El espejo, el tiempo y yo
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El libro El espejo, el tiempo y yo, es un libro abarcador donde la décima, hilo conductor, nos lleva por temas universales como el amor, la picaresca, la historia, el humor criollo y la crónica como puente, donde los sucesos del barrio se reflejan sin herir, con respeto.
Sinopsis
José Ralío Morales Martínez, más conocido como Berto Morales, nació en la Finca El Junco el 4 de septiembre de 1923 y murió en Ciego Montero el 20 de octubre de 2015. Llegado al mundo al comienzo de la tercera decena del siglo XX y en el propio año y pocos meses después que un grupo de intelectuales cubanos, entre los que se encontraba Rubén Martínez Villena con su carga para matar bribones, protagonizaran la valiente e histórica Protesta de los Trece ante la escandalosa venta del Convento de Santa Clara, Berto Morales ha sido -es- un cronista de su tiempo. Huérfano desde pequeño, recibió el amor de una familia campesina que fue recompensada por la humildad y honestidad de este hombre que, al decir de un poeta, estaba pegado a la tierra lo mismo que un tronco duro. Berto se anticipó a lo que hoy llamamos trabajo comunitario, pues desde muy temprano, en su natal El Junco, ya con familia constituida, creó con sus hijos Alexis, Pura, Tony y Lourdes un grupo musical al que bautizó Los alegres del Junco. Luego enrumbaron hacia Ciego Montero, donde continuaron su labor de proselitismo cultural.
En el año 2000 su casa, siempre con el apoyo de Yaya, su esposa y de la Dirección municipal de cultura de Palmira, fue declarada Casa de la Parranda, desde donde promovía serenatas y otras actividades, no solo en días festivos, sino en otras auspiciadas por el entusiasta colectivo de la biblioteca pública, donde este promotor cultural espontáneo derramaba su arte con la dulzura de su tres guajiro y su sonrisa sincera y maliciosa.
Presentación
El libro El espejo, el tiempo y yo, es un libro abarcador donde la décima, hilo conductor, nos lleva por temas universales como el amor, la picaresca, la historia, el humor criollo y la crónica como puente, donde los sucesos del barrio se reflejan sin herir, con respeto, por eso:
Llegar a Ciego Montero por caminos ancestrales es ver a Berto Morales el poeta y el tresero Es prender el pebetero con la luz del mediodía es andar la geografía de un pueblo que quiero tanto es como sentir el canto de un sinsonte en la baría.
Berto se marchó, sin irse, el Día de la Cultura Nacional, paradojas de la vida, pero como nuestro himno y nuestra bandera, está presente en este libro que tiene olor a tierra mojada, a surco y río crecido, a polaina y a machete. Lleguémonos entonces a Ciego Montero para encontrarnos, como él quería, con el espejo y el tiempo.
Fuentes
- [1] Consultado el 11de diciembre de 2018.
- Libro El espejo, el tiempo y yo,
