Grotesco

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Grotesco
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Concepto:Plantea exageración premeditada, una re­construcción desfigurada de la naturaleza. Irregular, grosero y de mal gusto. Perteneciente o relativo a la gruta artificial.

Grotesco. Según definición de Batjin, es una exageración premeditada, una re­construcción desfigurada de la naturaleza, una unión de objetos impo­sible en principio tanto en la naturaleza como en nuestra experiencia cotidiana. Su condición de estilo extravagante (se definían sus motivos como ridículos, chabacanos, vulgares o absurdos) extendió el uso del término grotesco como sinónimo de tales adjetivos, incluso de lo irregular, grosero y de mal gusto. También se denomina así lo relativo a las cuevas artificiales.

Etimología de la palabra

Grutesco (del italiano grottesco, y este de grotta -"gruta"-), y que posteriormente se han identificado como habitaciones y pasillos de la Domus Aurea (el palacio que Nerón hizo construir tras el gran incendio del año 64).​ es un motivo decorativo derivado de la decoración de las "cuevas" descubiertas en la Roma del siglo XV.

Grotesco como categoría literaria

Como categoría literaria, lo grotesco es descubierto en el Romanticismo por los escritores, ensayistas (Víctor Hugo, Gautier, Bécquer en España), aunque su práctica, como muestra Bajtin (La cultura popular en la Edad Media y en él Renacimiento), era muy anterior.

Bajtin lo define como «una exageración premeditada, una re­construcción desfigurada de la naturaleza, una unión de objetos impo­sible en principio tanto en la naturaleza como en nuestra experiencia cotidiana, con una gran insistencia en el aspecto material, perceptible, de la forma así creada». Las causas de la deformación grotesca pueden ser, como afirma Pavis, extremamente variables: van desde el puro gusto por el efecto cómico hasta la sátira política o filosófica.

Sin embargo, todas las formas tienen en común la referencia a una realidad que reconocernos y esa mezcla de elementos diversos, que no permiten que nos riamos abiertamente con esta especie de caricatura: así, bajo la deformación de las serranas del Arcipreste se encuentran los temas se­rios del miedo y del amor, Quevedo mezcla vida y muerte, u ojo de la cara y ojo del culo (V. Octavio Paz, Conjunciones y disyunciones). En la literatura contempo­ránea el ejemplo más elaborado de uso de lo grotesco quizá sea el teatro de Valle-Inclán, al menos desde las Comedias Bárbaras, y también sus novelas.

En la Literatura Cubana ha sido Virgilio Piñera un cultivador por excelencia, en sus cuentos se puede apreciar el uso peculiar de lo grotesco.

Gárgolas, esculturas góticas grotescas, que predominan en el estilo arquitectónico

Otras acepciones del término

Estilo arquitectónico

La acepción como estilo arquitectónico deriva del italiano grottesco (de las grutas). El sentido original de la palabra hace referencia a un estilo extravagante del arte decorativo romano que fue redescubierto e imitado en Roma en el siglo XV.

Se descubrieron en esa época varias "cuevas" decoradas, que, según se supo después, eran en realidad habitaciones y pasillos de la Domus Aurea, el complejo palaciego que el emperador Nerón mandó construir tras el gran incendio del año 64.

Se llamó también grotesco al arte inspirado en la decoración de estas supuestas grutas, caracterizado por la presencia de elementos ridículos, chabacanos, vulgares o absurdos, con profusión de adornos en forma de bichos, sabandijas, quimeras y follajes (grutescos).

Estilo dramático

El dramaturgo italiano Luigi Pirandello utilizó el término como sustantivo para su propio estilo teatral naturalista que refleja una realidad entre cómica y trágica.

En el Río de la Plata (Argentina y Uruguay) se llama del mismo modo al teatro derivado del sainete y el vodevil. El primero es a su vez un tipo de representación de comienzos del siglo XX que muestra la vida de los inmigrantes en los inquilinatos (conventillos), con pinceladas caricaturescas debidas a la sorna con que los criollos solían ver a italianos, españoles, rusos o árabes, llegados en oleadas desde los '80 del siglo XIX.

Obra teatral El conventillo de la Paloma (1936), de Alberto Vacarezza (1886-1959).

Estos personajes se hacinaban en cuartos baratos que generalmente compartían un patio. Algunos de los autores de sainetes eran sin embargo hijos de esos inmigrantes.

Estilo criollo

Una pieza destacada de este estilo ha sido El conventillo de la Paloma (1936), de Alberto Vacarezza (1886-1959), cuyo escenario principal es precisamente el patio del inquilinato. En la década de los años '20, el dramaturgo Armando Discépolo introdujo un giro dramático y sombrío en el enfoque de esos ambientes y creó lo que él mismo llamó "grotesco criollo". Las obras Mustafá, Giácomo, Babilonia, Stéfano, Cremona y Relojero, estrenadas entre 1921 y 1934, son tragicomedias representativas de una dramaturgia que influyó en autores posteriores, como Roberto Cossa, Osvaldo Dragún, Carlos Gorostiza y Griselda Gambaro.

El esperpento

El grotesco teatral guarda afinidad con el esperpento, forma dramática creada por el español Ramón del Valle-Inclán, con obras como Luces de bohemia y Los cuernos de don Friolera. Valle Inclán explicó que el esperpento intenta mostrar la realidad en un espejo distorsionante para provocar la reflexión del espectador.

Un ejemplo del uso del grotesco en la literatura

El relato brevísimo Natación (1992), de Virgilio Piñera, constituye un claro ejemplo del uso del grotesco en la literatura.

He aprendido a nadar en seco. Resulta más ventajoso que hacerlo en el agua. No hay temor a hundirse pues uno ya está en el fondo, y por la misma razón se está ahogando de antemano. También se evita que tengan que pescarnos a la luz de un farol o en la claridad deslumbrante de un hermoso día. Por último, la ausencia de agua evitará que nos hinchemos.
No voy a negar que nadar en seco tiene algo de agónico. A primera vista se pensaría en los estertores de la muerte. Sin embargo, eso tiene de distinto con ella: que al par que se agoniza uno está bien vivo, bien alerta, escuchando la música que entra por la ventana y mirando el gusano que se arrastra por el suelo.
Al principio mis amigos censuraron esta decisión. Se hurtaban a mis miradas y sollozaban en los rincones. Felizmente, ya pasó la crisis. Ahora saben que me siento cómodo nadando en seco. De vez en cuando hundo mis manos en las losas de mármol y les entrego un pececillo que atrapo en las profundidades submarinas.
Virgilio Piñera: Natación (relato brevísimo)[1]

Bibliografía

  • Bajtin, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento: el contexto de François Rabelais. Trad. Julio Forcat. Madrid: Editorial Alianza, 1988.
  • Leyva David. Virgilio Piñera y la libertad de lo grotesco. Editorial Letras Cubanas 2011. Premio Alejo Carpentier de ensayo 2010.
  • Garrandés Alberto. La poética del límite.

Fuentes

  • Este breve cuento «Natación» fue tomado de la antología de cuentos Algunas verdades sospechosas de 1992.