El perfume (película de 2006)

El perfume
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Drama, Thriller | Bandera de Alemania Alemania
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Película alemana basada en el libro del mismo nombre. Adaptación del famoso best-seller de Patrick Süskind.
NombreEl Perfume: historia de un asesino
Otro(s) nombre(s)Das Parfum – Die Geschichte eines Mörders
Estreno2006
DirectorTom Tykwer
Dirección de FotografíaFrank Griebe
Productores EjecutivosAndrew Birkin, Bernd Eichinger, Martin Moszkowicz
RepartoBen Whishaw, Dustin Hoffman, Alan Rickman
PaisBandera de Alemania Alemania
Sitio web
http://www.parfum.film.de/

El perfume: historia de un asesino. Película alemana del director Tom Tykwer, producida en el año 2006. El drama se basa en la novela del mismo nombre de Patrick Süskind y fue producido por los estudios Constantin Film, Castelao Producciones. SA, Nouvelles Éditions de Films y VIP 4 Medienfond. Su título original es Das Parfum – Die Geschichte eines Mörders.

El libro

El perfume, primera novela del escritor alemán Patrick Süskind, publicada en 1985, dividido en cuatro partes y cincuenta y un capítulos, transporta al lector a un mundo con el que no está familiarizado, "el evanescente reino de los olores", a través de su protagonista. La magia del libro consiste precisamente en hacer partícipe al lector del torbellino de sensaciones que Jean-Baptiste experimentaba cuando su sentido olfativo cataba todo aquello que llegaba a su nariz. La literatura permite demorarse más en los detalles, incidir más en lo descriptivo, aportar más información sobre la personalidad de este asesino de mujeres, que el formato visual.

La película

Jean Baptiste Grenouille nació en medio del hedor de los restos de pescado de un mercado y fue abandonado por su madre en la basura. Las autoridades se hicieron cargo de él y lo mandaron a un hospicio. Creció en un ambiente hostil; nadie le quería, porque había en él algo excepcional: carecía por completo de olor. Estaba, sin embargo, dotado de un extraordinario sentido del olfato. A los veinte años, después de trabajar en una curtiduría, consiguió trabajo en casa del perfumista Bandini, que le enseñó a destilar esencias. Pero él vivía obsesionado con la idea de atrapar otros olores: el olor del cristal, del cobre, pero, sobre todo, el olor de algunas mujeres.

El filme dura más de dos horas, logra con acierto, a través de las imágenes, plasmar como ese niño recién nacido entre inmundicias y raspas de pescado, en un nauseabundo mercado de Francia, que pronto se verá privado de su madre y de cualquier afecto, experimenta como el mundo circundante es aspirado, formando parte de su naturaleza, a través de su diminuta nariz, la cual ejercita más que cualquier otro sentido.

Lo más importante para el bebé, luego niño, adolescente y finalmente hombre, son los olores, los aromas de las plantas, de las flores, de las frutas, de las piedras húmedas de los ríos, de los quesos y embutidos de los mercados, pero habrá algo que lo trastocará y marcará el punto de inflexión de hasta su entonces intranscendente existencia: el“aroma femenino“.

Imágenes de la película

Una noche,a la estela del aroma que deja una joven, Jean-Baptiste Grenouille (Ben Whishaw) como un animal tras su presa la sigue por las calles de la ciudad hasta su hogar, la joven muere asfixiada y Jean-Baptiste tiene entonces la primigenia ocasión de olisquear, como un perro, a la joven yacente, la aspira con fruición y trata de impregnarse con el aroma femenino que lo perturba embriaga y encandila.

Ese accidental hecho, pues no entraba en los planes de Jean-Baptiste matarla, marcará el punto de inflexión que perfilará en el horizonte su auténtica vocación, su razón para vivir. Lo suyo son los olores, los conoce todos y puede plasmar su pasión cuando Jean-Baptiste casualmente entra en contacto con el antaño, célebre perfumista Italiano Baldini, al llevar al domicilio de este unas pieles.

Baldini es testigo de excepción de su propio derrumbamiento, su fama se ha evaporado, sus clientes no le responden y prefieren los perfumes de su competidor, creador del perfume de moda. El “binomio Baldini-Jean Baptiste” permitirá que el primero recobre la fama y el relumbrón anterior y el segundo logre avanzar en su único objetivo: captar la esencia de la mujer su aroma, para destilarlo y hacer un perfume con él.

Que un ser salvaje, primitivo de físico rudo que viene a este mundo sobre un lecho de despojos sin lazos afectivos, ni amigos que desconoce lo que es el cariño, el afecto, las caricias, curtido en trabajos esclavizantes y deshumanizadores, posea un extraordinario olfato (manifestación de su extrema sensibilidad), exclusivo de las clases altas, es revolucionario.

Jean-Baptiste no mata a cambio de sexo, mata porque sus víctimas son necesarias para cumplir su sueño: crear el “perfume total“.

Se recrea con tino la suciedad de las calles de ese París muy poblado de la segunda mitad del siglo XVIII, por cuyas calles deambulan carruajes de gente adinerada, sorteando mendigos y excrementos donde los olores de los nardos se entremezclan con los desperdicios de los pescados y la carne putrefacta.

La fotografía

Imágenes de la película

Plasma con tonos tenebristas esa época oscura, sucia y convulsa que vive la ciudad, en contraste con la luminosidad y estallido colorista que tiene lugar en las escenas rodadas en el campo, donde es posible respirar aire limpio, o incluso no captar ningún aroma cuando Jean-Baptiste en plan anacoreta pasa unos días en una cueva, en la cual encontrará por vez primera el sosiego vital, pues ningún olor perturba su ánimo y su olfato, y por ende todo él puede descansar serenamente sobre la fría piedra.

El final

El filme tiene un final lascivo, lujurioso de tono orgiástico, de rompe y rasga, por su imprevisibilidad y acento fantástico, que rompe los cimientos de la moralidad imperante, pone el broche a una película bien narrada, con un excelente sentido del ritmo, sugerente. La película alienta a leer el libro.

Fuentes