El hombre de al lado (película)

El hombre de al lado
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Comedia dramática |
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Comedia
NombreEl hombre de al lado
GuiónAndrés Duprat
DirectorMariano Cohn,Gastón Duprat
Dirección de FotografíaMariano Cohn,Gastón Duprat
RepartoRafael Spregelburd, Daniel Aráoz, Eugenia Alonso, Enrique Gagliesi, Inés Budassi, Lorenza Acuña, Eugenio Scopel, Débora Zanolli, Bárbara Hang, Rubén Guzmán
Productora[Aleph Media]

El hombre de al lado . Película argentina de comedia dramática de 2009 dirigida por Mariano Cohn y Gastón Duprat y protagonizada por Rafael Spregelburd y Daniel Aráoz. Fue nominada a los Premio Goya como Mejor película extranjera de habla hispana.

Sinopsis

La película narra un conflicto entre vecinos que parece no tener fin. Una simple pared medianera puede dividir dos mundos, dos maneras de vestir, de comer, de vivir. De un lado Leonardo (Rafael Spregelburd), fino y prestigioso diseñador que vive en la casa Curutchet realizada por Le Corbusier. Del otro lado Víctor (Daniel Aráoz), vendedor de autos usados, vulgar, rústico y avasallador. Víctor decide hacer una ventana para tener más luz, y ahí empieza el problema: cada uno toma consciencia de la existencia del otro.

Víctor es tan impune y natural como cada uno de sus actos. El personaje es como se muestra: un hombre rústico, directo, invasivo, que logra "asomarse" a la vida del otro. Nada más gráfico y simbólico que la elección del plano fijo, donde Víctor asoma su cabeza, desde una abertura cuasi vaginal. Del otro lado, en esa otra vida opuesta a la suya, está Leonardo, que no lo esperaba con los brazos abiertos, precisamente. Diseñador exitoso, snob y engreído que, a partir de la mirada inescrupulosa de su vecino, va perdiendo su cualidad más preciada: el equilibrio. El proceso de cambio comienza alterando la armonía arquitectónica de su casa, que no es sino la famosa casa Curutchet, construida en la ciudad de La Plata por el arquitecto suizo-francés Le Corbusier. La casa no sólo será el escenario de la acción sino también una protagonista dentro de la contienda.

Leonardo está acostumbrado a ser observado. Habita un hogar silencioso y de múltiples ventanas. Su fama como diseñador lo expone a la vida pública de la cual no reniega, más bien, coquetea. Vive con su mujer y su hija en una casa modelo, que es visitada y fotografiada por cuantos transeúntes curiosos pasan delante. La coherencia estilística de su entorno muestra todo milimétricamente acomodado y combinado, cada plano y encuadre registran a Leonardo mimetizado con las formas plásticas y frías del decorado. La cámara lo acompaña, es testigo de la transformación paulatina que sufre, cada vez que su vecino, al que no quiere acostumbrarse, intenta invadir su aparente mundo real.


Fuentes