El Heraldo de Cuba (periódico)

Periódico El Heraldo de Cuba
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Portada heraldo de Cuba.jpg
Director(ar):Manuel Márquez Sterling
CirculaciónNacional
Fecha de Fundación6 de diciembre de 1913
UbicaciónLa Habana, Bandera de Cuba Cuba
PaísBandera de Cuba Cuba
IdiomaEspañol

El Heraldo de Cuba (periódico). Fue un periódico nacional en Cuba, fundado por Manuel Márquez Sterling.

Historia

Presentación de el Heraldo de Cuba en su número inaugural, con el título de «Saludo» y enmarcado por un recuadro en rojo.

«(…) este diario será solo un vocero de la cultura, el progreso y el orden, no proponiéndose librar otra campaña que la tendente a extender o difundir (…) la luz vivísima que (…) esparce el esfuerzo de los paladines de la Ciencia y el Arte, de los auténticos apóstoles del Bien y la Belleza (…)».

Era el 6 de diciembre de 1913, año en que comenzara en la isla el primero de los dos mandatos consecutivos del conservador Mario García Menocal (1866-1941), que continuaría la corrupción político-administrativa que padecía el país, y a quien decían El Mayoral por sus vínculos con la industria azucarera y con los intereses norteamericanos en ese campo.

Aquella edición inicial del Heraldo de Cuba informaba que no se habían omitido sacrificios en la instalación de los talleres, que estos gozaban de los adelantos mecánicos de las grandes rotativas de fama universal, por lo que ofrecían un periódico de estilo moderno, con un prestigioso cuerpo de redactores y colaboradores, reputados corresponsales extranjeros y un completo servicio cablegráfico mundial.

Empezó con 16 páginas y luego pasó a 12. En la plana frontal tenía la columna «La noticia política de hoy», consistente en anécdotas con vis satírica de figuras de la política, y la imagen de un personaje del período como los senadores Francisco Cuellar y Manuel Fernández Guevara.

En el cuarto pliego estaba la columna «Editoriales»; en la de la tirada de estreno, con el encabezamiento de «La bandera gris», apuntaba:

«Hemos llegado al escenario en momentos bien singulares, trastornada la comedia política, arrebatados a sus papeles sus actores y en mediana alarma el público sufrido (…)».

La sección «La historia de Cuba al día» apareció primero en la sexta página y después en la octava.

El fundador y director del Heraldo de Cuba, Manuel Márquez Sterling (1872-1934), ya había creado y colaborado en varios órganos de prensa dentro y fuera de la mayor de las Antillas; entre muchos otros, escribió para Patria, El Fígaro, La Lucha y El Mundo. Miembro de la Academia de la Historia, también desempeñó una relevante labor diplomática en América Latina y Estados Unidos de Norteamérica. Su estilo periodístico hacía gala de fina ironía; sus artículos, de temática preferentemente político-social, denunciaban la corrupción de los gobernantes y defendían intereses nacionalistas.

Ventas del periódico

Transcurridos más de dos años del nacimiento del Heraldo de Cuba, Sterling lo vende para fundar La Nación. Entonces pasaría a Orestes Ferrara(18761972), político e intelectual de origen italiano, animador cultural, militar, diplomático, profesor universitario, escritor y periodista, redactor de diversas publicaciones en el extranjero, que ocupó una notable posición en la vida pública cubana durante la república neocolonial, en especial por su contubernio machadista.

Para 1923 el Heraldo de Cuba consignaba como directores a Orestes Ferrara, Germán Wolter del Río (1885-1953), jurista y político que dirigió El Mundo; y Aldo Baroni, periodista italiano que vivió temporadas en Cuba y fungió, además, de director técnico del Diario de la Marina. Aun mantenía 12 páginas y el cierre era a las 11:00 a.m.

Por entonces el periodista y político cubano Ramón Vasconcelos (1890-1965), que en la década de los cincuenta sería propietario del rotativo Alerta, disponía de una sección en primera plana, que más tarde se trasladaría para la tercera. En la quinta estaba «Sociales»; en la siete, «Sportivas del Heraldo» por Horacio Roqueta, quien dirigiera La Lucha.

En el propio 1923 Gustavo González Beauville compró el Heraldo de Cuba a Orestes Ferrara. Cuando Gerardo Machado inicia su mandato en 1925 los medios de comunicación impresos se le oponen, y este entre ellos. Pero tres años más tarde, con nuevo dueño, se convirtió en vocero gubernamental y ganó el descrédito de la opinión pública, pues divulgaba y asumía las declaraciones de Machado y atacaba a la prensa opositora.

En los últimos días de junio de 1932 deja de circular y reaparece el 1º de julio con un nuevo diseño y enfoque, por iniciativa de su antiguo dueño Ferrara, con el fin de ganar adeptos al gobierno. Anunciaba que el Heraldo guataca había muerto y pedía que no se juzgara a este por el otro. Mas muy pronto iría tras los mismos pasos de aquel. Solo fue fachada en busca de aceptación e influencia en sus posibles destinatarios.

El 12 de agosto de 1933 la huelga general de más de una semana, que comenzó por reivindicaciones económicas y continuó por transformaciones políticas, derrocó a la dictadura de Gerardo Machado. Él y sus seguidores abandonaron el país, entre ellos Ferrara, tiroteado esa mañana en su casa. Pero no podían cargar con los talleres del Heraldo de Cuba y, en medio del júbilo y los festejos callejeros e insultos a Machado y sus cómplices, el pueblo se desquitó.

En su libro La prensa cubana y el machadato (1930-1933). Un acercamiento a la relación prensa-poder, Edel Lima Sarmiento refiere:

«Una nutrida multitud penetró en los talleres y la redacción del Heraldo de Cuba situado en las calles habaneras de Manrique y Virtudes para destrozar los linotipos, la rotativa, los muebles, las máquinas de escribir (…) el edificio ardió en llamas (…) Se echaba abajo uno de los símbolos de la dictadura (…)».

Fuente