Giovanni Palatucci

Giovanni Palatucci
Información sobre la plantilla
Giovanni palatucci 1.PNG
Policía italiano que salvó la vida de miles de judíos.
NombreGiovanni Palatucci
Nacimiento31 de mayo de 1909
Montilla, Nápoles, Bandera de Italia Italia
Fallecimiento10 de febrero de 1945
Dachau, Baviera, Bandera de Alemania Alemania
Otros nombresGiovanni Palatucci
OcupaciónPolicía

Giovanni Palatucci. Policía italiano que dio la vida para salvar a unos cinco mil judíos durante la Segunda Guerra Mundial, actualmente en camino de beatificación.

Síntesis biográfica

Primeros años

Nació el 31 de mayo de 1909 en Montilla, una pequeña localidad cercana a Nápoles, Italia, en el seno de una familia de firmes convicciones católicas. Su abuela era terciaria franciscana y tres tíos carnales suyos tomaron los hábitos en la orden fundada por San Francisco.

Tras cursar brillantemente estudios de Derecho, llega lo que podría llamarse su primera rebeldía en contra de la voluntad de su padre, el que anciaba verle recibido de abogado, al ingresar en la Policía. Su primer destino fue como comisario adjunto en Génova, una ciudad en la que permaneció apenas trece meses, por motivo de una entrevista concedida a un periódico local en la que criticaba el exceso de burocracia en la Policía. Esta segunda demostración de rebeldía tuvo consecuencias decisivas en la vida de Palatucci.

Fue castigado con un traslado al Departamento de Extranjeros de la comisaría de Fiume, entonces italiana y hoy croata. Lo que parecía una ocupación anodina iba a dar un giro radical y definitivo a su vida. Pocos meses después de su llegada, Benito Mussolini promovió las conocidas “leyes raciales”, que reservaban a los judíos italianos el mismo trato discriminatorio y vejatorio que a los alemanes. Se aproximaba la Segunda Guerra Mundial y el Duce intensificaba su acercamiento a Adolf Hitler. Un viraje curioso, pues los judíos habían gozado hasta ese momento de una gran tolerancia.

Epopeya a favor de los judíos

El filósofo Vanzan escribió:

“Y hete que el ‘castigo humano’ se convierte en la ‘vía providencial’ del Omnipotente para dar a Giovanni la ‘oportunidad única’ de hacer tanto bien y salvar tantas vidas humanas”.[1]

Añade el biógrafo que la epopeya ‘palatucciana’ no hubiera sido posible sin el concurso de sus subordinados,

“un equipo formado por policías jóvenes y sencillos, pero valientes y confiados, además de estar perfectamente compenetrados con su jefe.”[2]

Fue así como Palatucci y los suyos lograron salvar a miles de víctimas gracias a “intervenciones rocambolescas y con la ayuda de una eficaz red de solidaridad”.

Cuando era comisario de la ciudad de Fiume (hoy parte de Croacia), entre 1937 y 1944, procuraba dinero, documentos y salvoconductos falsos a los perseguidos del nazismo. Cuando, a causa de su trabajo, deportaba «oficialmente» a judíos, se las arreglaba para que fueran enviados a Campania, instruyendo a «sus» refugiados a que contactaran a su tío, quien les daba asistencia.

En febrero de 1943, Palatucci se convirtió en el jefe de policía de Fiume, y así, en vez de darle a los alemanes información sobre «extranjeros» para ser deportados, destruyó los expedientes, por lo que la relación de Palatucci con sus superiores se tornó muy peligrosa. Un amigo, el embajador suizo en Trieste, le ofreció a Palatucci un pasaje seguro para que huyera a Suiza; él aceptó, pero se lo envió a su prometida, una joven judía. Semejante osadía en una institución tan rígida como suelen ser los cuerpos policiales se explica por su fe. “Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres”, decía.

La cuenta atrás para el martirio de Giovanni Palatucci se inició a raíz del armisticio que Italia, con Mussolini derrocado, firmó con los aliados en septiembre de 1943. La consecuencia fue la invasión de Italia por las tropas alemanas, que afectó especialmente a la zona donde operaba Palatucci. En este escenario, Palatucci ordenó la destrucción de toda la documentación de su departamento relativa a los judíos y pidió al Registro Civil que no emitiera documento alguno sobre los judíos sin avisarle antes. La táctica resultó eficaz, pues entre enero y julio de 1944 Palatucci y sus policías lograron salvar a un millar de judíos.

Descubrimiento de sus acciones

La Gestapo destapó el sistema y el 13 de septiembre de ese mismo año, Palatucci fue arrestado. Acusado de conspiración y enviado a prisión en Trieste, fue condenado a muerte; más su sentencia fue conmutada y se le envió al Campo de concentración de Dachau.

Cuando ya estaba en el tren de la muerte, uno de sus hombres, Pietro Capozzo, enterado de la suerte de su jefe, corrió a la estación, se puso delante del vagón y empezó a hablar en voz alta con la esperanza de que Palatucci lo reconociera. Poco después, cayó una nota de la ventanilla firmada por Palatucci. Se podía leer:

“Capuozzo, da gusto al chico que esto escribe y avisa a su madre de que está a punto de irse a Alemania. Adiós”.

Pensando en los demás, incluso en los momentos más trágicos.

Muerte

Murió el 10 de febrero de 1945, en el Campo de concentración de Dachau, en Alemania, pocas semanas antes de que el campo fuera liberado por los aliados. Tenía sólo 36 años. En 1995 el gobierno italiano le concedió la Medalla de Oro al Mérito Civil, 50 años después de su muerte.

Referencias

Fuentes