Gregorio Ortega Ortega

Gregorio Ortega Ortega
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Combatiente de la clandestinidad, miembro del Ejército Rebelde
Nacimiento24 de diciembre de 1861
Artemisa, Bandera de Cuba Cuba
FallecimientoBandera de Cuba Cuba
ResidenciaCuba
NacionalidadCubana
CiudadaníaCubana
Conocido porGollo
PadresGermán Ortega y la madre Matilde Ortega

Gregorio Ortega Ortega. Conocido como Gollo, se unió a las fuerzas del Generalísimo Máximo Gómez en el año 1896, cuando la invasión llegó al ingenio El Pilar, hoy Eduardo García Lavandero, en la finca La Enfermería, actual provincia Artemisa.

En 1976, invitado por el Comandante en Jefe Fidel, estuvo presente en la Sesión Solemne de constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, en representación de los abuelos que se habían enfrentado resueltamente al colonialismo español y al imperialismo.

Síntesis biográfica

Fue un niño negro que nació el 24 de diciembre de 1861, en la finca Chacón o Justiniani, perteneciente al entonces municipio de Artemisa. Su padre era Germán Ortega y la madre Matilde Ortega, cuyos apellidos les vinieron de la persona que se hizo cargo de ellos al llegar a Cuba procedentes de África. Era el cuarto hermano de un total de seis. También sus padrinos llevaban ese patronímico, “Bolo” y Justa Ortega; su bautizo tuvo lugar en Puerta la Güira.

Hombre de múltiples oficios

Llegó a ser una figura notable en Cuba aunque nunca aprendió a leer ni a escribir, decía que esa era una suerte para él, porque dirigía sus acciones de acuerdo a la siguiente divisa:

“Nada que esté mal hecho, puede pasar delante de mí, y dado que en el período de la Seudorepública pasaron tantas cosas, de haber tenido plena conciencia me hubiera costado la vida”. [1]

Gollo hablaba de todo, era una enciclopedia de conocimientos prácticos y directos de la vida. Su sentido de observación lo convirtió en un Psicólogo popular, ejemplo, decía:

“Cuando coma, nunca lo haga hasta llenarse totalmente. Cada vez que pueda, coma frutas y legumbres, las carnes secas son menos dañinas que las frescas”. [2]

Prestó a Cuba grandes servicios. Fue pocero, carpintero, desmochador, albañil, cocinero, plomero, carretero, mecánico, surcador, domador de caballos y mulos, agricultor, asador de puercos, libertador…

En Cayado Viejo fue narigonero de cilindro, estos eran tirados por tres yuntas de bueyes con un tanque de agua que se llenaba o vaciaba para agregarle o quitarle peso y según él, a los bueyes se les daba de comer tusa de maíz solamente para que estuvieran fuertes.

Miembro del Ejército Libertador

Poco antes de la guerra de 1895, Gollo se encontraba en el bodegón de Puerta de Güira, que era propiedad de Ramón León. Cuando salió con los mandados para la colonia a pie, se encontró con una pareja de guardias civiles, que estaban jugando al billar y lo llamaron. Allí mismo en el portal, le entraron a golpes con la cuarta, que era un instrumento que tenía en un extremo una cinta de cuero de buey. Le dieron como diez cuartazos. Eso nunca lo olvidó pues le dieron injustamente.

Él escuchaba las conversaciones de las hijas de Pancho Romero, donde él era criado casi esclavo. Ellas hablaban de la guerra, de los mambises, simpatizaban con la causa de los cubanos. Un día le preguntó qué significaba eso y ellas le explicaron que los mambises luchaban por quitar a los guardias civiles. Él se puso tan feliz que gritaba:

¡Ave María, viejo! ¡Qué alegría, viejo!

Poco tiempo después se incorporó al Ejército Libertador, en el año 1896, cuando la invasión llegó al ingenio El Pilar, hoy Eduardo García Lavandero, en la finca La Enfermería, con las fuerzas de Máximo Gómez. Eso sucedió alrededor de la una de la tarde, después de haber hecho una donación de armamentos y balas, del arsenal de la finca y acto seguido se dirigieron a la finca Ingenio Nuevo, donde se encontraba acampado el Generalísimo, al presentarlo dijeron: “un cubano más”, y fue asignado al 1er escuadrón después de la escolta.

El comandante era Benigno Arboláez, según él -un mulato salpicado de viruela y sordo como un cañón que solía decir:

“Sé que hay fuego cuando veo los fusiles echando candela”.

Estuvo con él cinco meses, después pasó a las fuerzas que comandaba Isidro Acea, durante el viaje a Vuelta Arriba, donde llegaron hasta Dos Ríos (unos tres meses). Al regreso pasó a las órdenes del Comandante Emilio Laurent, con él terminó la guerra pero también estuvo al mando del marieleño Pedro Delgado.

En el período de la guerra participó en los siguientes combates: Batabanó, Moralitos, El Jobo, El Corojal; en Tunas, donde cayó combatiendo el General Guerra; y en todos los combates que hubo en la Loma del Rubí.

El combate de Moralitos fue muy importante y Gollo contaba una anécdota de Maceo y Máximo Gómez:

Maceo esperaba las órdenes del Generalísimo y éste se movía inquieto de un lado a otro, en vísperas ya de entrar en acción, pero no se dirigía a Maceo. El Titán se sentía molesto por aquella postergación. De súbito, Gómez se dirige a Maceo: “¡General parece que tiene usted miedo!” El Titán al escuchar esa frase se yergue en su cabalgadura y le contesta con firmeza: “¡Usted sabe bien que Maceo no conoce el miedo, general!” Acto seguido comenzó a dar órdenes, a organizar el ataque inminente. Sorprendidos todos ven como el Generalísimo avanza a pie hacia el enemigo, revólver en mano. A cierta distancia la descarga sobre la avanzada, y esa fue la señal. Leones hambrientos parecían las tropas cubanas, con el machete en la mano dispuestos a cercenar cabezas, recordaba que el enemigo resistía, se asombraba, retrocedía, huyó… varios cientos de cadáveres quedaron tendidos en el suelo, pero los cubanos salieron victoriosos”. [3]

En una ocasión fue asignado por sus superiores para acompañar al Comandante Rogerio Balmaceda, un español que se había incorporado a las fuerzas mambisas y se encontraba enfermo. Con 50 soldados, se dirigieron hacia el sur, por la zona del Corojal y Larrazábal, buscando un sitio propicio para curarlo. El jefe designó un pelotón para buscar reses con que alimentarse, pero Gollo no fue incluido, lo cual lo molestó muchísimo, sentándose en el improvisado cuartel. Estaba de espaldas y no se percató de la cercanía de los soldados españoles, atraídos por una delación.

Al escuchar un ruido reacciona y cuando se vuelve, ve el grueso dela tropa peninsular, casi encima de él. Le dieron el alto pero se puso en fuga, no quisieron tirarle pues lo querían vivo.

Al pasar junto al Comandante Balmaceda, éste recibe un balazo en una pierna y Gollo hace esfuerzo por rescatarlo pero es imposible y recibe la orden de escapar. Se interna por unos matorrales y se cubre con unas hojas secas, escapando después de pasar los guardias. Deambula por todos aquellos lugares hasta encontrar un riachuelo y al no verlo correr le arroja unas pajas para observar el rumbo de la corriente, así toma esa dirección hasta encontrarse con dos hombres que le dan el alto y constata que son compañeros suyos. Por ellos supo que el Comandante Balmaceda cayó como un valiente, machete en mano, haciendo un semicírculo de unos dos metros al que los guardias no podían entrar, ultimándolo a balazos.

Gollo hablaba de la “wacabina”, que no es más que la carne y el boniato frito que los soldados solían llevar en la mochila, ya que le duraba para varios días sin echarse a perder. Cuando no tenían nada que comer se alimentaban con “palmito” [4] y los zapatos se hacían con yagua.

En la loma que se conoce con el nombre de La Gobernadora, en una finca de la misma que se llama Eligio, en Cabañas, les tendieron una emboscada y la tropa tuvo que dispersarse, quedando él solo. Un oficial español lo persiguió muy de cerca conminándolo a rendirse. Éste iba a caballo, pero hizo unos giros, dejó escapar un disparo hacia atrás, cesó la persecución y al cabo de un rato pudo comprobar que el oficial estaba muerto. También tuvo suerte esa vez.

Hablaba muy elogiosamente del Coronal Emilio Laurent, decía:

¡Qué humano! ¡Qué jefe más caballeroso! No podía entender que un hijo o pariente de él se convirtiera en asesino, bajo las órdenes de Batista.

También elogiaba a otros jefes suyos como Isidro Acea, que era muy valiente, igual que Benigno Arboláez y Pedro Delgado.

Después de la Guerra del 95

En la paz ayudó tanto a Cuba como en la guerra o quizás más. Combatió los males de la Seudorepública en la medida de sus capacidades. Como la gran mayoría de los cubanos se entusiasmó con el advenimiento del autentisismo, pero pronto se decepcionó y brindó su apoyo a Eduardo Chivás. Así se lo hizo saber al jefe Auténtico local. Cuando vino a Guanajay el líder Ortodoxo, lo esperó en La Punta para saludarlo. Éste lo abrazó y le dijo:

“Vamos a hacer una nueva Cuba”.

Encabezó la manifestación del 28 de enero de 1953, contra el gobierno de facto, demostrando su antipatía ante los métodos empleados por Batista, siendo fiel a su promesa de no permitir nada mal hecho en su presencia.

Triunfo revolucionario

Al triunfar la Revolución se identificó en cuerpo y alma a ella, defendiéndola donde quiera que estuviera, con la disposición de combatir si fuera necesario.

En 1976, con 115 años, el líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, lo invita para que estuviera en la Sesión Solemne de constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular y formara parte de la representación de los abuelos que se habían enfrentado resueltamente al colonialismo español y al imperialismo. Él se sintió muy orgulloso de ese gesto del Comandante en Jefe.

Gregorio Ortega Ortega:

  • Contribuyó a la causa de la libertad e independencia del pueblo cubano y a su constante lucha por la economía.
  • Se enfrentó a todos los gobiernos corrompidos de la Seudorepública.
  • Marchó codo a codo con los jóvenes, que orientados por Fidel, protagonizaron la epopeya del Moncada, el Granma, la Sierra y la lucha clandestina.
  • Se le vio en manifestaciones contra la tiranía.
  • En los últimos años de su vida era el que izaba la bandera en los desfiles de la semana de la cultura guanajayense.
  • Siempre estuvo presente al lado del busto de Antonio Maceo cada 7 de diciembre y en la colina Justiniani.

Muerte

Falleció en Guanajay, el 16 de octubre de 1985 a los 124 años de edad.

Referencias

Fuentes

  • Anay López Román: Artículo Gregorio Ortega Ortega (Gollo), un guanajayense por opción.
  • Entrevista realizada por la Sección de Historia del Comité Municipal del Partido de Guanajay a Gregorio Ortega Ortega. Diciembre de 1979.