Discriminación racial en Cuba

Discriminación racial en Cuba
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Venta de esclavos.jpg
Fecha:Siglo XIX1959
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba

Discriminación racial en Cuba. Fue uno de los problemas más complejos que tuvo que enfrentar la Revolución, una parte del programa de transformaciones llevado a acabo por el Estado cubano, estuvo encaminado a erradicarla y terminar con los prejuicios raciales. La discriminación racial es un concepto que suele identificarse con el de racismo y que lo abarca, aunque se trata de conceptos que no coinciden exactamente. Mientras que el racismo es una ideología basada en la superioridad de unas razas o etnias sobre otras, la discriminación racial es un acto que, aunque suele estar fundado en una ideología racista, no siempre lo está. [1]

Surgimiento en Cuba

Coincidiendo con el auge de la plantación esclavista, en el Siglo XIX fueron aplicadas medidas discriminatorias en la enseñanza contra negros y mulatos libres, y se prohibió a personas no blancas ejercer el magisterio.

En el año 1800 el 25 por ciento del alumnado eran niños negros, mientras en 1861 estos sólo representaban el tres por ciento.

Desde 1801 existía la prohibición del matrimonio entre negros y blancos, si no era autorizado por el Capitán General, pero estos permisos se otorgaban raramente, por lo que predominaron las uniones extramatrimoniales. Se registran autorizaciones dadas solo después de 40 años de concubinato, previa la comprobación de la honestidad de ambos.

Casi todos los artesanos fueron desde el Siglo XVII, negros y mulatos libres, diestros en diversos oficios. Después de abolida la esclavitud definitivamente en 1886, los negros se convirtieron en obreros en su mayoría, pues empezaron a ser desplazados del artesanado por inmigrantes españoles (principalmente catalanes, gallegos y asturianos).

Etapa republicana

Con el dominio económico, político y militar yanqui, se implantó en Cuba un régimen discriminador de los pobres, de los negros y mulatos, de las mujeres, de los trabajadores agrícolas y de los obreros.

En La Habana de los años cincuenta del siglo XX los estudios universitarios eran parcela prácticamente vedada a negros y mestizos. Igual lo eran los institutos de segunda enseñanza y otras escuelas, comenzando por las privadas.

El trabajo de oficinistas, tanto en empresas privadas como en los órganos de gobierno, tampoco era fuente de empleo para negros y mestizos. Igualmente ocurría con el sector de dependientes del comercio.

Las sociedades de recreo y los clubes estaban segregados: clubes para blancos y clubes para negros y hasta para mestizos solamente. Los negros podían ser obreros agrícolas, trabajar en artes y oficios, ser obreros de la construcción. Para las mujeres, el trabajo como empleadas domésticas. Los cuerpos de policía eran casi solo de blancos, al igual que las fuerzas armadas, sobre todo la oficialidad. El único sector que mantuvo la tradición existente desde el siglo XVIII con amplia participación de negros y mestizos fue la música.

La política era también negocio de blancos. El único partido político en el que los negros podían desarrollar sus cualidades de dirigentes era en el Partido Socialista Popular, su Secretario General, Blas Roca, era un mulato.

Dentro de la sociedad burguesa cubana hubo instituciones que enfrentaron, con su práctica, la discriminación racial. Entre ellas se encuentra la masonería cubana y, especialmente, su rama juvenil, la Asociación de Jóvenes Esperanza de la Fraternidad (AJEF), que agrupaba a adolescentes y jóvenes entre 14 y 21 años de edad.

La discriminación racial predominó en Cuba en la etapa republicana hasta el triunfo de la Revolución Cubana, en 1959. Era tanto económica como social ya que debían desempeñar los trabajos peor pagados, estaban excluidos de múltiples empleos y profesiones; se les consideraba inferiores.

Lucha contra la discriminación racial

El 22 de marzo de 1959, Fidel Castro fijó la posición y el camino del Gobierno Revolucionario respecto a éste cáncer de la sociedad cubana. En ese entonces expresó:

«Hay que dictar el anatema y la condenación pública contra aquellos que llenos de pasados resabios, de pasados prejuiciosos, tienen el poco escrúpulo de discriminar a unos cubanos, de maltratar a unos cubanos por cuestiones de piel más clara o más oscura.»

El 21 de abril de 1959 se aprueba la La ley N.o 270 que declara de uso público todas las costas y playas del país, con lo que se pone fin a la indebida apropiación de zonas costeras importantes por entidades privadas y, además, se liquidan el exclusivismo y diversas formas de discriminación racial que en estos lugares se practicaban.

Terminaron las playas exclusivas, los barrios residenciales exclusivos, los clubes, parques, hoteles con su calificativo "exclusivos"; no se limitaría más el acceso a los centros de trabajo. Blancos y negros iban a disfrutar con iguales derechos, los mismos derechos al trabajo, a la cultura, al deporte, cero privilegios de color, casta, posición social.

La exclusión por motivos raciales fue eliminada en una nueva práctica que ha prevalecido hasta la actualidad como principio del nuevo proceso revolucionario.

Véase también

Referencias

Fuentes