Familia Grave de Peralta

Familia Grave de Peralta
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Monumento a Julio Grave de Peralta, en el parque que lleva su nombre en la ciudad de Holguín
Fecha:1855-1878
Lugar:Holguín
País(es) involucrado(s)
Bandera de Cuba Cuba
Líderes:
Los hermanos Julio y Belisario Grave de Peralta


Familia Grave de Peralta. En la historia de la familia Grave de Peralta, relevante en las conspiración y la guerra de independencia, se destacan Julio y su hermano Belisario, ambos Generales. Parecen ser los únicos miembros de esa estirpe que militaron en el mambisado pero realmente existen otros que arriesgaron sus vidas y haciendas en función de la causa de la libertad.

La familia Grave de Peralta antes del inicio de la guerra de independencia

La posición política de los Grave de Peralta quedó demostrada en los años previos al alzamiento de 1868. Eran gente contestataria del régimen imperante. Rafaela, la madre, había realizado una acusación contra un Teniente Gobernador por abuso en sus funciones, para atreverse a tal demanda era necesario poseer gran valor, pues los gobernadores españoles tenían un poder, en la práctica, casi absoluto. Siguiendo esa vocación rebelde otros hijos de Rafaela y José Grave de Peralta cometieron actos sediciosos.

Julio también estuvo involucrado en una conspiración muchos años antes del estallido de octubre de 1868. En dos cartas escritas en 1870, en plena guerra, dirigidas una a Carlos Manuel de Céspedes y otra a la Cámara de Representantes, se refería a su participación en un complot independentista, cuando plantea:

“Teniendo que advertir que hace 18 años que se ocupa de la causa según se puede probar con personas que están con nosotros y que con fecha más atrasada vienen ocupándose de la misma.”[1]

Francisco Grave de Peralta estuvo complicado en diversos movimientos sediciosos. Las autoridades de Las Tunas lo acusaron de organizar un atentado contra un cobrador de impuestos y de sospechoso de comerciar con ganado robado por delincuentes e incluso de participar en las fechorías de éstos. Era una política implementada por algunos miembros del gobierno de acusar a los desafectos del poder colonial de robos. Por tales razones fue condenado a destierro en Isla de Pinos y finalmente expulsado de Cuba. Al iniciarse la guerra de 1868 se encontraba en el extranjero y allí se unió a los grupos que organizaban expediciones para apoyar a los mambises. Regresó a Cuba en una de ellas.

Una de las hijas de Doña Rafaela, Prudencia, se casó con el gaditano Idelfonso Vivanco, cuyo matrimonio se estableció en San Juan de los Remedios, ya que Idelfonso era agrimensor público de la villa. Los lazos con el tronco familiar holguinero no se perdieron. De vez en cuando se producían visitas en uno u otro sentido geográfico. Un hermano de Prudencia, Julio, siendo un adolescente, visitó la villa de Remedios y allí residió durante un tiempo en la casa de su hermana. Fue introducido por su hermana y su cuñado en el ambiente revolucionario de la localidad, allí conoció al dramaturgo independentista Francisco Javier Balmaseda.

Julio Grave de Peralta en la obra de Francisco Javier Balmaseda

A ello hace referencia el dramaturgo remediano Francisco Javier Balmaseda, en el texto “Carlos Manuel de Céspedes”. En la segunda escena de la obra se produce una reunión de los principales líderes de la guerra de 1868. Es posible que algunos de estos patriotas nunca se hubieran encontrado en la vida real. Este fue el caso de Julio Grave de Peralta e Ignacio Agramonte. En la referida obra, la libertad artística, muestra como si ambos se conocieran y saludaran como si fueran viejos amigos, sin embargo, hasta ahora no hay evidencias de que tuvieran un contacto personal.

Al iniciarse el encuentro el General Ignacio Agramonte le presenta al holguinero a dos patriotas remédianos. Pero dejemos a la imaginación del artista esta singular reconstrucción del pasado en su obra “Carlos Manuel de Céspedes”. Reproducimos textualmente algunos fragmentos:

”Ignacio Agramonte: Tengo el gusto de presentarle a los Coroneles Antonio Lorda y Francisco García Conde que vienen de Remedios, tierra fecunda en valientes. Julio Grave de Peralta: Señor General Agramonte ya tenía el gusto de conocer a estos denodados coroneles; he vivido muchos años en Remedio.”[2]

Esta obra de teatro confirma la presencia de Julio Grave de Peralta en Remedios durante su juventud, y demuestra que el dramaturgo conoció al futuro General durante su estancia en esa población. La literatura y el arte en general han dado la posibilidad de mostrar las relaciones humanas, las pasiones, y en este caso permitió confirmar una información del pasado.

Preparación de la insurrección

Idelfonso, era un convencido independentista y sus acciones iban más allá de Remedios. En 1855 utilizando la numerosa red de barcos de cabotaje que entonces recorrían las costas de la Isla se trasladó con su esposa a Holguín. El retorno de la hija pródiga debió provocar una enorme alegría en la familia. El matrimonio quedó alojado en la gran casa solariega de los Grave de Peralta en la ciudad de Holguín. Hasta allí acude el resto de los hermanos y parientes para saludar a Prudencia. Los más íntimos comienzan a descubrir que tras la sorpresiva visita había asuntos que no se trataban en los saraos familiares.

Belisario Grave de Peralta

Hasta ese momento parecía que era una visita usual de una hija casada a sus padres. Idelfonso inesperadamente se sumerge en un extraño andar y desandar por toda la jurisdicción. Primero se hace acompañar por su cuñado Francisco Grave de Peralta y luego por su otro cuñado, Manuel. Recorre la comarca con el pretexto de especular con la venta de fincas y estudiar supuestas minas de oro. Mientras tanto elabora detallados planos de la jurisdicción. Tenía especial cuidado de señalar las bahías, su profundidad y la distancia entre los puntos de mayor importancia de la cabecera de la jurisdicción.

No es de extrañar que tantas idas y venidas por la comarca atrajeran la atención de las autoridades. Más, teniendo en cuenta que era un hombre vinculado a una familia peculiar como los Grave de Peralta. Por otro lado, por aquellos días se había descubierto la llamada conspiración de Ramón Pintó. Se impartieron órdenes a los diferentes capitanes y Tenientes pedáneos para que procedieran a la detención de los sospechosos. Idelfonso y su cuñado Manuel que lo acompañaba, fueron capturado por uno de los esbirros coloniales.

Los planos fueron confiscados, creían que habían sido elaborados para facilitar el desembarco de una expedición. Idelfonso argumentó que se dedicaba a la especulación de tierras y unas minas de oro. Sin embargo, la versión no la creyeron, los detenidos fueron trasladados a Holguín, donde dejan a Manuel y a Idelfonso lo remitieron primero al puerto de Gibara y luego a Santiago de Cuba.[3]

El expediente relativo a estos hechos no aclara cuál fue el destino final de Idelfonso. Manuel fue puesto en libertad pues hay evidencias de que pocos años después se encontraba en Holguín. Era Prudencia Grave de Peralta inocente de las acciones conspirativas de su esposo y hermanos. Ella debió estar al tanto de lo que hacía su familia y quizás participó en la actividad conspirativa. Todo lo que se relacionaba con los Grave de Peralta se convertía en sedicioso e insumiso.

En la documentación de las autoridades españolas aparecen otros expedientes vinculados a indagaciones diversas sobre los Grave de Peralta, en especial contra Francisco. Ellos resultaban sospechosos por oficio. En 1868 Julio Grave de Peralta estaba registrado en el libro “a vigilar” de la policía local por su actitud sediciosa.[4] Es una historia forjada en el misterio del clandestinaje y olvidada.

Julio Grave de Peralta en la preparación de expediciones mambisas

Durante la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868, Julio Grave de Peralta organizó varias expediciones, con la solidaridad de los patriotas de Las Antillas. En marzo de 1871 llegó a las costas de Jamaica para organizar una expedición. Al respecto anotó en su diario:

Julio Grave de Peralta
“Después de 40 horas de una navegación bastante penosa desde “Boca de Caballo” a Jamaica llegamos a Puerto Santa María en el día de la fecha fui lo mejor atendido por muchos ingleses que fueron a vernos como venidos de Cuba, pasamos a la oficina del Cuerpo de Policía y todo estuvo bien aquel día.”[5]

El día 12 anotó:

”Todo se preparó para salir al día siguiente sin otra ocurrencia anotarse. En este día algunos ingleses demostraron simpatía por nuestra causa y hubo hasta quien se comprometiese a ir en la primera expedición que saliera para Cuba para hacerle la guerra a los españoles.”[6]

El 9 de junio de 1871 Julio Grave de Peralta preparaba una expedición, esta vez desde Haití, así lo recogió en su diario personal:

“En esta fecha le escribo al señor Francisco Parreño a Jamaica para que se aviste con un inglés en “Puerto Santa María” y me diga si aún está dispuesto a ir a Cuba, con cuántos hombres puedo contar y cuánto cuestan dándome aviso por conducto del señor Fernández a la mayor brevedad posible.”[7]

El intento de Grave de Peralta de llevar equipos bélicos desde Haití en el buque Hornet lamentablemente fracasó.

Referencias bibliográficas

Bibliografía

  • Fuente: M. Sc. José Miguel Abreu Cardet. Premio Nacional de Historia.
  • El Hornet Esperanza y frustración en el Caribe. Introducción y notas José Abreu Cardet y Hal Klepak. Instituto de Investigaciones Históricas Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo Michoacán. México, 2009.
  • Museo Provincial La Periquera, Holguín. Fondo: Julio Grave de Peralta.
  • Rine Leal: Teatro Mambí. Editorial Letras Cubana. La Habana, 1978.
  • ANC. Fondo: Comisión Militar, legajo 123 y 125.