Enrique O´Gorman

Enrique O´Gorman
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Nacimiento11 de noviembre de 1823
Buenos Aires, Argentina
Fallecimiento22 de noviembre de 1904
Buenos Aires, Argentina
CónyugeJosefa Petrona Capdevila Pinto
HijosJoaquina, Adolfo, María, Antonino, Rosario y Pedro

Enrique O´Gorman fue un destacado funcionario argentino con actuación en las últimas décadas del siglo XIX, especialmente en la organización y conducción de la policía y penitenciaría del estado, que obtuvo público reconocimiento por su actuación durante la epidemia que asoló la ciudad de Buenos Aires en 1871.

Síntesis biográfica

El 11 de noviembre de 1823 nació en la Ciudad de Buenos Aires, hijo de Adolfo O'Gorman Perichon Vandeuil y de Joaquina Ximénez Pinto, hermano de Camila O'Gorman (1825-1848) y del sacerdote párroco de San Nicolás de Bari, Eduardo O'Gorman.

Fue nombrado oficial auxiliar de la receptoría general de la Aduana en 1854. El 19 de enero de 1855 fue electo juez de Paz de Barracas al Sud (actual partido de Avellaneda). En 1862 fue electo municipal en dicho partido, en 1864 reelecto como Juez de Paz y presidente municipal, cargo que desempeñó hasta 1867.

Fue designado Jefe de Policía de la Provincia de Buenos Aires en reemplazo de Cayetano Cazón el 21 de noviembre de 1867. Su actuación fue progresista y eficaz, procedió a la reorganización del cuerpo y suprimió el uso en las comisarías de las barras y del cepo.

Al poco tiempo de asumir y en pleno proceso de reorganización, le tocó actuar durante la epidemia de cólera de 1867 y 1868, que según las cifras oficiales costó a la ciudad 1580 muertos. La coexistencia en la ciudad de autoridades municipales, provinciales y nacionales dificultaba la acción policial, también en materia de salubridad. La comuna había creado una Comisión Municipal de Higiene que disputaba con la red asistencialista de las parroquias dependientes del obispado pero también con el Consejo de Higiene Pública, creado por las autoridades nacionales en 1852. La epidemia de cólera impulsó la reforma del Consejo de Higiene Pública y la difusión de mecanismos de higiene y control de enfermedades en la población.

Creó una compañía de Vigilantes Bomberos en 1868, pero aumentó sus efectivos hasta crear en enero de 1870 el Cuerpo de Bomberos de la Provincia de Buenos Aires, formado por agentes (vigilantes) de policía. En 1868 proyectó y logró la aprobación del Reglamento General del Departamento de Policía de la Ciudad de Buenos Aires y ese mismo año editó un Manual del Vigilante para el personal subalterno.

Impuso el uso del silbato a los vigilantes. Los toques previstos son: "Reunión: los vigilantes deben marchar hacia el lugar de donde parte; Auxilio: los vigilantes deben auxiliar al que lo ha dado; Marcha: los agentes deben rondar la manzana a su custodia; Llamada: indica la llamada del oficial, sargento o cabo; Incendio: el que deben dar y repetir los agentes mientras se dirigen hacia el lugar del siniestro".

Se consideraba que O'Gorman había tenido éxito en poner orden en la ciudad de Buenos Aires, aunque había llegado al extremo de prohibir los juegos de agua y los pomos en los carnavales de la ciudad.

En enero de 1871, cuando el comisario de la sección catorce detectó en San Telmo los primeros casos de fiebre amarilla, O'Gorman informó con celeridad a las distintas áreas intervinientes y recibió la orden de apoyar al Consejo de Higiene en el desalojo de las manzanas afectadas. No obstante la epidemia de fiebre amarilla en Buenos Aires se extendió imparable por la ciudad.

La intervención de la policía y personalmente de O'Gorman fue constante, con riesgo de su propia vida e incluso cuando enfermó gravemente su propia esposa, al igual que la de su hermano Eduardo O'Gorman, quien impulsó y fundó el Asilo de Huérfanos. Las creencias de muchos enfermos en que eran las propias medicinas las que provocaban la enfermedad hicieron que O'Gorman dispusiera que los policías acompañaran a los médicos en sus visitas.

Reemplazó el Cuerpo de Serenos por el nuevo Cuerpo de Vigilantes. Logró el esclarecimiento del atentado contra el presidente Domingo Faustino Sarmiento en 1873. A fines de ese año debió perseguir al bandido Juan Moreira, mientras la situación política del país se encaminaba a la revolución. En una elección donde el fraude y la violencia fueron generalizados, Nicolás Avellaneda se alzó con el triunfo en 14 provincias, Alsina en dos y Mitre sólo en Santiago del Estero. Pese a lo pactado con O'Gorman, en la ciudad donde el triunfo era mitrista los fraudes fueron tales que en muchos sitios los autonomistas obtenían muchos más sufragios que el total de votantes del partido. En medio de los pedidos de anulación del mitrismo, en marzo Adolfo Alsina entregó sus votos a Avellaneda con lo que las posibilidades de que los liberales triunfaran en las elecciones presidenciales de abril eran ya nulas: el 12 de abril la fórmula Nicolás Avellaneda-Mariano Acosta obtenía 146 electores frente a los 79 de Bartolomé Mitre-Juan Eusebio Torrent, que sin embargo ganaba en San Juan, Santiago y también en Buenos Aires, confirmando el fraude de febrero. Sin embargo el 18 de julio la comisión de poderes de la cámara de diputados aprobó los diplomas de los electos.

Quedó decidido el estallido de la revolución de 1874. El presidente Sarmiento sabía que se tramaba una revolución, por lo que decidió alejar a los jefes mitristas de las fuerzas que los podrían seguir. Posiblemente sospechado de simpatías con el movimiento o reconociendo su fracaso en contenerlo, el 20 de septiembre de 1874 O'Gorman presentó su renuncia, la que le fue aceptada el 29 de septiembre dándosele las gracias "por los importantes servicios brindados al país", siendo reemplazado por Enrique Baltazar Moreno.

Fue nombrado el 19 de enero de 1877, por el gobernador Carlos Casares con acuerdo del Senado como primer gobernador de la Penitenciaría Nacional. Fue el encargado de dictar los primeros reglamentos y organizar la institución. Si por un lado se negó a la provisión de presos para empresarios particulares, por otro implementó talleres en la penitenciaría, restringiéndolos a la fabricación de productos de uso y consumo del estado para reducir la resistencia de los gremios. Permaneció en su puesto hasta octubre de 1887, cuando se jubiló con goce del sueldo íntegro asignado a ese empleo.

Continuó al frente de la Comisión Central del cuerpo de Bomberos Voluntarios de la Provincia de Buenos Aires durante la crisis que desembocó en la revolución de 1880. Ante la situación, el batallón se militarizó rápidamente y en muchos de los partidos de la campaña bonaerense se organizaron cuerpos de bomberos voluntarios con igual objeto.

Fallecimiento

Falleció en Buenos Aires el 22 de noviembre de 1904. Estaba casado con Josefa Petrona Capdevila Pinto, hija de Pedro Alcántara Capdevila Vigo y de Juana Rita Pinto García, con quien tuvo varios hijos: Joaquina, Adolfo, María, Antonino, Rosario y Pedro.

Fuentes