Desarrollo de la memoria infantil

Desarrollo de la memoria infantil
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Concepto:El niño tiene mayor retentividad y aprende con mayor facilidad.

Desarrollo de la memoria infantil. La memoria infantil es un elemento manuable de la personalidad del niño

Desarrollo de la memoria del niño

Muchas personas creen que la memoria del adulto es siempre menor que la del niño. Los estudios experimentales prueban, al contrario, que el adulto aprende con mayor facilidad, es decir, con menor esfuerzo y en menos tiempo que los niños. Y sin embargo, estas personas no se equivocan del todo.

El niño tiene mayor retentividad, si bien menor facilidad para aprender y menor memoria inmediata que las personas mayores. La primera de estas cualidades es muy pobre en los niños muy pequeños, como lo prueba el hecho de que cuando un niño se vuelve sordo antes de los cinco años de edad, con el oído también pierde el habla.

Según los estudios de Meumann y Wessely, la retentividad aumenta hasta los 11 o 14 años y después disminuye gradualmente. No sucede lo mismo con la facilidad para aprender. Esta se desarrolla lentamente hasta los 13 o 14 años y con mucha rapidez de 13 a 16, y llega a su máximo a los 22 o 25 años. Después el poder de aprender permanece casi estacionario hasta los 50 años de edad, en que empieza a disminuir.

El hecho de que el adulto aprende con mayor facilidad que el niño se explica observando que el adulto pone una atención más concentrada en el ejercicio de memorización, se interesa más por éste, comprende mejor lo aprendido y emplea métodos más económicos.

Educación de la memoria

La edad escolar (de 6 a 14 años) es el período en que más se desarrolla la retentividad del niño. Conviene pues aprovecharla, ejercitando la memoria con ejercicios adecuados, y habituando a emplear métodos de memorización eficaces y económicos. La experiencia ha demostrado que los ejercicios de memorización no deben ser formales, sino utilitarios interesantes para el niño. La repetición implícita, los ejercicios en forma de juego o en forma de competencia y la preparación de actos interesantes (fiestas escolares representaciones dramáticas, etc.) son los medios más indicados para este ramo de la educación.

Técnica de la memorización

En la memorización influyen numerosas condiciones, unas objetivas o exteriores y otras subjetivas. Son objetivas el número de repeticiones, el procedimiento usado en la memorización, la distribución de las repeticiones, la naturaleza del material aprendido, el ritmo, el reposo, la rapidez del aprendizaje, la hora del día, y otras menos importantes. Las condiciones subjetivas o internas son la concentración de la atención, el interés, la comprensión del asunto, la práctica, el llamado tipo, de representación, la actitud mental del sujeto, la multiplicidad de las impresiones sensoriales del sujeto, el número de asociaciones.

Repetición

Mientras más se repita la presentación de un asunto, mejor se conserva en la memoria. Esta regla tiene un límite, y es el determinado por la fatiga del sujeto. Después de cierto número de repeticiones consecutivas en una sola sesión, las presentaciones nuevas no ejercen ninguna influencia favorable. Es, por consiguiente, inútil tratar de aprender en una sola sesión un material que exija un número de repeticiones demasiado grande.

La repetición se puede hacer de varios modos:

  • Dividiendo el material (Método fragmentario): Se divide en varios trozos y aprendiendo éstos uno a uno
  • leyendo en cada una de las repeticiones el material entero (Método global): Se lee el material de un extremo a otro.
  • hacer varias lecturas por el método global, aprender después por el método fragmentario las partes que parezcan más difíciles, volviendo en seguida al método global, hasta acabar el ejercicio de memorización (Método mixto)
  • La repetición mental (leer para sí) es más eficaz que la lectura en alta voz, porque exige una atención más concentrada. Los niños pequeños, no obstante, aprenden mejor leyendo en voz baja o de mediana intensidad.

Distribuyendo las repeticiones de manera que cada grupo de lecturas esté separado de los otros por pausas suficientemente largas (24 horas), se obtiene una gran economía de tiempo y de trabajo. Algunos psicólogos, afirman que la distribución más eficaz es la que reduce a una las repeticiones hechas en cada sesión. Esto no ha podido comprobarse, y es indudable que las repeticiones hechas en cada sesión deben ser de un número muy corto.

Memorización

Respecto a la naturaleza del material aprendido, los experimentos han probado que mientras más comprensible sea el asunto y mejor unidas las ideas por sus conexiones lógicas, la memorización es más fácil y económica. Ebbingbaus asegura que la memoria lógica o de ideas es 10 veces más fuerte que la mecánica o verbal; Binet, más radical, la estima 25 veces mayor.

La extensión de lo aprendido debe estar en armonía con la capacidad del educando. El ejercicio será tan largo como lo permita la memoria del sujeto.

El ritmo, tanto el físico como el mental, favorece el aprendizaje. Si se trata, de aprender sílabas, la ordenación de éstas en grupos de dos, acentuadas de un modo determinado, hace más fácil la memorización. Y el mismo efecto produce la reunión de palabras en grupos o frases presentadas con cierto orden y regularidad.

El reposo después de cada trabajo de memorización es necesario para la organización de los recuerdos. Después de una serie de repeticiones no debemos hacer otro ejercicio de la misma clase. Las horas mejores para el estudio (tratándose de niños) son las de la mañana, y en cuanto a la rapidez de las repeticiones, aunque facilita el aprendizaje, no es favorable a la conservación permanente del recuerdo. Para fijar tenazmente lo aprendido es preferible cierta lentitud al principio y mayor rapidez después de cierto número de presentaciones.

Entre las condiciones subjetivas de la memorización, las más importantes son la atención, el interés, la actitud mental del sujeto y la comprensión del sujeto. Mientras mas concentrada sea la primera, más eficaz y breve será el trabajo de aprender. Esta regla no es aplicable a los niños pequeños, los cuales, por la naturaleza de su atención, necesitan repetir mucho el material que memorizar.

El interés definido, como una actividad unificada, es un factor importantísimo de la memorización. Cuando ésta no es interesante, hay necesidad de forzar la atención, lo cual es muy difícil para el niño.

La atención dirigida a la comprensión del asunto es más eficaz que la meramente sensorial. La práctica facilita también la memorización, porque disciplina la atención y contribuye a formar métodos más fáciles y disposiciones de ánimo favorables al trabajo.

Se puede plantear que la mejor manera de educar la memoria consiste en ejercitar al niño con trabajos adaptados al estado de su desarrollo mental y de acuerdo con la técnica de la memorización existentes.

Fuente

  • Aguayo, A.M. Pedagogía. Imprenta:"La Moderna Poesía". La Habana, 1924.

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