Evelio Ernesto Guerra Nieblas
| ||||||||||||||||||||
Evelio Ernesto Guerra Nieblas. Combatiente revolucionario que participó en la lucha contra bandidos. Formó parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias.
Datos biográficos
Nació en Trinidad el día 17 de agosto de 1936, sus padres se llamaban Braulio Guerra y Cecilia Nieblas. Fue poco a la escuela por la necesidad de su familia, tuvo que comenzar a trabajar desde muy niño para aumentar los ingresos de la familia, solo llego al segundo grado, sabía leer y escribir y siempre tuvo el anhelo de aprender más para superarse. Siendo pequeño la familia se traslado a vivir a la finca “Arroyo Grande”, donde su padre trabajaba como partidario y Ernesto trabajaba en la finca “El Recreo”, en variadas actividades agrícolas.
Labor revolucionaria
Cuando comenzó la lucha armada en el II Frente del Escambray se brindó para vender bonos a los campesinos y de práctico y como correo pues le era fácil ya que el traía carbón a vender a Trinidad.
En la lucha contra la dictadura cooperó con las fuerzas del Ejército Rebelde en especial con la guerrilla del M-26-7, encabezada por Víctor Bordón.
Labor revolucionaria
Al triunfar la Revolución enseguida formó parte de las Milicias Nacionales Revolucionarias (Campesinas) y cuando la Lucha Contra Bandidos dedicó sus mayores esfuerzos a la limpia de contrarrevolucionarios, aunque seguía trabajando la tierra para contribuir al aumento de la producción y además como conocedor de la zona era un práctico entendido en la materia.
Muerte
El 9 de agosto de 1960 se presentaron en su vivienda varios bandidos vestidos de milicianos, uno de ellos, Justo Germán Gascón Naranjo, le pide que les sirviera de práctico hasta el mirador de Topes de Collantes, como Tico tenía el pie derecho enfermo se disculpó, pero los falsos milicianos elevaron el tono autoritariamente y al instante comprendió el engaño. Fue sacado por la fuerza de su casa, delante de sus dos hijos, y de nada valió las súplicas de su esposa para que lo dejaran en casa.
Elio Jorge Martínez, jefe de compañía de Tico, señala como autor material de los hechos a Benjamín Tardío Hernández, Pangüín, en aquel entonces comandante de la zona de operaciones No. 5 del bandidismo; mientras que en el Juicio 3 de 1963, en Remisión de Actuaciones dirigidas al Procurador General del Estado Mayor del Ejército del Centro, se afirma que Pangüín había ordenado a su hermano Blas Tardío ejecutar el crimen.
Cuando sacan de su hogar a Ernesto, cerca del lugar esperaba el resto del grupo encabezado por Blas Tardío. Entre todos, atropellaron a Tico hasta Boca de Carreras; allí en un paredón y entre dos grandes peñascos lo amarran por el cuello y Blas Tardío comienza a golpearlo con una coyunta y Tico le regala señora galleta al cabecilla, que le hizo recordar la tremenda golpiza que le había propinado a su hermano Pangüín, en el pasado, por un problema personal.
La reacción de Ernesto evidenció su dignidad. Los asesinos se ensañaron: después de incontables torturas, lo ahorcaron y acto seguido lo lanzaron hacia una gruta, de aproximadamente 3 metros de profundidad y la rellenan con otras piedras, a manera de enmascaramiento. El resultado no pudo ser más trágico, no apareció el cadáver de Ernesto hasta el año 2008, es decir, 47 años después.
Después de estos hechos, al no aparecer el cadáver de Tico, algunos pensaron que se había unido a los bandidos, pero Elio Jorge, con la toda razón de su parte, pensaba lo contrario, porque confiaba en la honradez y patriotismo de su subordinado, al que conocía muy bien.
Un año después de los hechos, Pangüín Tardío cae herido en combate contra las tropas de la elecebé, lo remiten hacia el Hospital Militar de Santa Clara y Elio Jorge obtuvo permiso para hablar con el prisionero que antes de alzarse frecuentaba su casa, pero simuló que no lo conocía ni a Tico tampoco, por tanto, no pudo averiguar el paradero del cadáver ni hubo consuelo para su madre, Celia Niebla, lacerada por desaparición de su hijo.
El 3 de marzo de 1965 es capturado Blas Tardío junto a cuatro bandidos más, en el juicio 338/65, fueron condenados a la pena de muerte por fusilamiento a causa de sus números crímenes. Según cuenta su hija Isora, varios años habían pasado de la captura de Blas Tardío, cuando un bandido que se había ocultado en Trinidad se entrega a la justicia y raíz de su declaración, identifican a uno de los asesinos de su padre nombrado Estanislao, quien se había alzado con apenas doce años. En el juicio celebrado a este sujeto, la fiscal le pregunta si sentía arrepentimiento por los crímenes cometidos y muy sereno contestó que no, que si estuviera en libertad haría lo mismo otra vez. Tal es el verdadero rostro del terrorismo.
Fuentes
- Cornelio Manso, Roberto Félix: Folleto de Consulta para Fortalecer el Conocimiento sobre las Victimas del Bandidísimo en Cuba. Centro Universitario de Sancti Spíritus, 2010
- Pereira Perera, José Fidel. Diccionario biográfico de Trinidad. Inédito.
