Gilberto Owen

Este artículo trata sobre Gilberto Owen: Diplomático y Poeta mexicano. Para otros usos de este término, véase Owen (desambiguación).


Gilberto Owen
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Destacado poeta, maestro y diplomático Gilberto Owen
NombreGilberto Owen
Nacimiento4 de febrero de 1905
El Rosario,Sinaloa,Bandera de los Estados Unidos Mexicanos México
Fallecimiento9 de marzo de 1952
OcupaciónPoeta y maestro

Gilberto Owen fue un poeta mexicano. Ocupó cargos diplomáticos diversos. Fue autor de Desvelo (1923, editado de manera póstuma), La llama fría (1925), Novela como nube (1926), Línea (1930) y Perseo vencido (1948).

Síntesis biográfica

Gilberto Owen Nació el 13 de mayo de 1904 en el pueblo sinaloense de Rosario, de donde partió con su madre y su media hermana a Toluca, capital del Estado de México. Hijo de Guillermo Owen y Margarita Estrada. Se desempeñó como maestro de escuela y le gustaba hacer versos, personalidad indiscutible de las letras sinaloenses. Vivió su infancia en Toluca, después estudió en la Escuela Nacional Preparatoria.

Estudios

En 1922cuando estudiaba en Toluca representó al Instituto Científico Literario ante Obregón, pronunció un discurso de Bienvenida, impresionó al presidente por su oratoria, ganándose el nombre de lector de periódicos, en la Secretaría de la Presidencia haciendo la síntesis de los diarios capitalinos para el presidente.

Trabajos realizados

En 1926 ingresó a la revista Ulises, fue uno de los más entusiastas colaboradores y en 1928 participó en la revista Contemporánea como autor, traductor y miembro del grupo. Incursionó en la diplomacia, siendo miembro del servicio consular en Nueva York, Lima y Quito. Ingresó al servicio exterior y radicó en varias ciudades de los Estados Unidos, Perú, Ecuador y Colombia, donde se casó el 2 de diciembre de 1935, con la hija de un ex presidente.

Se desempeñó en este empleo durante cerca de 5 años, lapso en que conoció a Javier Villaurrutia, Jorge Cuestos y Salvador Novo, con quien hizo versos y novelas. Su trabajo diplomático lo alejó de la poesía. Fracasó en su matrimonio y regresó a México.

En 1942 se incorporó a la redacción de "El hijo prodigo"; trabajó en la Secretaría de Economía. Hacía traducciones para solventar su difícil economía y se aficionó al alcohol. Volvió a Colombia en 1944.

La Prosa de Owen, sus novelas, no solo acusan una cercanía al Vanguardismo de la época sino también un estrecho acercamiento al ritmo poético. Su obra aunque breve, está cargada de significación. En tanto la poesía, ha vivido una suerte extraña, cuando al principio fue considerado un poeta de tono menor y oscuro, aunque de profunda raigambre surrealista, los estudios que se han escrito en torno a su obra han revelado a un autor con gran talento y misterio.

Obras

La mayor importancia de Gilberto Owen radica en su libro de 1948, Perseo vencido, el cual consta de tres partes: el "Madrigal por Medusa", que da título al volumen; la serie de poemas Simbad el varado, bitácora de febrero; y el breve Libro de Ruth. Se trata de un libro escrito durante aproximadamente 18 años, que ha sido interpretado de muy diversas maneras y que narra poéticamente la aventura espiritual de un enamorado, el intento de purificación y el fracaso del amor y de la poesía.

Fuertemente influido por Rimbaud, T. S. Eliot y la estética vanguardista, Owen no dejó atrás su original formación barroca y construyó una obra llena de referencias cultas, cuyas claves esotéricas van siendo poco a poco descubiertas mientras se descubren también que muchos de los datos de su biografía son invenciones y metáforas del propio Gilberto Owen.

Poemas famosos

Poema Y Tu Poética de Gilberto Owen
Lunes, abril 17th, 2006

Primero está la noche con su caos de lecturas y de sueños.
Yo subo por los pianos que se dejan encendidos hasta el alba;
arriba el día me amenaza con el frío ensangrentado de su aurora
y no sabré el final de ese nocturno que empezaba a dibujarme,
ni las estrellas me dirán cuál fue, cabal, mi nombre. Ni mi rostro.
Si no es amor, ¿qué es esto que me agobia de ternura?
Mañana inútil: pájaros y flores sin testigos.
La esposa está dormida y a su puerta imploro en vano;
querrá decir mi nombre con los labios incoloros entreabiertos,
los párpados pesados de buscarme por el cielo de la muerte.
Más no estaré en sus ojos para verme renacer al despertarse
y cuando me abra, al fin, preguntará sin voz: ¿quién eres?
El luto de la casa ?todo es humo ya y lo mismo? que jamás habitaremos;
el campo abierto y árido que lleva a todas partes y a ninguna.
¿A dónde, a qué otra noche, irá el viudo por la tarde borrascosa?

Fuentes