El Árbol de La Ceiba (Honduras)
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El Árbol de La Ceiba. Joya histórica, legendario árbol no sólo para La Ceiba sino también para toda Honduras.
Localización
Se encuentra localizado en el municipio La Ceiba, departamento de Atlántida, en Honduras.
Historia
Otro descubrimiento importante que llevan a cabo los garifunas, a finales del año de 1815, lo constituye un monstruoso árbol de Ceiba del cual toma el nombre la ciudad.
La tradición oral garifuna, apoyada después por la olanchana, sostiene que en el mismo año de fundado Pueblo Nuevo, descubren "un verdadero fenómeno de la naturaleza", un árbol gigantesco, un monstruo verde que los hace quedarse con la boca abierta, viendo semejante portento divino de la naturaleza. Era tal su grandiosidad que los morenos vicentinos llegaron a asegurar, y algunos así lo creyeron, ser la escalera que Dios utilizaba cuando bajaba del cielo para visitar la tierra.
Proyectaba una gran sombra por lo tupido de su follaje, y en los fuertes inviernos la fuerza del agua era atenuada por este formidable techo verde. En él anidaban una extensa variedad de aves, así como una serie de animales y víboras venenosas en las cuevas de sus raíces; por lo que en principio era muy arriesgado estar sin compañía mucho tiempo bajo su sombra.
Testimonios
Según el coronel Francisco Cruz Cáceres: aquel árbol histórico, como el de "la noche triste" y otros no menos históricos, fue derribado, por desgracia, en 1917 para dar paso a la construcción del actual edificio de Aduanas.
Existen cuatro testimonios muy valiosos que coinciden en afirmar que la verdadera fecha en que derriban el árbol fue 1914, y no el año de 1917. Son los miembros de la familia del ex-presidente, el doctor Francisco Bertrand, que tuvieron una gran influencia y participación en la vida social y política de La Ceiba, los que sostienen en dar el año de 1914 como la fecha exacta en que se botó el famoso árbol.
Nunca se aclaró cuales fueron los verdaderos motivos que se tuvieron para derribar el árbol que le dio el nombre a la ciudad de La Ceiba. Algunos aseguraban que en vista de ser la bahía de la ciudad una bahía abierta, el único lugar que ofrecía protección en la temporada de los huracanes era precisamente donde estaba ubicada esa Ceiba. Otros sostenían la versión que donde estaba localizado el gran árbol era el único sitio de la ciudad que no se inundaba en los fuertes y prolongados inviernos.
