Doña Guiomar

Doña Guiomar
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NombreDoña Guiomar de Guzmán
NacimientoSevilla, Bandera de España España
NacionalidadEspañola

Doña Guiomar. Fue una sevillana que para la época en que vivió fue, sin dudas, una mujer excepcional, cuya audacia e inteligencia les permitieron ganar un lugar en la colonización de Cuba. No en vano, fue una de las pocas personas que decidió embarcarse en el negocio de la explotación del Cobre, produciendo entre 1540 y 1546 más de 90.000 libras de mineral. El negocio no resultó finalmente rentable pero su participación es una buena muestra del carácter industrioso de esta mujer.

Su biógrafa, la prestigiosa historiadora Hortensia Pichardo, la calificó como figura interesante del siglo XVI, (…)

española que llegó a Cuba acompañando a su esposo, el contador Pedro de Paz, en febrero de 1521, y vivió en ella —salvo un pequeño intervalo en que residió en Sevilla— largos años durante los cuales fue figura dominante en la colonia

Síntesis biográfica

Se presume que en 1521 llegó Doña Guiomar a Santiago de Cuba, acompañando a su esposo, el contador Pedro de Paz. Pero no fue durante este matrimonio que se hizo sentir en la vida pública de la colonia de aquella época, sino posteriormente, cuando después de quedar viuda se casó con el gobernador Juanes Dávila.

Cuando murió su esposo, Doña Guiomar se encontraba en Sevilla y nombró a fray Domingo Sarmiento, Obispo de Cuba, para cobrar sus cuantiosas rentas. Pero al darse cuenta de que sus propiedades eran ambicionadas por otro peninsular de jerarquía que estaba en la Isla, decidió venir nuevamente para Santiago de Cuba en 1540.

A partir de entonces su nombre apareció con frecuencia en los documentos de Las Indias, por su influencia en la vida política de la colonia.

En febrero de 1544 arribó a Santiago de Cuba un nuevo gobernador, el joven licenciado Juanes de Ávila, quien fue a residir a la casa de Doña Guiomar, la cual poseía una de las mejores viviendas de la villa.

Ya ella era una mujer madura, que había enviudado dos veces y tenía cuatro hijos, pero resultaba muy agradable en su trato y conservaba su atractivo físico. Era una dama astuta, que trascendió el ambiente tradicional de la época en que las mujeres se dedicaban al bordado y al cuidado de sus hijos.

A través de sus encantos puso al Gobernador de su parte y ganó pleitos hasta al propio obispo fray Domingo Sarmiento, quien había administrado sus bienes.

El hecho de que el Gobernador Juanes de Ávila viviera en su casa, despertó intrigas y chismes, argumentados por el propio obispo, el cual estaba afectado por las decisiones de Ávila a favor de aquella mujer.

No fue hasta 1545 que contrajeron matrimonio la viuda y el joven gobernador, quien se había granjeado la enemistad de muchos peninsulares a cuenta de Doña Guiomar.

Fueron muchas las acciones legales y políticas que suscitó esta singular mujer, así como también todos los hilos de poder que enlazó en una época en que las féminas de su clase se dedicaban al cuidado de la familia.

Para algunos historiadores Juanes de Áviles fue el peor gobernador que la Isla pudo tener. Favoreció a su esposa, —audaz, decidida, y ambiciosa como pocas— creó monopolios para su propio beneficio, restringió a los consejos municipales, intimidó al pueblo y aceptó sobornos.

Pero el dinero y las artimañas de su mujer en aquel sórdido ambiente caracterizado por los constantes pleitos entre las autoridades coloniales, le permitieron la anulación incluso de las penas que le fueron impuestas en un juicio de residencia entablado contra él.

No hay que extrañarse. Doña Guiomar de Guzmán llegó a ser dueña de la voluntad de sus convecinos y eje de la política de la entonces pequeña ciudad de Santiago de Cuba.

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