Esferas de piedra (Costa Rica)

Esferas de piedra de Costa Rica
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Las esferas son conocidas localmente como “Las bolas de Costa Rica”. Como conjunto se consideran únicas en el mundo por su número, tamaño, perfección, formación de esquemas organizados y abstracción ajena a modelos naturales.


Esferas de piedra de Costa Rica son un grupo de más de quinientas petrosferas ubicadas principalmente en el sur de Costa Rica en la llanura aluvial del Delta del Diquís (confluencia del río Sierpe y el Río Grande de Térraba), en la Península de Osa y en la Isla del Caño.

Descripción

Las mediciones nos muestran un amplio rango de tamaños, cuyo espectro varia de los 10 centímetros hasta los 2.57 metros de diámetro, por ende su pesos oscilarán desde unos cuantos kilos hasta superar las 16 toneladas. La utilización de una banda tan ancha de diámetros, pesos y volúmenes en la fabricación prehispánica de esferas, amplifica también los horizontes de su uso y significación la mayoría están hechas en piedras duras como granodiorita, gabros y algunas pocas en caliza. La mayor cantidad de las esferas registradas concentran sus diámetros en el rango de los 80 y los 120 cm. Otras presentan tamaños superiores a los 150 cm, las más grandes llegan a los dos metros hasta alcanzar la descomunal proporción de 2.57 metros de diámetro. Esferas de aproximadamente 60 cm y menores se convirtieron (por su relativa liviandad y fácil transporte) desde el descubrimiento de las gigantes, en el souvenir favorito de quienes visitaron y aun visitan la zona. Cientos de originales esferas livianas se encuentran hoy dispersas por todo el mundo.

Descubrimiento

A finales de la década de los años treinta, la corporación United Fruit Company inició sus trabajos en la zona del Diquís. Su misión: sembrar miles de hectáreas de plantas de banano. Mismo terreno que en aras del progreso hubo de ser deforestado de manera meticulosa. Los árboles y cientos de especies vegetales y animales, perdidas para siempre, no opusieron resistencia a las hachas, cierras mecánicas, tractores y demás maquinaria de la prosperidad. Pero aquellos impecables trabajos de “limpieza del bosque” para la optima preparación de los campos de siembra, chocaron de frente con la rebeldía de unas imponentes rocas redondas de tamaños y volúmenes diversos. Conforme se adelantaba en la empresa, las estorbosas pelotas de piedra mostraron un rasgo en común: su forma increíblemente análoga. Los peones contratados, informaron a su patrón inmediato del problema. Este era el estadounidense George P. Chittenden, quien trabajaba como explorador y comprador de tierras para la United Fruit Company en el Delta del Diquís, además tenía a su cargo las operaciones de “limpieza”. Chittenden ordenó desalojar las esferas que podían ser palanqueadas y empujadas por los tractores, -Si son redondas rodarán- dijo a sus subalternos, mas hubo de esperar a que maquinaria especializada llegara a la zona para desalojar a las mas pesadas. En San José Chittenden informó del hallazgo a su compatriota, la arqueóloga Doris Stone, ella le suplicó encarecidamente que no moviera más los objetos hasta que pudiera analizarlos. La arqueóloga llegó a las fincas bananeras en abril de 1940 y en 1943 publicado en la revista American Antiquity la primera mención internacional fue un pequeño artículo arqueológico de Doris Stone, atrayendo la atención de Samuel Kirkland Lothrop (del Peabody Museum y la Universidad de Harvard), quien en 1948 estaba en Costa Rica. Contactó en San José a Doris Stone, quien le aportó información y contactos para investigar en zona más conocida donde estaban apareciendo las esferas de piedra. Finalmente Lothrop publicó sus investigaciones en su libro Archaeology of the Diquís Delta. Costa Rica, 1963. Desde 1970 las autoridades del Gobierno protegen las esferas de piedra precolombinas y sus emplazamientos. Se han reensamblado algunas dinamitadas bajo el cuidado del Museo Nacional, quien con el apoyo de la ley está recuperando otras que habían sido trasladadas por particulares a empresas, residencias e instituciones públicas.

Mitos

Han surgido muchos mitos alrededor de estas esferas, su significado, sus constructores, fines, técnicas constructivas y de transporte, fecha y canteras de las piedras: hechas por descendentes de la Atlántida, geomorfosis natural, pociones secretas para ablandar la piedra, que en el centro tienen una semilla de café, participación de extraterrestres, ejes energéticos complementarios a Nazca y Pascua, delimitación territorial, hitos conmemorativos, representación del eterno femenino, dispositivos navegación, símbolo perfecto de la divinidad, fuentes de energía y bienestar, dispositivos de equilibrio tectónico, puertas dimensionales. Enfoques esotéricos han sido tratados en múltiples libros como en los escritos por el escritor suizo de bestsellers Erich von Däniken y el escritor español Juan José Benítez.

Fuentes