Fusarium

Fusarium
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Fusarium1.jpg
Reino:Fungi
Clase:Sordariomycetes
Orden:Hypocreales
Familia:Nectriaceae
Género:Fusarium, Link ex Grey, 1821
Especie:Fusarium aquaeductuum
F. aquaeductum var. media
Fusarium chlamydosporum
Fusarium coeruleum
Fusarium dimerum
Fusarium incarnatum
Fusarium napiforme
Fusarium oxysporum
Fusarium proliferatum
Fusarium sacchari
Fusarium solani
Fusarium sporotrichoides
Fusarium sub glutinans
Fusarium tabacinum
Fusarium verticillioides
Hábitat:Suelos y plantas

El género Fusarium es un grupo de hongos filamentosos ampliamente distribuidos en el suelo y plantas. Debido a su capacidad de crecer a 37°C, son considerados oportunistas. Pueden causar infecciones sistémicas en pacientes inmunocomprometidos, con una alta mortalidad. Algunas de sus especies producen toxinas que afectan al hombre y animales. De las más de 100 especies de Fusarium descritas, sólo 12 de ellas pueden considerarse patógenas para el humano, entre ellas destacan F. solani, F. oxysporum y F. verticilloides, en orden decreciente de frecuencia.

Taxonomía

La taxonomía para este género es bastante compleja y ha sufrido diversos cambios desde las primeras descripciones hechas por Link en 1803. A pesar de los avances en la taxonomía molecular, y la aparición de metodologías como MALDI-TOF, la taxonomía clásica continúa vigente, aunque requiere de la experiencia del observador.

Al microscopio, la fiálide es generalmente fina, con forma de botella; simple o ramificada; cortas o largas; monofialídica (que emergen esporas de un poro de la fiálide) o polifialídica (de varios poros). Los macroconidios presentan forma de medialuna, hialinos y septados. Para su correcta clasificación es importante el largo, ancho, curvatura, septos, agrupaciones mucoides (esporodoquios) y detalles de las células de los extremos (célula apical y pie).

Los microconidios, ausentes en algunas especies, poseen variadas formas (fusiformes, ovales, clavadas, entre otras), agrupaciones (estructuras mucoides llamadas “falsas cabezas”), en cadenas largas o cortas; todas observables a la lupa (40x). Otro tipo de conidios son los mesoconidios, que son similares pero de menor tamaño que los macroconidios y nunca forman estructuras mucoides. Por último, pueden observarse las clamidosporas características con doble pared gruesa, lisa o rugosa; de manera aislada, en pareja o en grupo.

Características

Fusarium es un extenso género de hongos filamentosos ampliamente distribuido en el suelo y en asociación con plantas. La mayoría de las especies son saprófitas y son unos miembros relativamente abundantes de la microbiota del suelo. Las esporas del hongo son fácilmente reconocibles al microscopio por su forma de media luna o de canoa.

Algunas especies de Fusarium producen micotoxinas en los cereales y que pueden afectar a la salud de personas y animales si estas entran en la cadena alimentaria.

Las principales toxinas producidas por estas especies de Fusarium son fumonisinas, tricotecenos y zearalenona.

El Fusarium son patógenos facultativos, capaces de sobrevivir en el agua y suelo alimentándose de materiales en descomposición. Algunas especies son fitopatógenas causando la enfermedad conocida como fusariosis, el ozono actúa en la desinfección en la agricultura como es un potente desinfectante.

Produce estructuras resistentes que se mantienen en el terreno durante muchos años (más de diez). En condiciones favorables (temperatura entre 25-30ºC, humedad del suelo no excesiva y se ve favorecido en terrenos abonados en exceso con estiércol), esta estructura germina y da lugar a un hongo activo, cuyas hifas penetran por la raíces, a través de heridas, hasta los vasos conductores, con lo que impide la circulación interna de nutrientes y agua. El Fusarium puede afectar también a las semillas, lo que supone una vía de transmisión junto con el suelo y el agua de riego.

Como en todas las enfermedades, para que se produzca se necesita un número de plantas suficientes, buena dispersión de las esporas y condiciones favorables de temperatura y humedad.

Síntomas

Las especies del género Fusarium provocan, como decíamos, la fusariosis. Esta enfermedad produce un marchitamiento general de la planta, también llamado la «seca» de la planta, debido a la trombosis de los vasos. Ataca en todos los estados de crecimiento y en caso de producirse en semillero, acaba con la muerte de las plántulas.

El Fusarium afecta tanto a plantas jóvenes como adultas, en las que produce, como decimos, un marchitamiento general. Las hojas superiores se empiezan a caer, las hojas inferiores empiezan a amarillear. Inicialmente la marchitez puede ser reversible, luego se hace permanente, hasta que la planta se seca y muere.

Esta enfermedad destaca por la necrosis vascular que presentan los cultivos afectados. En la superficie se puede observar el micelio algodonoso y producido, que da lugar a las esporas.

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Gestión y Control

Las especies patógenas de Fusarium son difíciles de controlar debido a su habilidad para sobrevivir en la tierra durante largos períodos con o sin planta receptora, así como por ser saprofitos. Un concienzudo programa del manejo de Fusarium debería incluir prevención, prácticas culturales, saneamiento y control biológico y químico.

Una disminución en el estrés de la planta reducirá el riesgo de que el hongo se extienda. Asegúrate de que usas plántulas o semillas limpias y libres de enfermedades. Evita el riego en exceso, una plantación profunda, el exceso de fertilizante con nitrógeno o fósforo y dañar las plantas cuando las estés plantando. El cultivo, la recolección y la selección son algunas de las prácticas que pueden ayudar a prevenir la expansión de Fusarium.

Aprender a distinguir los síntomas de la enfermedad en una etapa temprana es la práctica más efectiva para prevenir la expansión de Fusarium. Además, la desinfección del suelo y el uso de fungicidas químicos, la rotación de la cosecha o el uso de variedades resistentes, son las mejores prácticas culturales, biológicas y químicas para controlar y limitar enfermedades Fusarium.

Fuentes