Edilberto Agüero

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Hombre de carisma muy especial y figura quijotesca, conocido popularmente como Zabala el conguero mayor de Las Tunas.
NombreEdilberto Agüero
NacimientoLas Tunas Bandera de Cuba Cuba
NacionalidadCubanaBandera de Cuba Cuba

Edilberto Agüero. Ese es su nombre; pero le dicen Zabala, el conguero mayor de Las Tunas.

Historia

Carpintero de profesión, hombre de figura quijotesca y un carisma muy especial, que se destacaba en medio de la muchedumbre carnavalesca por sus ojos vivísimos y ademanes inusuales, mientras hacía sonar lo que tuviera en sus manos, fácilmente reconocible entre la muchedumbre al verlo dirigir y bailar en su comparsa que siente como patrimonio familiar.

En todos los Carnavales tuneros, año, tras año, guió y organizó su Conga llevando un pueblo detrás que arrollaba al compás de sus tambores.

Zabala, porque de jovencito gustaba de un pelotero de la MLB que, aseguran, tenía ese nombre y se le fue quedando como apodo. Padre de cuatro hijos, uno de los hombres más metódicos y organizados que se conoce, amigo de los amigos, de pocos estudios, con una tartamudez notoria y más dado a mover el cuerpo que a explicar el por qué de sus energías.

Anécdotas de su vida

Cuentan que los niños de su barrio, cuando comenzaban a hablar, en vez de decir mamá, decían Zabala y los menos jóvenes rememoran al viejo Agüero bailando en medio del delirio feliz de los congüeros en los carnavales tuneros, y la gente esperando, en la esquina del parque, porque solo arrollaban con él y su comparsa.

Dicen que ingresado en el hospital, reponiéndose de cualquiera de sus cinco infartos, la gente no paraba de pasar por frente a su cama; personal de salud, curiosos surgidos de la nada y hasta acompañantes de otros enfermos y decían: ¿ah, pero ese es Zabala?, ¿de verdad usted es Zabala, el de la comparsa?; y los hijos reían y contestaban: «sí, es Zabala o, al menos, lo que queda de él»; y lo hacían solo para verle mirarlos con la picardía del que se sabe parte y va a vivir mucho tiempo más.

Así es «el viejo», como le llaman, todo ardor de jolgorio; adicto al traguito de ron bien fuerte; animoso, al calor de sus muchos años bien vividos y defensor, a ultranza, de la comparsa que les deja como legado y que siente y dice con orgullo: «es patrimonio familiar y las decisiones sobre ella, las tomamos nosotros».

Cuentan sus más cercanos que daba hasta risa verle cuando su salud le permitía aún sentarse en la acera, frente a la casa, con una ramita de albahaca en la oreja, su vaso de ron al lado y saludar, con cariño, a cuanto extraño pasara por allí y le dijera, como si él pudiera recordar a todo el mundo: ¿y qué Zabala?, ¿cómo anda la cosa hoy?

Un día, comenzó a coger piedritas de la calle y a ponerlas a su vera cada vez que alguien le decía al pasar y señalan que cerca de dos horas después se cansó, porque ya tenía dos lomitas de piedra al lado, la noche comenzaba a caer, estaba cansado, se le había acabado el traguito y la gente seguía saludando, sin parar.

Es Hijo Ilustre de la ciudad de Las Tunas y posee unas cuántas Condecoraciones y Diplomas.

Zabala es la rumba y el calor del pueblo tunero.

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