Gabrielle Petit

Gabrielle Petit
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NombreGabrielle Alina Maria Eugenia Petit
Nacimiento20 de febrero de 1893 , Bandera de Bélgica
Tournai, Bandera de Bélgica
Fallecimiento1 de abril de 1916.
Schaerbeek
Causa de la muerteFusilamiento
NacionalidadBélga
OcupaciónEspía
PremiosCruz de la Orden de Leopoldo.

Gabrielle Alina Maria Eugenia Petit fue una mujer belga que espiaba para el servicio secreto británico durante la Primera Guerra Mundial, ejecutada en 1916, se convirtió en una heroína nacional belga después del final del conflicto.

Sintesis biográfica

Gabrielle había nacido en febrero de 1893, en Sournai. Su madre, la baronesa de Dóncquers, mujer amante de la música y cultivada, procedía de la burguesía de Tournai. Gabrielle pasó su juventud en un tenso clima familiar.

Se crio en un internado católico en Brugelette después de la temprana muerte de su madre y casi abandonada por su padre. Antes del comienzo de la primera guerra mundial vivía en Bruselas trabajando como institutriz y también como vendedora. Después del inicio de la Gran Guerra se ofreció para servir con la Cruz Roja de Bélgica.El orfelinato no la marcó para siempre. Entre todas aquellas criaturas desamparadas y desgraciadas, consiguió continuar siendo indomable y autoritaria. Tras siete años de orfelinato, su padre, que se había vuelto a casar, la llevó consigo a Malinas. La rubia Gabrielle se había convertido en una hermosa joven, con respuestas fáciles y lenguaje atrevido. Ejerció varios oficios y se halló sin recursos en medio de la calle. Camarera de un baile, vivía en extrema pobreza o gastando en locuras el poco di inero que ganaba con unos y otros encuentros.

Maurice Gobert

En esas circunstancias, en marzo de 1914 Gabrielle se había comprometido con un joven belga ,un suboficial, Maurice Gopert. Fue una pasión compartida; el hogar en que tanto había soñado. Pero, la tormenta de agosto de 1914 la separó de su amigo. Los enamorados cambiaron unas cartas en el azar de las relaciones clandestinas entre la zona invadida y Francia. Gabrielle Petit quiso unirse a aquel a quien amaba. Su odio a los alemanes la empujaba a ello. Supo que, para ir a Francia, donde luchaba Maurice Gobert, el camino era peligroso. A pesar de todo arriesgó su vida, atravesó la frontera holandesa y se embarcó para Inglaterra. En el buque fue abordada por un oficial recIutador de los servicios secretos británicos, que le propuso una misión de espionaje. El odio de Gabrielle Petit contra quienes habían roto su sueño de dicha fue más fuerte que su prudencia. Durante ese viaje obtuvo información sobre el ejército alemán que transmitió a la inteligencia británica, quienes impresionados por su eficacia y precisión le ofrecieron contratarla para que trabaje para los servicios secretos ingleses.

Espionaje

Gabrielle Petit siguió cursos de espionaje en Londres. Se le enseñaron las astucias de la profesión, las reglas de seguridad y los procedimientos de cifrado. Fue felicitada por la rapidez con que asimiló nociones militares sobre los materiales y las unidades del ejército alemán. Volvió a Holanda y, a pie, franqueó la frontera. Estaba en Bruselas el 18 de agosto de 1915. Inició sus tareas –luego de alguna preparación- en el verano de 1915 en torno a Tournai y Moubenge, moviéndose disfrazada bajo una variedad de identidades falsas junto con un pequeño grupo llamado Servicio Mademoiselle Legrand. Su trabajo incluyó la observación de las áreas locales, el registro de movimientos de tropas y la obtención información técnica. Según la inteligencia inglesa fue una exitosa agente hasta su detención en febrero de 1916.

También fue distribuidora del periódico clandestino “La Libre Belgique” y asistió al servicio de correo –también clandestino- "Mot du Soldat". Organizó en seguida correos con Flesinga y se lanzó a la búsqueda de informes, que consignaba con tinta simpática en hojas de papel de fumar. Con frecuencia aquellos mensajes se escondían en las pipas que los agentes encargados de los correos llevaban en la boca. En caso de dificultades con alguna patrulla, una cerilla bastaba para destruir la correspondencia clandestina.Gabrielle Petit no descansaba ni un momento: reclutaba nuevos informadores y otros correos. Los informes abundaron. Eran de gran calidad, precisos.

Trampa

Sus actividades acabaron llamando la atención de la policía alemana. Continuó recorriendo el país, yendo de un agente a otro bajo distintas identidades. La policía no abandonó a la joven. Le preparó una trampa. Un agente provocador alemán tuvo una conversación con ella y le envió informes militares. Se hizo llamar Kindermans, pero su verdadero nombre era Keuvers. Vio a Gabrielle Petit varias veces y le entregó el dinero que decía haber recibido en Holanda para el funcionamiento de la red. Así obtuvo las pruebas buscadas desde hacía meses por los servicios del contraespionaje alemán. El 2 de febrero de 1916, Gabrielle Petit fue detenida en la casa de la señora Collet, en el 61 de la calle de Amberes, en Bruselas, donde vivía, y fue llevada a la Kommandantur. Maltratada, encerrada en un calabozo de la cárcel de Saint-Gilles, la espía se negó a revelar los nombres de los cómplices. Indomable, no quiso firmar el recurso de gracia. En la celda que ocupaba retumbaban los cantos patrióticos y los insultos a los alemanes.

Muerte

El 31 de marzo de 1916 fue llevada en un coche al Tiro Nacional. A las 6 horas y 40 minutos estaba, en pie, ante los soldados que iban a matarla. Luchó para que no le taparan los ojos. Gritó:

“¡Nada de venda! ¡Respetad los deseos de una mujer que va a morir!”

Antes de abandonar la cárcel, escribió a su hermana Hélene palabras de valor admirables:

“ ... Me voy como he venido. No lamento nada”

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La ejecución fue el 1° de abril de 1916 en el campo de ejecución en Schaerbeek. Su cuerpo fue enterrado en el recinto exterior. Acababa de cumplir 27 años.

Post guerra

Monumento a Gabrielle Petit

La historia de Petit no se conoció hasta después de la guerra, cuando comenzó a ser vista como una mártir de la nación. En mayo de 1919 se celebró un funeral para ella, con la presencia de la Reina Isabel de Bélgica, el cardenal Mercier de Bruselas, y el primer ministro Léon Delacroix, después de lo cual sus restos fueron enterrados con honores militares en el cementerio Schaerbeek. El 21 de julio de 1923 fue inaugurado, en la place Saint-Jean en Bruselas, un monumento en honor a Gabrielle Petit en presencia de la reina y la princesa María José y una multitud que llenaba inclusive las calles adyacentes.

El discurso del primer ministro belga sobre su tumba terminaba así:

“¡Mujeres belgas! ¡Es vuestra heroína nacional!”

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Su monumento refleja desafío, que representa una mujer joven, barbilla alta en una "postura valiente". Un tributo a toda una mujer belga en la guerra, el monumento se erige como símbolo poderoso de la propia nación belga, rechazando la servilidad y desafiante después de la tortura y la humillación de la ocupación por el enemigo. La reina de Bélgica colocó en el féretro la cruz de la Orden de Leopoldo.

Fuente