos artificiales. Las aldeas, establecidas a lo largo de los canales en los bosques próximos a la costa, eran más pequeñas y menos duraderas que las de cualquiera de las demás fases.

Historia

El arte marajoara surgió con los indígenas que ocuparon la región entre mediados de los años 400 y 1400. Según los registros, se cree que el lugar donde hoy se encuentra la Isla de Marajó (Brasil) ha sido ocupado varias veces. Estas ocupaciones se dividen en cinco fases.

La fase Marajoara, que es cuando se empieza a producir cerámica, corresponde a la cuarta fase de esta exhuberante cultura.

Fuentes