Gran sapo de Occidente
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Gran sapo de Occidente. Este animal es la máxima expresión de la fauna anfibia antillana, tal vez de la bufónida del continente americano o del mundo.
Sumario
Descripción
Dichos animales son raros, ya que existe una criminal tendencia entre algunos de nuestros pobladores a diezmarlos, por el simple hecho de considerarlos malditos y repulsivos. Lo que es verdaderamente condenable y repulsivo es la exterminación del más potente controlador de plagas que posee nuestro país. En un solo estómago de esta especie de sapo puede contener un volumen aproximado de alimento equivalente a 40 centímetros cúbicos, constituido mayormente por insectos y escarabajos de tamaño considerable, grandes babosas de aproximadamente dos y media pulgadas de largo por una de ancho, y residuos de materia vegetal. Además por su garganta puede pasar fácilmente un ratón de pequeño tamaño, basándome en que uno de los ejemplares que tenemos en preservación en el laboratorio permite que por su boca pueda introducirse holgadamente el dedo de la mano de una persona adulta.
Controlador biológico
Las evidencias revelan el importante papel ecológico que desempeña este anuro en la regulación de los consumidores de la cadena trófica, en el ecosistema de nuestros bosques tropicales. Es muy factible pensar que la introducción, hace va varios años, de una especie afín de sapo suramericano por el norte de la provincia de Pinar del Río, con la finalidad de controlar las plagas de la caña de azúcar, haya fracasado por la presencia del gran sapo de Occidente en esa zona, el cual resulta un formidable competidor.
Hábitat
Las colectas de donde provienen los gigantescos individuos fueron llevadas a cabo en el valle de Pica-Pica, en Pinar del Río, lugar que ofrece unas interesantes condiciones climáticas y geológicas. En expediciones paleontológicas se capturó un individuo que no cabía prácticamente en la caja de zapatos que lo contenía, y que escapó durante la noche a pesar de habérsele asegurado debidamente la tapa.
Características
Al gran sapo de Occidente, hasta hace muy poco, se lo consideraba de la misma especie que el sapo timbalero; pero un estudio más detallado de sus caracteres morfológicos externos, así como de su forma de cantar, suministraron datos suficientes a los investigadores para diferenciarlos.
En cuanto a su aspecto y dimensiones, los individuos colectados hasta el momento alcanzan 182 milímetros de largo y 78 milímetros para el ancho de la cabeza. La forma de esta última es de media luna y presenta sendas muescas en las crestas carnales. El dorso es verrugoso, de origen glandular. Las parótidas, que son enormes, están situadas detrás de la cabeza y casi perpendiculares a la longitud del cuerpo.
El color general es pardo oscuro con ligero viso rojizo en la espalda. Algunos individuos presentan bandas dorsolaterales y arabescos en los costados y parte del dorso de color amarillo claro. El vientre es blanco con un tinte pardusco, y el color del iris del ojo es verde brillante.
Descendientes
Los juveniles, al nacer, son de color pardo grisáceo por encima, con dos banditas dorsolaterales blancas. Las patas son de color pardo algo más oscuro por encima y más claro por debajo. El vientre es blanco, y en el dorso se perfilan unas figuras irregulares de color pardo más oscuro.
Costumbres
Estos sapos son bastante indiferentes en la forma de pasar el día. Se hallan a la intemperie en pequeñas depresiones del terreno o en las oquedades que forman las rocas de los mogotes. Son habitantes de bosques húmedos y frecuentan las cercanías de los bohíos campesinos.
Reproducción
Ponen huevos en hileras dobles. Son de color pardo muy oscuro en una mitad, blanco en la otra. Miden unos dos milímetros de diámetro.
Hábitos
De sus hábitos de cría sólo se conoce el canto, que es un "coc, cloc, croc, co-croc, cocroc, co-croc, co-croc". Cuando comienza el reclamo lo hace con notas cortas, y después que se "impulsa" cambia la secuencia y mantiene las últimas emisiones.
Su distribución se ubica al occidente de la Isla, desde la parte oriental de Guanahacabihes, en Pinar del Río, hasta el extremo noreste de Matanzas.
Fuente
- Maravillas de la Zoología. Anfibios 2.Editorial Academia 2008.
- Fernández Ricardo, Luis H, “Maravillas de la Zoología, Anfibios 1", Editorial Academia. 2006
- Ruiz García, Fernando N, "Anfibios de Cuba", Editorial Gente Nueva. 1987
