Embarazo. Semana 20

Embarazo. Semana 28

Desarrollo de tu bebé

Esta es la mitad del embarazo y el bebé está bien grandecito. Es tan largo como un plátano. Mide unos 25,4 centímetros (10 pulgadas). No es que en la última semana haya crecido 10 centímetros, es que ahora se mide desde su cabecita, hasta los deditos de los pies. En las anteriores semanas se medía desde su cabeza hasta la colita. Esto es porque antes tenía las piernas muy pegadas al cuerpo y era difícil medirlo desde la cabeza a los pies. El bebé está ahora recubierto de una sustancia blanca y un poco grasa que se llama "vernix caseosa". Esta sustancia protege su piel mientras esté flotando en el líquido amniótico. Además, ayuda a que el bebé pase con más facilidad por el canal vaginal durante el nacimiento. Ahora traga más líquido amniótico cada día y eso es muy bueno para su sistema digestivo porque tragar le ayuda a practicar para cuando coma de verdad. En estas semanas también está produciendo en su pancita una sustancia que se llama meconio. El meconio es negro, o verde muy oscuro, es muy pegajoso y está hecho de todas las células muertas, secreciones del estómago y líquido amniótico que el bebé traga. El meconio se acumula en los intestinos y aparecerá en el primer pañal que tengas que cambiar.

Cambios en el cuerpo de la madre

La parte superior de su útero ha llegado ya a la altura del ombligo de la madre, y es muy probable que haya aumentado alrededor de 10 libras (4.5 kilos). A partir de ahora lo normal es que aumente más o menos una libra (medio kilo) a la semana, aunque si comenzó el embarazo con exceso de peso puede que hayas ganado menos, y si estaba más delgada tendrá que aumentar. Es importante tomar suficiente hierro durante el embarazo porque ayuda a fabricar glóbulos rojos, que distribuyen el oxígeno en el cuerpo. Una embarazada necesita más hierro para que el bebé crezca y porque tiene más sangre circulando por el cuerpo. Los alimentos ricos en hierro incluyen carnes rojas magras, aves, pescado, lentejas y otras legumbres, espinacas y cereales fortificados con hierro. Las encías sensibles son una molestia común durante el embarazo. El aumento en los niveles de progesterona y de estrógeno en estos meses, así como los cambios en los vasos sanguíneos, hacen que las encías reaccionen de forma diferente a las bacterias que están en la placa que se pega a los dientes. El resultado es que se inflaman y pueden sangrar cuando se cepilla los dientes. Esta inflamación se conoce como "gingivitis del embarazo" y afecta más o menos a la mitad de las mujeres embarazadas. Por eso ahora es más importante que nunca mantener una buena higiene dental.

Bibliografía