Gabriel Miró

Gabriel Francisco Victor Miró Ferrer
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NombreGabriel Francisco Victor Miró Ferrer
Nacimiento1879
Alicante, Madrid, España, Bandera de España España
Fallecimiento1930
Madrid, España, Bandera de España España
Nacionalidadespañola Bandera de España España
Alma materLicenciado en Derecho
OcupaciónEscritor

Gabriel Francisco Victor Miró Ferrer. Licenciado en Derecho, escritor que se sitúa entre los escritores españoles más relevantes del género de la novela. Es también de los poetas modernistas predilectos de la generación del 98 en España.

Síntesis biográfica

En 1920 es funcionario del Ministerio del Trabajo en Madrid. Vive primeramente en el barrio de Argüelles y encuentra un joven admirador en su vecino Dámaso Alonso, que se relaciona con él y lo evoca después exhalando vida y tratando de "domeñar la rebeldía de la melena gloriosa". Como escritor fue cronista de la ciudad de Alicante 1911. Desde 1921 secretario de los concursos nacionales del Ministerio de Instrucción Pública, en el que también tuvo un empleo. En 1925 ganó el premio Mariano de Cavia. Colaboró en diarios y revistas como ABC de Madrid y La Nación de Buenos Aires.

Hizo sus estudios en el colegio de Santo Domingo de Orihuela y en el instituto de Alicante. Se licenció en Derecho en la Universidad de Granada, después de algunos cursos en la de Valencia. Tuvo modestos empleos en el Ayuntamiento y Diputación de Alicante. En 1901 se casó con Clemencia Maignon, hija del cónsul de Francia en dicha ciudad. En 1914 reside en Barcelona, en cuya Diputación consigue un empleo, y donde la editorial Vecchi y Ramos le encarga la preparación de una enciclopedia religiosa.

Cuantos críticos han estudiado su obra, insisten en que, ante todo, es un poeta y que su lenguaje es el propio de la poesía. Como novelista, su novela se aproxima más al ensayo. Pero la gloria de Miró es su expresión, porque él consideraba la palabra "como la más preciosa realidad humana". Aunque los motivos, tipos y pueblos que nos presenta pertenecen a los predilectos de la generación del 98, su forma externa es más propia de la de los poetas modernistas.

Cada vocablo, cada frase de Miró está hipercargada de emoción y, sobre todo de sensaciones. No sólo hay en su lenguaje la expresión de cada uno de sus sentidos, sino que se acumulan en él las sensaciones de dos o de tres de ellos en una complejidad y riqueza nada frecuentes. En sus obras no hay dinamismo; son cuadros de una extraordinaria potencia evocadora. Su geografía, retratos y paisajes, los centra en su región natal levantina.

Trayectoria

Comenzó a ser conocido, cuando en 1911, el "Cuento Semanal" le premió Nómada, la narración de un rico jijonense que perdió a su hija y a su esposa y que, para olvidar sus penas, se entregó a la mala vida en la que dilapidó su hacienda convirtiéndose en un nómada nostálgico en Francia, hasta regresar a su tierra en la miseria; y, vencido y humillado, refugiarse en casa de su hermana que estima como una desdicha su llegada. Esta novelita, que había sido precedida de otras -la primera parece que fue La mujer de Hojeda 1901-, le situó entre los escritores españoles como un levantino que escribía unas novelas distanciadas de los regionalismos conocidos.

En Barcelona se le publicó una novela muy valiosa dentro de su genio típico: Las cerezas del cementerio (1910). Valdivia regresa a su pueblo en busca de reposo, pues está enfermo del corazón, y, en el viaje, conoce a una señora con la que un tío suyo había tenido relaciones amistosas muy accidentadas. Valdivia y ella se apasionan y todos conocen sus amores culpables. Cuando Valdivia muere es enterrado en el cementerio de Posuna, famoso por sus cerezos con ricos frutos que nadie come pensando en que toman su sustancia de los muertos. Pero la amante visitó su tumba y comió de sus cerezas, con las que "sorbía y comulgaba la esencia del amado". Es una novela cuyo estilo está perfectamente adecuado a ese contenido de exaltado e impresionante misticismo amoroso.

En El abuelo del rey 1915 presenta tipos pueblerinos de Serosa, y el principal de ellos, don Arcadio, amante de la tradición, que se amarga la vida primero con el hijo (ingeniero que ama los viajes y se casa con una cubana que muere del primer parto sin que su suegro haya demostrado el más pequeño interés por ella; aquél se aleja de sus padres y muere en Filipinas) y después con el nieto (arruina a los abuelos con sus supuestos inventos, y se va a América sin que nunca se sepa de él más que una vaga noticia de que unos indios le han proclamado rey). Aunque es de las más dinámicas, no es precisamente de las mejores.

En Nuestro Padre San Daniel 1921, "novela de capellanes y devotos" que sitúa en Oleza (Orihuela), en medio de las intrigas familiares resplandecen figuras como Paulina, transida de sensualidad por el paisaje que "le latía encima", o el cura don Magín, entre maravillosas descripciones como la muerte de don Daniel o la de las solemnidades litúrgicas de unas vísperas en la catedral de Oleza.

Ya había comenzado La novela de mi amigo (1907) con un personaje de deseos frustrados y desventuras (la muerte de su hermana de tres años quemada por un pan hecho brasa, su vida con una mujer sórdida y sin ser capaz de asirse a la única esperanza que es el amor que siempre le ha profesado su cuñada, siempre silenciosa junto a él, acaba con su suicidio en el mar "sorbiendo la copa de su amargura"). Niño y grande 1922 presenta dos aspectos; el de un murciano de la huerta que narra su infancia y confidencias con dos condiscípulos; y, después, cuando los volvemos a encontrar, enredados en adulterios más o menos románticos. La parte de esta novela en la Mancha puede considerarse autobiográfica, porque se puede creer coincidente con el viaje que Gabriel Miró realizó a Ciudad Real en 1893.

También son autobiográficas El libro de Sigüenza 1917, en el que Sigüenza personifica al autor con su bondad, su sencillez, su melancolía y su sinceridad que fracasan ante la hipocresía y la inmoralidad aldeanas; y Años y leguas 1928, en el que, ante Sigüenza, pasan veinte años y el paisaje (pueblos, masías, calvarios, morterete) comenzó "a pasar y envejecer referido a su vida". Esta última obra -la última también de su bibliografía- se considera lo mejor y más expresivo de su producción: forma brillante modernista y los aldeanos y los pueblos del 98.

Lo que hay en los libros citados de cuadro pictórico se considera el mejor acierto estético de Miró. Por esto tienen gran significación Figuras de la Pasión del Señor (2 volúmenes, 1916-17) y El humo dormido 1919, con sus Tablas del Calendario entre el humo dormido. Dos obras en las que escenas y personajes del tema van apareciendo como acuarelas. En la primera, con emoción y vivos colores, nos presenta quince capítulos, cada uno con independencia del resto. Los tipos -aunque vestidos con los ropajes bíblicos- están tomados de su humanidad levantina; los paisajes de su tierra natal se sobreponen a las estampas de Judea.

En los de la segunda obra citada, con los personajes, nos va describiendo toda la Semana Santa. Como típica expresión del arte literario mironiano ha de citarse El obispo leproso (1926), en la que nos presenta la ciudad puritana en apariencia, pero contaminada de las más deshonestas pasiones. La lepra patéticamente llamativa se da en el prelado de la diócesis, ya que el leproso es personaje de la predilección mironiana. Aunque se ha acusado a Miró de abusar de un vocabulario precioso y desusado, su prosa es de una gran originalidad y una de las expresiones más ricas de la literatura española moderna.

Obras

La mayor parte de la crítica considera que la etapa de madurez literaria de Gabriel Miró se inicia con Las cerezas del cementerio (1910), cuya trama desarrolla el trágico amor del hipersensible joven Félix Valdivia por una mujer mayor (Beatriz) y presenta —en una atmósfera de voluptuosidad y de intimismo lírico— los temas del erotismo, la enfermedad y la muerte.

En 1915 publicó El abuelo del rey, novela en la que se relata la historia de tres generaciones en un pueblecito levantino, para presentar, no sin ironía, la pugna entre tradición y progreso y la presión del entorno; pero, ante todo, nos encontramos con una meditación sobre el tiempo.

Un año después aparece Figuras de la Pasión del Señor (1916–17), formada por una serie le estampas en tomo a los últimos días de la vida de Cristo. También de 1917 es el Libro de Sigüenza, con el que Miró inicia las obras de carácter autobiográfico, centrándose en el personaje de Sigüenza, no sólo heterónimo o álter ego del autor, sino su propio yo fijado líricamente, que va dando unidad a las escenas en sucesión que componen el libro. Un carácter similar tienen El humo dormido (1919), sobre el tema del tiempo, y Años y leguas (1928), de nuevo con el personaje de Sigüenza como protagonista y eje conductor.

En 1921 apareció un libro de estampas, El ángel, el molino, el caracol del faro, y la novela Nuestro padre San Daniel, que forma una unidad junto con El obispo leproso (1926). Ambas se desarrollan en la ciudad levantina de Oleza, trasunto de Orihuela, en el último tercio del siglo XIX. La ciudad, sumida en el letargo, está vista como un microcosmos de misticismo y sensualidad, en el que los personajes se debaten entre sus inclinaciones naturales y la represión social, la intolerancia y el oscurantismo religioso a los que están sometidos

  • La mujer de Ojeda, 1901.
  • Hilván de escenas, 1903.
  • Del vivir, 1904.
  • La novela de un amigo, Alicante, 1908.
  • Nómada, 1908.
  • La palma rota, 1909.
  • El hijo santo, novela corta, 1909 .
  • Amores de Antón Hernando, novela corta
  • Las cerezas del cementerio
  • La señora, los suyos y los otros, 1912, novela corta
  • Del huerto provinciano, Barcelona, 1912, cuentos
  • El abuelo del rey, Barcelona, 1915.
  • Dentro del cercado, Barcelona, 1916.
  • Figuras de la Pasión del Señor, 1916 y 1917.
  • Libro de Sigüenza, 1917.
  • El humo dormido, Madrid, 1919.
  • El ángel, el molino y el caracol del faro, Madrid, 1921.
  • Nuestro padre San Daniel, Madrid, 1921.
  • Niño y grande, Madrid, 1922.
  • El obispo leproso, Madrid, 1926.
  • Años y leguas, Madrid, 1928.
  • Epistolario, edición de Ian R. Macdonald y Frederic Barberà, 2009.

Muerte

Este notable escritor falleció en el año 1930,Madrid, España.

Fuente