Descubrimiento de Las Tunas

Descubrimiento de Las Tunas
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Descubrimiento de Las Tunas, el primer contacto aborigen hispánico en la comarca que abarca el municipio Las Tunas.

Historia

Este sitio ocupado por el entonces cacicazgo de Cueybá, se produjo en 1510, cuando el conquistador Alonso de Ojeda, corrió la suerte de recalar en territorio de Cueybá, después de ser arrojado por una tormenta a la costa sur de Cuba, cuando preso del primer pirata de América, Bernardino de Talavera, se dirigía desde San Sebastián de Urabá en el golfo del Darién en Colombia hacia La Española.

Síntesis

Las naves en que viajaban recalaron en el puerto de Jagua, al sur de Cienfuegos y averiadas sin poder repararlas y escasos de víveres decidieron seguir por tierra hasta la punta de Maisí para desde allí intentar llegar a La Española, pero fueron rechazados por los aborígenes en su andar por las costas cenagosas, lo que los obligó a realizar la travesía a través de los manglares. Al respecto el Dr. Oswaldo Morales Patiño escribió: ... Esta partida de 70 españoles fue hostilizada por los indios de Cuba que salían a resistir a los caminos para que no entrasen en los pueblos... pasaron dificultades sin cuento hasta llegar al pueblo de Cueybá, cuyo cacique los acogió favorablemente regalándole Ojeda una imagen de la Virgen que llevaba en su mochila...

Historia

El Dr. Ignacio José de Urrutia y Montoya aclara que Ojeda en su angustia había hecho voto a la imagen de la Virgen de dejarla colocada en el primer pueblo que lo salvase y la presentó al cacique. ... Hízole éste (dice Urrutia) una ermita (sic) donde se colocó, con toscos adornos y finos afectos, y como ya estos europeos sabían algunos términos del país, no fue difícil instruir por mayor a sus naturales de la grandeza de nuestra Reyna ... adornaron la ermita (sic) con paños de algodón, y la mantenían con aseo, saludándola con la salutación angélica e hicieron coplas en su idioma a nuestra Señora y en sus bailes y regocijos que llamaban areytos que les cantaban ensalzando su santísimo nombre. Tanto la ermita de Colón como la de Ojeda, vinieron a ser con la de Macaca los tres primeros templos católicos de Cuba, erigidos por los conquistadores y donde se rindió culto a la Virgen María por primera vez en el país, que se conozca hasta la fecha. Diego Velásquez, al fundar la villa de San Salvador de Bayamo en noviembre de 1513, mandó a citar al cacique de Cueybá para que asistiese a dicha ceremonia, lo que se corrobora en su Carta de Relación de la Conquista de Cuba a su Majestad el Rey de España, Fernando el Católico, el primero de abril de 1514, en la cual expresa: ...E ocho días después que llegó á la provincia de Bayamo porque tenía pensamiento de asentar un pueblo en ella ó en la de Guacanayabo, en la que mejor sitio se hallase y lo necesario á el tuviese, envió á las provincias de Maniabón é Boyucar é el Cayaguayo é Mahaha é Cueybá, que es todo á 15 e 20 á leguas de la dicha provincia de Bayamo, quarenta ombres (sic) con cristianos que sabían la lengua á llamar á todos los caciques é indios dellas (sic) entre tanto que se hallaba el dicho asiento; para que venidas, se comenzase á aprovechar y asentar el pueblo, hasta que en nombre de V.A. se hiciese el repartimiento; é venidos los indios porque envió, de que arriba hace mención dio vecindades á los que la quisieron, para que los tuviesen como los que dio en Asunción.. Más adelante en la Carta de Relación de Velásquez anotó: “es de haber proveído en la dicha villa de San Salvador lo que convenía é así mismo hablado á los caciques de las dichas provincias que vinieron á servir á la dicha villa de San Salvador.” Como se aprecia, en las provincias indígenas de Boyucar, hoy conforma el municipio Las Tunas, el sistema de encomiendas fue aplicado por Diego Velásquez y los aborígenes de esta comarca no estuvieron ajenos al mismo.

Travesía

Durante la travesía hacia Camagüey, hicieron escala en Cueybá. Entre la gente de Narváez, iban algunos de los hombres que habían estado en dicho lugar tres años antes y según proclama Urrutia estaban "recordando en la bonanza los trabajos de la tormenta, refrescando la memoria de la gran devoción con que aquellos naturales habían quedado hacia la inmaculada Señora". Acompañaba a los conquistadores el padre Fray Bartolomé de las Casas y allí en Cueybá contemplaba cómo los aborígenes trataban a la Virgen María, situada en la rústica iglesia de guano bellamente engalanada.

Palabras

Según Ignacio José de Urrutia: Oíales con agrado el bachiller Casas llevando consigo otra imagen muy devota de la misma Reyna, propuso en sí permutar con los indios por la que Ojeda les había dado. Recibieron los naturales con agrado á los nuestros, proveyéndolos de vestimenta, alojamiento y demás posible a su descanso, hallaron la iglesia que se había edificado a nuestra Señora, muy adornada con paños de algodón y un altar en que estaba colocada su imagen. El Padre de las Casas, encontró tan favorable situación en Cueybá que realizó varios bautizos de párvulos, ante la complacencia de sus progenitores. Todo cambió en la comunidad aborigen cuando Las Casas llamó a Cacicaná, jefe de la comarca para hablarle del cambio de la imagen de la Virgen, según el propio prelado se le reconoció tristeza y desagrado y al llegar la noche el cacique, temeroso de que le cambiasen la imagen que adoraban, la llevó consigo en precipitada fuga hacia las montañas, donde se ocultó con ella. Al día siguiente Las Casas determinó decir una misa en la iglesia aborigen y para ello mandó llamar al cacique para que asistiese. Los integrantes de la tribu indígena le respondieron que su señor se había llevado la imagen por miedo a que el Padre de las Casas se la tomase.

Urrutia escribió al respecto: ... Esta demostración puso en cuidado a los nuestros, recelando que pudiese causar tanto desagrado a los naturales, que pasasen de la paz en que fueron hallados á alguna inquietud dañosa, y para precaverla, se mandaron indios que solicitando al cacique le certificasen de parte del Capitán y del Padre que no se le despojaría de la imagen, ante sí se les daría graciosamente la otra. A pesar de los esfuerzos de Las Casas, el cacique no regresó hasta que los españoles se habían retirado en su marcha hacia Puerto Príncipe y Maniabón. Durante el siglo XVII, la zona de Las Tunas sufrió varias mercedaciones de tierras, pues era uno de los territorios cubanos en que menos mercedes se habían concedido, y para el 13 de octubre de 1729, su división quedó conformada por los hatos de Puerto Rico de don Gabriel Zayas, el de Rompe de los herederos de Isabela Montero y Las Tunas perteneciente a Diego Clemente del Rivero. Todos dedicaban sus producciones para el abasto a la villa de Bayamo

Bibliografía

  • José Manuel Guarch del Monte: Estructura para las Comunidades Aborígenes de Cuba. Ensayo. Ediciones Holguín, 1990.
  • Notas de clases, en curso impartido sobre Arqueología por José M. Guarch y especialistas del Departamento Centro Oriental de Arqueología en 1987, Viñales, Pinar del Río.
  • Lourdes Domínguez, Jorge Febles y Alexis Rives: “Las comunidades aborígenes de Cuba”. La Colonia, Editora Política, La Habana, 1994.

Enrique Alonso, Hilario Carmenate Rodríguez y Esperanza Blanco: Apuntes para la historia más antigua de Pinar del Río, Academia de Ciencias, Pinar del Río, 1990.

  • Eduardo Torres-Cuevas: El espacio, el hombre, el tiempo, Historia de Cuba, Editorial Pueblo y Educación, La Habana, 2001.
  • Las Tunas: Síntesis Histórica Provincial. Editorial Historia del Instituto de Historia de Cuba. La Habana 2010