Gamo

Gamo
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Clasificación Científica
Reino:Animalia
Orden:Artiodáctilos
Familia:Cérvidos
Hábitat:Bosques caducifolios

Gamo. Mamífero que pertenece a la familia de los cérvidos. El origen de este animal es algo más antiguo que el de los ciervos, se cifra en el mioceno superior español. Es más pequeño que el ciervo y más grande que el corzo. Tiene un aspecto muy elegante con el cuerpo cubierto por un manto rojizo con manchas blancas en verano y gris parduzco en invierno. Puede alcanzar los 16 años de vida en libertad y los 20 años en cautividad, aun cuando es muy alta la mortalidad en los primeros años de edad y es muy raro que los ejemplares en libertad puedan superar los 8 ó 10 años de vida. Considerado un herbívoro de amplio espectro, su dieta está fundamentalmente integrada por hierbas y gramíneas, las que suelen completarse con hojas, brotes y frutos otoñales. Prefiere de modo natural los bosques caducifolios que no tengan inviernos muy crudos que le limiten las disponibilidades alimenticias.

Historia

Gamos

En la antigüedad, el gamo se convirtió en una presa codiciada por los cazadores, sobre todo los pertenecientes a las clases altas. Esto, paradójicamente, contribuyó a su conservación e introducción en varios lugares donde antes no estaba presente o se había extinguido durante la última glaciación. La mayor expansión se produjo durante el Imperio Romano y la Edad media, períodos en los que la especie fue introducida en Europa central, Islas Británicas, llegando hasta el sur de las penínsulas Escandinava y de Finlandia.

En épocas más reciente ha sido introducido también en América del Norte y del Sur y en el continente Australiano. En España, donde no es una especie autóctona, a finales del siglo XIX vivían en estado salvaje en Sierra Morena, cuenca del Tajo y Montes de Toledo. Siendo reintroducido en Doñana a principios del siglo XX, donde ya existían en el S. XV. En la actualidad ocupa numerosas áreas pequeñas y aisladas en todo el territorio peninsular. En la provincia de Granada solo está presente en la zona norte, en la Sierra de Castril y de Huéscar, en el límite con la Sierra de Cazorla-Segura.

Descripción

Gamo

Artiodáctilo de la familia de los cérvidos; mide 1,60 de longitud, incluidos los 16 ó 19 cm de cola, y de 80 a 100 cm de altura. Tiene las cuernas en forma de pala ancha y el manto cambia de color según las estaciones; el estival es rojizo en la parte superior y blanco en la inferior, y el de invierno es más largo, oscurísimo en el dorso y ceniciento en el vientre. Los jóvenes lo tienen moteado. Por su aspecto el gamo recuerda a la cabra, a la que se parece incluso en sus movimientos, y se diferencia del ciervo por las patas, más cortas y menos fuertes; por el cuerpo, bastante más proporcionado; el cuello y las orejas, más cortas; la cola, más larga, y, finalmente, por el color del manto, que varía bastante según las estaciones y la edad. En verano los gamos son castaños rojizos, con las partes inferiores del cuerpo y el interior de las patas blancas, y con anillos negruzcos alrededor de la boca y ojos. En cambio, en invierno, la parte superior del cuerpo es gris oscuro y la inferior gris ceniciento, con reflejos rojizos. A veces se encuentran algunos individuos completamente blancos, en tanto que, por el contrario, son rarísimos los negros.

Hábitat

El gamo prefiere las regiones templadas a los países fríos, y por eso abunda principalmente en la cuenca del Mediterráneo. Actualmente, este gracioso animal ha sido introducido con profusión en parques y reservas de toda Europa, de modo especial en Inglaterra.

Comportamiento

De actividad preferentemente crepuscular y nocturna, permaneciendo a lo largo del día tumbado, rumiando, en lugares protegidos y con buena cobertura vegetal, suele, además, desplazarse muy despacio, por lo que en muchas ocasiones pasa desapercibida su presencia en un territorio. Esta especie prefiere los bosques de hoja caduca relativamente húmedos, aunque se ha adaptado muy bien a los encinares ibéricos, siendo una especie emblemática de los mismos junto con el ciervo.

Por su género de vida se parece al ciervo, y también los sentidos, así como las facultades intelectivas, son muy similares, aunque se puede afirmar que el gamo es menos prudente y tímido. En los días soleados permanece, confiado, en los claros del bosque. Cuando huye, se comporta como la cabra, en el sentido de que corre a saltos, elevando a la vez las cuatro patas y llevando levantada la cola. Puede saltar, sin ninguna dificultad, un obstáculo de dos metros y, si es necesario, nada muy bien. Se tiende siempre sobre las cuatro patas y nunca de costado. Come los mismos alimentos que el ciervo, pero, como tiene la costumbre de arrancar la corteza de los árboles, resulta mucho más dañino.
En verano, los machos adultos viven aislados o se reúnen en pequeños rebaños: los más jóvenes, los pequeños y las hembras permanecen juntos. El reclamo de los machos en celo resuena en el bosque en las primeras horas de la tarde: no es muy estridente, pero tampoco es agradable, pues es ronco y profundo, como el lamento de un animal que agoniza.

Alimentación

Su alimento va a estar condicionado por las disponibilidades alimenticias, aunque en líneas generales se alimenta preferentemente de vegetación herbácea que constituye la base de su alimentación (hasta el 95 % en primavera) y en menor medida de hojas de árboles y arbustos, y de frutos como enebro, sabina y endrinos. El gamo dedica la mayor parte del tiempo a alimentarse, con importantes diferencias según la época del año; mientras que en primavera la alimentación puede llegar a ocupar un 80% de su tiempo, en invierno no suele alcanzar el 60%, aunque estas cifras pueden variar notablemente en función de la disponibilidad de alimento.

La actividad diaria en estos animales depende, además de la época del año en que nos encontremos, de otros factores como la hora del día, el sexo del individuo, la edad del mismo, y el grado de molestia que sufra la población por parte del hombre. En las crías, por ejemplo, se observa que tiene gran importancia el tiempo empleado en el juego de la huída. Esta actividad constituye el aprendizaje de la adaptación típica de la especie para evitar los peligros, mediante la huída coordinada del grupo, generalmente guiado por un individuo. Otra pauta de juego que se observa en las crías, aunque también en los adultos, es la denominada "falsa lucha".

Reproducción

Después de una gestación de ocho meses, la hembra pare uno o dos pequeños, que en los primeros días son muy torpes, y a los que la madre atiende y defiende con amor. A los seis meses empiezan a despuntar en el macho las protuberancias de las que, hacia fines del mes de febrero siguiente, saldrán las cuernas, que en los machos adultos pueden llegar a alcanzar un peso de hasta 57 kg.

Dimorfismo sexual

Muy acentuado. Sólo los machos presentan astas, dotadas de una ancha pala, característica de la especie, que echadas hacia atrás y aparecen implantadas sobre pedúnculos muy cortos, hasta terminan en tres puntas llamadas candiles.

Celo

Especie polígama. El celo tiene lugar a principios de otoño. Los machos adultos marcan el territorio, compiten con otros machos y cortejan a las hembras. Emiten un sonido característico, la "ronca", para advertir de su presencia a otros machos y para atraer a las hembras.

Gestación

La gestación dura unos ocho meses (229 días) y paren una sola vez al año en primavera.

Parto

Normalmente en junio las hembras preñadas paren una cría, rara vez, excepcionalmente, dos.

Duración de la lactancia

Las crías nacen con un pelaje pardo muy oscuro, con un moteado blanco que le sirve para mimetizarse en la naturaleza, suelen pesar al nacer en torno 4,5 a 6 Kgs. Las crías, que son muy indefensas en esta época de su vida, dan sus primeros pasos a los 17-55 minutos de nacer y maman también muy pronto, entre los 3 y los 130 minutos (A. Castells y M. Mayo, 1993).

Madurez sexual

Las hembras son fértiles a los 16 meses de vida y los machos de los 7 a 14 meses, aunque con mínimas posibilidades de procrear por el control jerárquico de los machos en el harén, el que suelen cubrir ejemplares adultos vigorosos y experimentados de 7 o más años.

Grupos sociales

El gamo forma grupos sociales de tres tipos: los de machos, los de hembras con las crías y los mixtos. Por lo general, vive en grupos familiares pequeños de menos de 10 individuos, o bien lleva una vida solitaria. “El tamaño medio de los grupos en el Parque Nacional de Doñana (donde más trabajos se han desarrollado sobre este cérvido en la Península Ibérica) durante todas las estaciones del año ronda los 8 individuos. No obstante, el tamaño de estos grupos sufre una variación estacional, apareciendo grupos mayores durante el verano y grupos menores en invierno y primavera, pasando por grupos de tamaño intermedio en otoño” (F. Braza, 2003).Un macho se une a uno de estos grupos durante la época de celo, normalmente en octubre. Tanto los machos como las hembras viven casi todo el año separados. Los grupos de hembras están formados sobre todo por asociaciones de madre y cría, acompañadas ocasionalmente por los jóvenes nacidos el año anterior.

Los grupos de machos están formados normalmente por machos adultos, a veces acompañados por machos subadultos y juveniles. Durante el celo los machos establecen territorios que defienden agresivamente, formándose grupos de varias hembras con sus jóvenes y un macho adulto, que puede ir acompañado de machos subadultos o de menor rango jerárquico. En esta época de celo es muy llamativo el fenómeno de la ronca del gamo. En Doñana, donde se ha estudiado mucho la especie, se han identificado varios tipos de sonidos: el ladrido de alarma de las hembras; los balidos de las crías y de las hembras para mantenerse en contacto, y los gañidos emitidos por las hembras en presencia de los machos de celo. A final de la primavera las hembras, que son fértiles durante toda su vida y a partir del año, paren una cría, rara vez dos o incluso tres.

Caza

El gamo es un animal prudente y desconfiado, cuya caza se puede efectuar en batida (montería), a rececho y al aguardo o espera. En esta última modalidad el cazador deberá tener en cuenta de que se trata de un animal sedentario, que habitualmente sigue la misma ruta para ir al encame, a los pastos y viceversa. Según el medio, este cérvido puede ser más visible durante el día, ya que gusta de pastar al descubierto, por prados y rastrojos. Para la caza a rececho o en batida, son válidas las mismas tácticas o precauciones que se deben tomar con sus congéneres, el corzo y el venado. No es animal de gran resistencia al impacto de las armas de fuego, por lo que todos los calibres medianos, corrientes, son válidos para su caza.

Relación con el hombre

Salvo rarísimas excepciones, en nuestros días no existen ya gamos salvajes. Como casi todos sus congéneres, donde son objeto de la protección adecuada y disfrutan de una libertad prácticamente total. Este animal se adapta mejor que cualquier otro cérvido a vivir en los parques, ya que su carácter confiado le hace simpático a todos; es alegre y propenso a jugar vivazmente. Presiente con cierta seguridad los cambios atmosféricos: si se le ve inquieto es casi seguro que se aproxima alguna borrasca. Cuando se halla en cautividad, el gamo conserva su temperamento vivaz, y aunque se encuentre en un recinto pequeño y estrecho se habitúa a él fácilmente. Capturados jóvenes y criados con leche de cabra o de vaca se hacen muy domésticos y hasta siguen a su dueño a todas partes. Pero los machos adultos mantenidos en cautividad, durante la época del celo (como, por lo general, todos los ciervos que viven en un espacio demasiado restringido), pueden volverse peligrosos hasta para el hombre. Parece ser que el gamo siente una verdadera pasión por la música; pues el sonido de un cuerno atrae incluso a los individuos salvajes.

Huellas

Huella de Gamo

De aspecto similar a la del ciervo, es más estrecha y puntiaguda que la de esta especie. Marca las dos pezuñas, siendo su tamaño el de unos 7-8 cm. de largo por 4-5 de ancho en los machos y de 5-5,5 cm. de largo por 3-3,5 de ancho en las hembra.

Otros rastros

Muy variados tales como marcas en los árboles: suelen ser de dos tipos, escodaduras, las que si bien se prestan a confusión con las de otros cérvidos, pueden identificarse cuando aparecen presentes algunos pelos dejados por el macho al limpiarse la cornamenta y territorialistas, son marcas mas profundas y aparecen impregnadas de las glándulas olorosas preorbitaria y de orina. Desmogues: asta de los gamos machos que deja abandonados el animal en el desmogue, el que se produce anualmente entre los meses de mayo y abril. Excavaduras en el suelo: las efectúa el gamo con las patas delanteras para marcar territorios.

Excrementos

Excremento de Gamo

Parecido a los de la hembra del ciervo pero más pequeños (de 16 x 11 mm. en los machos y 15 x 8 mm. en las hembras), de color negros y tonalidad brillante, es menos cilíndricos que los del ciervo, y al igual que éstos suelen depositarse en pequeños montoncitos.

Enemigos naturales

Presenta pocos depredadores, aunque el lobo puede predar sobre la especie, particularmente sobre los más jóvenes. También es víctima de otros carnívoros como el zorro y el lince, y en menor medida por el oso. También el águila real tiene entre sus víctimas al gamo.

Principales problemáticas

Los actuales sistemas de caza mayor, en los que en la práctica priman las capturas de los ejemplares más vigorosos y con mejores astas, al margen de cualquier otro criterio selectivo y cinegético, están perjudicando la genética de la calidad de la especie.

Enlaces externos

Fuentes