Faro Estaca de Bares
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Faro Estaca de Bares Instalado el extremo Norte de la Península, este faro se encendió en 1850. Merece la pena avanzar hasta el final de este cabo, que marca el inicio o el final del mar Cantábrico.
Ubicación
El Faro de Estaca de Bares está en la entrada de la ría del Barqueiro, en la misma punta de Estaca de Bares, ubicada en la meseta de Ventureiro. Es el último faro de la costa septentrional coruñesa, y marca la frontera entre el Atlántico y el Cantábrico.
Descripción
El faro, con una lámpara Sautter de aceite de oliva y un aparato Fresnel de la casa Létourneau, fue encendido el 1 de septiembre de 1850; su luz blanca giratoria tenía un alcance de 20 millas y se elevaba a 335 pies (unos 102 metros) sobre el nivel del mar. Su coste fue de 131.830 reales. En los meses de junio y julio de 1850 se instaló la luz, y después de encenderse para realizar las pruebas necesarias, empezó a alumbrar el 1 de septiembre del mismo año, con aparecía de luz blanca giratoria con eclipses de minuto en minuto. Este faro es el más septentrional de la Península y se encuentra en el cabo de Bares, sobre un montículo a 92 metros sobre el nivel del mar, en una meseta llamada Ventueiro. Este lugar es la frontera imaginaria y punto de encuentro entre el Atlántico y el Cantábrico; es la entrada a la Ría del Barquero.
Entró en funcionamiento el 1 de septiembre de 1850, con apariencia de luz blanca giratoria con eclipses cada minuto, óptica catadióptrica de 1º orden y lámpara de aceite con cinco mechas, reemplazada posteriormente por una de parafina y petróleo.
En 1905 se instaló unalámpara incandescente por vapor de petróleo, que funcionó hasta 1916, año en que se instaló un quemador; en 1948 se instaló una nueva maquinaria, que cambió la apariencia a destellos cada 10 segundos.
Su luz ahora tiene un alcance de 35 millas. La torre que alberga la linterna está hecha de piedra, y tiene escalera de hierro, fundida en Sargadelos. Adosada a la torre hay una vivienda que está habitada por el farero debe ser de los pocos que quedan habitados. Está incluido en la Red Natura 2000 y es uno de los pocos faros del mundo que queda con farero. Está situado en una antigua base de la Armada española y está habitado por Eugenio Linares, que lleva allí más de media vida, 35 años.
