Herenio Etrusco

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NombreQuinto Mesio Decio Herenio Etrusco
NacimientoPanonia
Otros nombresErenio Decio
SucesorValente Liciniano
PadresTrajano Decio,Herenia Etruscilla

Biografía

Quinto Mesio Decio Herenio Etrusco, (llamado también Erenio Decio por algunos autores), fue el hijo mayor del emperador Trajano Decio y su esposa Herenia Etruscilla. Gobernó junto con su padre, siendo emperador durante el año 251 d.C. Nombrado César en el año 249-250 d.C., junto con su hermano Hostiliano, luchó junto al emperador contra la invasión de los pueblos godos, en la provincia de Moesia superior. Obtuvo el título de Augusto en el 251 d.C., durante la campaña del Danubio y después de una victoria sobre los godos en la batalla de Nikopolis, pero después, fue sorprendido y derrotado en Berea. En la batalla de Abricio (251 d.C. en Tracia), la tropas romanas fueron derrotadas por el rey godo Cniva y el joven Herenio Etrusco, murió durante el combate. Su padre, el emperador Trajano Decio, también murió. En Roma, Valente Liciniano aprovechó el vacío de poder y se auto proclamó emperador, aunque fue rápidamente eliminado. Muerto T. Decio y su hijo Herenio, los soldados aclamaron como emperador a Cayo Vibio Treboniano Galo, pero el Senado proclamó emperador a Hostiliano. Al final, ambos aceptaron cogobernar conjuntamente.

Durante su Reinado

Durante el reinado de Herenio Etrusco roma entra en una terrible crisis económica y política,estro trae consigo una ola de traiciones por alcanzar el poder y un cambio constante de emperadores, podemos decir que durante este período del siglo tres el imperio romano cae en crisis total.

Crisis del Imperio

La crisis que afecta al “mundo antiguo” durante el siglo III tiene las siguientes características fundamentales:

Es una crisis que no solo afecta al Imperio Romano, sino a todo el mundo antiguo - (Punto que contradice lo dicho anteriormente sobre el valor relativo de la Universalización del concepto de Medioevo. Afirmar que el Mundo Antiguo del que procede el Mundo Medieval incluye en su misma determinación fenomenológica el desarrollo del Lejano Oriente, de las Américas y del propio Africa Negra, es hacer un vasto ejercicio de humanidad. Se da un Fin de un Mundo Antiguo, pero exclusivamente referido a Europa Occidental. Ni Bizancio siquiera experimenta este Fin, que le vendrá un Milenio más tarde. ¿Qué fin de Mundo similar o siquiera paralelo experimentó la India durante este mismo periodo de tiempo? ¿Acaso en América se hunde la Civilización y surge de sus cenizas una Nueva, con una vitalidad propia? La declaración correcta sería justamente la contraria: A saber, la crisis que hunde la estructura imperial romana es un fenómeno, en el tiempo y el espacio, que le afecta exclusivamente a la estructura imperial occidental, y en cuanto que es imposible extrapolar este mismo acontecimiento a China, la India, las Américas, Australia y Africa no cristiana, es este concepto de Mundo Antiguo el que necesita ser revalorado, con objeto de entender definitivamente por qué el Medioevo es un fenómeno exclusivo Europeo Occidental. El Fin del Mundo, a la Manera que se lo adjudicamos a la Europa Occidental no lo experimenta la Europa Oriental Rusa sino con la Caída del Zar. Las Américas viven una experiencia parecida con el Descubrimiento, la China vive en su Mundo Antiguo hasta que llegan los Europeos y no es sino en el XX que entra en un fenómeno tal cual en su día viviera la Europa Occidental, ¡dejar atrás una Era y entrar en una Nueva Era! Porque de esto es de lo que se trata, de la muerte de una Ley y la proclamación de una Nueva, núcleo y nervio de la actividad de la Civilización que surge de la Caída de la Antigua. La India sólo ha roto esa Ley con Gandhi, cuando una Ley Nueva, la del Derecho, ha golpeado la Ley Antigua de las Castas Sagradas y puesto en escena la Ley Universal. Esta es la Experiencia Histórica que viviera Europa Occidental, cuando cae Roma y se levanta como motor y fuerza determinante de la Nueva Civilización, que comienza a edificarse desde las ruinas, una Nueva Ley, la de Cristianismo. Y es importante remarcar esta unicidad sui géneris de la experiencia europea porque sin tener en mente esta experiencia es difìcil entender la mentalidad de las Naciones recién salidas de su "Mundo Antiguo". Algunas, como las islámicas, se encuentrasn aún en fase medieval, acorde a los parámetros de las Edades que Europa viviera. El siguiente punto que le sigue a éste es aún más retórico:

No hay que entender la crisis como cambio de estructuras y caída del Imperio. (Sí y no; no y sí. Las crisis proceden de la perpetuación de una estructura que amenaza ruina por su incapacidad para soportar el peso de la evolución de su masa humana. Crisis contra las que los expertos reaccionan a la manera que los médicos antiguos, desangrando al paciente, los mejores de ellos; los más sátiros aconsejando cortar el cuello para acabar con el dolor de cabeza. Así, los sabios del Siglo XX invocaron la Guerra como un recurso natural para librarse de dicho exceso; una teoría muy en boga incluso en nuestros días, aunque de bocas para afuera el susodicho se proclame más pacifista que la misma Paz. Y es que para esconder las intenciones verdaderas no hay nada mejor que utilizar la pantalla contraria. El Imperio Romano no tenía necesidad de esta retórica moderna porque en su extensa y larga vida la ley de su cuerpo fue la Guerra. El problema le vino y sus crisis surgieron de su Paz. Fue cuando la Paz se fue estableciendo que las crisis republicanas se hicieron mundiales, por así decirlo, debido a la incapacidad del Imperio para convivir con la Paz. El dios de Roma era la Guerra y fue bajo su batuta que Roma conquistó el mundo, y a este fin estaba ordenado todo su edificio. Cuando ya la Paz se hizo - obviando las rebeliones de nuestros queridos bárbaros europeos, los Germanos -, y la Hora de la Paz se acerca, el Imperio se encuentra con que su estructura sufre el Síndrome del Trabajador. La máquina se para y el individuo se muere por la inactividad. La crisis es de estructura, por tanto, y esta estructura era la que determinó la Caída del Imperio. Fue así desde el Origen del Imperialismo allá en Mesopotamia, y sigue siendo así para toda estructura que funciona desde un origen y no sabe adaptarse a los cambios que su propio Principio puso en movimiento. China se encuentra en este impasse, y las llamadas "superpoencias" también. El punto siguiente, vista la retórica del que dejamos, es incongruente consigo mismo. Veamos por qué:

Es más que una crisis exclusivamente política, es total, es decir, política, económica, social, espiritual. (¡Qué facilongo, ¿verdad?! ¿De qué se murió? Oiga, estaba ya hecho polvo. El caso es que el muerto estaba desangrado, tirado en la calle y con las tripas fuera. Pero como era un muerto sin papeles y por las pintas ni era del pais ¿quién va a molestar a la policía con una investigación costosa? Que lo entierren y se acabó: Se murió porque estaba hecho polvo. No tenía padrino, y claro, para prosperar en esta carrera hay que tener padrinos. No basta ser inteligente. Más vale ser listo, pero no tonto, y tener un enchufe que te abra las puertas de la Academia que un genio y no tener padrinos. ¿Por qué se hundió en crisis el imperio romano? Oiga, porque sí, está escrito, a mí no me lo pregunte, Lea, lea:

No es una crisis debida a factores externos (invasión de pueblos bárbaros) sino que también y, fundamentalmente, a factores internos. (Es más, la causa de la Caída del Imperio Romano de Occidente y el Fin del Mundo Antiguo Europeo se reduce exclusivamente a un factor interno: La incapacidad de la estructura de la Civilización Clásica para vivir en tiempos de Paz Universal. Y aceptar, en base a la autoridad de "los medievalistas" que ese Edificio hubiera podido soportar la naturaleza contraria para la que fue levantado es pedirle a la inteligencia que sea consecuente consigo misma y piense. No creo que esta sea la misión de la Universidad. Pues si en el Instituto no se le cultivó esta cualidad difìcilmente va el señorito, cuando el hortelano se ha dedicado a holgazanear, a perder su tiempo con zoquetes. Eso sí: Las consecuencias de esta crisis fueron extraordinarias ya que se dio paso a una nueva etapa que conocemos como “Bajo Imperio”, que en realidad, es una etapa nueva de transición entre la sociedad antigua y la época medieval. Con respecto a los “Medievalistas”, la crisis es importante porque surgen de ella nuevas relaciones socioeconómicas que van a perdurar después y serán la base de la Edad Media. El Alto Imperio, estaba basado en la vida urbana, a partir de ahora, aparecen elementos nuevos: Latifundios y colonato, con sus nuevas relaciones económico-sociales. (Es la propia retórica la que se encarga de, habiendo establecido una premisa falsa, elaborar un sistema de consecuencias que avalen esa suposición barata que le sirve de fundamento. No tocando jamás el núcleo del problema, la bomba de tiempo que estaba en el propio subsuelo histórico del Imperio, "el medievalista" debe desarrollar un modelo no existente, con base en el presente, que le ayude a comprender lo que le es incomprensible no importa por donde le meta mano al tema. ¡Qué Imperio superó jamás un cierto espacio de tiempo! ¿Por qué todos cayeron justamente cuando los conquistadores del mundo vivían felices y comían perdices? La regla es universal y su ley debe servirnos de base. La respuesta es obvia: la maravillosa máquina de guerra imperial se cae en piezas caóticas en cuanto llega al puerto de la Paz. La ley que hace funcionar todo su cuerpo como un reloj perfecto, en cuanto el Imperio no tiene necesidad de esa Ley, su cuerpo se viene abajo. La Guerra, por tanto, es una Bestia que acaba devorando a sus adoradores, pero que mientras están en pleno baile de conquista alucina a todos las naciones sobre las que se impone, empezando por sus propios elegidos, ¡Ah, aq uel sueño de "la Roma eterna"! Esta proclama, cambiando el nombre, antes fue de Nínive, en otro tiempo el sueño fue de Ur de los Caldeos, y sigue la cuenta... fue el sueño que acabó siendo la pesadilla de todos los emperadores y sus imperios. ¿Por qué iba a escapar Roma a esta ley del Universo? Un núcleo, ciertamente, emite unos efectos, y estos efectos son a la vez causas de nuevos efectos. Al parecer "los medievalistas" se limitan a los que ven. Y no tocando jamás el núcleo mantienen vivo el problema.

Interpretaciones Historiográficas

Recogiendo el hilo: Gibbon cometió un exceso de prejuicio contra el cristianismo y de desvelo intoxicante de romanticismo elegíaco añorando hasta lo esperpéntico los buenos tiempos del Imperio Perdido. El valor de su famosa Historia Imperial a título postumo es relativo. La monumentalidad es su virtud; el enfoque, su defecto. La crítica de los expertos hacia la obra de Gibbon es sufiente para desmantelar su teoría de conspiración católica anti-imperial y descubrir al imperialista británico jugándole una mala pasada a su inteligencia desde la trastienda de su memoria.

ROSTOVZEFFOV: “Historia Social Y Económica del Imperio Romano”. Vol. II caps. 9,10,11 y 12. Analizando la crisis, el historiador ruso de la “Escuela Marxista Ortodoxa” traslada al siglo III la problemática de la situación rusa. Ve la crisis como una revolución social llevada a cabo por el ejército que tenía los mismos intereses que el campesinado, implantando un Estado autoritario y entrando en decadencia la ciudad, el mundo cultural, etc. Es una antítesis ciudad-campo. (La interpretación está bien construida pero no se encuentra en las fuentes, por lo que es totalmente discutible)

ALTHEIM: “Los Emperadores Soldados”, “Visión de la Tarde y de la Mañana”, “La Crisis del Siglo III de Nuestra Era y sus Causas”. Historiador alemán de los años 30-40, de ideología nazi, da un valor preponderante a las “razas jóvenes” a las que asimila a los bárbaros respecto a las “razas viejas” que serían los romanos y otras civilizaciones antiguas. Naturalmente, las razas jóvenes serán preponderantes sobre las razas decadentes. Hoy este autor esta olvidado.

SERGEI KOVALIOV: También le da un protagonismo especial al ejército como detonante de la crisis. Es marxista y peca de excesivamente dogmático.

ARNOLD TOYNBEE: “Estudio de la Historia” Alianza Editorial. Es un especialista en la historia de la antigüedad clásica y basa sus teorías sobre las sociedades (morfologías). Afirma que las unidades que debe estudiar la Historia, no son ni las naciones ni los períodos sino las sociedades y civilizaciones en las que se repiten las mismas fases:

Tras un período de turbulencia se llega a la creación de un Imperio universal.

Cuando el Estado universal decae, un proletariado interno crea una Iglesia (comunidad de intereses) y otro proletariado externo da lugar a una migración de pueblos bárbaros. En realidad, esta teoría está montada sobre los últimos siglos del Imperio Romano. El motor que impulsa a las sociedades a seguir este camino es:

Impacto de unas dificultades que hay por vencer.

Incitaciones que mueven a la superación poniendo en juego las fuerzas internas que mueven a la sociedad.

Estos procesos no son colectivos, el desarrollo es de los individuos o de pequeñas minorías creadoras que la masa sigue por mimesis. Cuando el desarrollo se estanca, las minorías pierden el apoyo de la masa que apartándose de ellas, constituye un proletariado hostil y refractario. Desde el exterior, pueblos bárbaros se vuelven hostiles e invaden el Imperio. (Vemos, pues, cómo la búsqueda de las causas de una realidad que explique lo que la Ley por sí contiene, el Imperialismo, en cualquier tiempo y lugar, como sistema de Civilización, es, por vicio inherente a la propia conciencia proimperialista de los autores, la principal razón de su alejamiento del núcleo motor de la Caída del Imperio Romano. A pesar de ser la Historia de la Civilización una continua elevación y ruina del mismo prototipo, pero con diferente collar sin embargo, Romano un día, el anterior Griego o Persa, el próximo Español y el siguiente Británico, etcétera, y desde que el primer Imperio levantó cabeza el destino de todos sus imitadores fue besar el suelo de su decadencia, hundirse en el abismo de su eclipse y pasar con la misma elegancia que el agua del río, que se va y no vuelve; a pesar de esta experiencia, los especialistas, afirmando ser científicos, destierran la experiencia de su horizonte de investigación, poniendo en su lugar sus propios modelos, ora el marxista ora cualquier otro. El factor común que a todos los une es no querer ver la Ley Universal que regula el programa de los imperios, a cuyo determinio no escapa ni uno. Si nosotros observamos con detenimiento el proceso infinito de elevación y caída en el que nuestra Historia es prolija, veremos que la Fuerza que le da a esa Ley Universal su vigencia sempiterna es sin duda alguna el Origen del Imperio, es decir, la Guerra, cuyo sistema le da a todo el edificio su trama y la conduce, inevitablemente, a la tragedia. El Imperio Romano no cayó por ninguna otra causa que por la ruina que estaba escrita en el núcleo de su fundación, que en palabras divinas viene a decir: "Quien a hierro mata a hierro muere". Por testigos podemos invocar a Asirios, Egipcios, Mayas, Babilonios, Hititas, Griegos, y tantos cuantos grandes imperios nacidos para ser eternos impusieron su ley de terror bélico sobre sus vecinos. Esta Causa Central, Nuclear, Madre, genera un mar de consecuencias, y es sobre sus olas que se pierden los especialistas, como gallos de pelea luchando entre ellos por imponer cada cual su visión propia, sin querer comprender que todas las consecuencias que defendieron tuvieron su parte, pero todas ellas proceden de un centro común: La Guerra como cuna del Imperialismo. El Mal que mata todo Imperio no es más que la Paz. La Paz, a la que siempre llegan una vez alcanzada la Edad de Oro de su Dominio, engendra el efecto contrario de la Guerra y, creciendo, la Paz acaba por echar abajo el Imperio, poniendo en escena tantas consecuencias como necesarios sean los hachazos que hagan falta para echar abajo el árbol del Imperio, en sus mejores días tocando con la punta de su gloria la majestad de los mismos cielos. Lo demás, internarse en las búsquedas de causas externas a esta Causa Central Histórica, factor común a todos los imperios, es no aceptar el Hecho de la Autonomía del Universo respecto al Mundo, y buscar una ciencia mediante la que imponerle a la Naturaleza la Ley del Hombre. Ahora bien, que el Hombre pueda borrar del cuerpo del Universo una Ley interna es, de por sí, objeto de estudio para una nueva ciencia, precisamente por objeto la salud de la cabeza).

Fuente