Heriberto Edel Martín Hernández
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Heriberto Edel Martín Hernández. Hijo ilustre del poblado Zaza del Medio, que junto a su hermano Elio y otros combatientes , desempeñó acciones valiosas y en extremo arriesgadas, en la lucha del Ejercito Rebelde contra la tiranía batistiana en los años finales de la década del 50.
Sumario
Síntesis biográfica
Nacido el 16 de marzo de 1938 en la Finca Las Carolinas, Zaza del Medio, en una humilde casita de campo. Su padre, Celedonio Martín Pérez humilde campesino y abnegado agricultor, desde su amanecer peleaba su dura batalla contra la tierra para arrancarle el sustento de su familia a la que Edel aumentaba al convertirse en el sexto de sus hijos.
Su madre Agripina Hernández Marrero, mujer de pequeña estatura, se desenvolvía ligera en las labores del hogar y en la crianza de sus hijos, sin descuidar educarlos en las buenas costumbres y transmitirles el interés por el estudio y la lectura. Ella contribuyó de manera muy especial a que Edel y Elio no solo fueran buenos soldados, sino hombres con facilidades intelectuales excepcionales, que enriquecieron y consolidaron después del triunfo revolucionario.
Si del padre asimilo Edel la abnegación y la tenacidad ante el trabajo honrado y de la madre la afición a los libros, de ambos heredó la honradez y modestia, el recto y justo proceder en todas las esferas de la vida y el deseo de independencia para Cuba. Méritos que también fueron heredados por sus cinco hermanos: Elio, Estela, Elba, Elidía y Emérita.
Desde pequeño, Edel, realizó sus estudios primarios en una escuelita situada en el batey de Porta Prieta . Su maestra Rosa María Jiménez hacia público sus elogios a la inteligencia y voluntad de aquel niño que caminaba dos kilómetros diario para asistir a las clases y siempre se la ingeniaba para ser de los primeros en llegar.
Al terminar Edelito el sexto grado, la familia decide mudarse para el pueblo de Zaza del Medio. Compran una casa modesta en la calle La Palma (hoy Céspedes) y la familia unida, reanuda su duro batallar para subsistir en medio de una realidad asfixiante y corrupta. Como hermano mayor Elio decide ayudar económicamente a la familia. Compra una tiendecita de víveres y Edel, con solo 15 años se desempeñaba como su dependiente.
Inicios en la labor revolucionaria
Con solo 18 años parte Edel para Santa Clara, y por medio de su amigo, Miguel Fonticella, comienza a trabajar en la Botica de Toñito en calidad de dependiente. Aquí comienza a consolidar su ideal independentista y realiza colaboraciones en el naciente movimiento clandestino en la ciudad, al igual que su hermano Elio, radicando en Zaza del Medio.
A inicios de 1958 viene a Zaza a despedirse de la familia: había tomado la decisión de alzarse en las Lomas del Escambray. Sus hermanas llorosas lo abrazan y Estela con resignación le dice:
Edel, tu cabeza te dará consejos. ¡Eso si no lo pierdo antes! –contestó con firmeza. Volvió la espalda, y sin mirar atrás, abandonó la casa. No le importa que lo maten –comentó Estela. Tiene que ser así –afirmaron sus hermanas mientras secaban sus ojos cuajados de lágrimas. Elio aprovechó el momento para reafirmar el sentimiento revolucionario que unía a la familia: El se va para el Escambray, ¡pero nosotros continuaremos la lucha desde aquí!
Esa misma noche, toda la familia comenzó a confeccionar brazaletes, banderas, y banderitas del 26 de Julio. Para mayor seguridad iban para la casa de Andrés Zorro en la salida de Zaza, que junto con su familia apoyaba la labor. Oportunamente, por esos tiempos estaba muy de moda las sayas “Can Can” de amplios vuelos. Estas valerosas mujeres trasladan sus confecciones “subversivas” cosidas con puntadas sobre sus sayuelas, hasta el sitio donde Elio las recogía y se las llevaba escondidas bajo los asientos de su yipe, junto con armas uniformes, alimentos entre otras cosas destinadas al Ejercito Rebelde en las montañas.
Luego de nueve meses, el valeroso grupo de guerrilleros seguía empeñado en su lucha con los bríos de una victoria que sabían cierta. Edel, a pesar de sus recién cumplidos veinte años, era merecedor del respeto y admiración de todos sus compañeros, por sus especiales actitudes de guerrero a pesar de ser bisoño.
Con un exitoso bautizo de fuego, triunfa en su primer combate en Güinía de Miranda y, posteriormente, liberan el poblado de Manicaragua, donde ocuparon abundantes pertrechos de guerra con los que se unieron a la columna del Ché, para tomar a Santa Clara, fundiéndose en un solo y único ejercito que entonaría el canto épico de los fusiles, preludio de la victoria y la libertad de Cuba.
El regreso a casa
Edel decide visitar a su familia en Zaza del Medio: Delgado, sucio, con su pelo ondulado sobre los hombros y el mentón cubierto por su barba risa. Agripina, fiel estirpe de Mariana ve a su hijo entrando nuevamente a casa, ahora convertido en héroe. Una amplia sonrisa y los brazos abiertos, invitaron a la madre al abrazo prolongado al sentirlo nuevamente suyo. La alegría se mezcló con el llantos sus hermanas también lo abrazaron felices. La vos se corrió por todo el pueblo -¡Llegó “Pelencho”! -¡Llegó “Pelencho”!, ( apodo cariñoso puesto por sus amigos debido a sus preferencias por un programa radial humorístico, en el que uno de sus personaje se nombraba así).
La casa se lleno de amigos, vecinos, gente de pueblo. Todos querían disfrutar de la distinción de sus saludos. La muchedumbre creció hasta la calle. Zaza del Medio daba la bienvenida a sufijo ilustre, agradecido y feliz. Al preguntar por Celedonio, su padre, conoce de su ingreso en el hospital de Santa Clara. Allá parte el hijo, convertido ahora en un hombre trascendental, paradigma de los más nobles ideales de humanidad.
Las latas de jugo son depositadas en la pequeña mesita. Las manos quedan libres para el abrazo. Los ojos del anciano brillan recargados de vitalidad. Le muestra al hijo el cristal roto, ya que pesar de las banderas blancas al frente del hospital, éste no fue respetado por los esbirros de la tiranía. También le muestra el lugar donde se guareció durante el tiroteo. Ahora respira satisfecho, disfrutando de la ternura de su hijo convertido en héroe del Ejercito Libertador.
Durante la toma de Santa Clara ninguna bala pudo herir a Edel, pero de quien no pudo escapar de un flechazo dado por Cupido. Allí, en medio de la alegría del triunfo conoció a María del Pilar, bella santaclareña con la que contrae matrimonio. En poco tiempo seria padre de Iliana, una bella niña, hoy ingeniera de aviación.
Luego del Triunfo Revolucionario
Posterior al triunfo revolucionario, le dan la oportunidad de estudiar, y decide hacerse piloto de aviación de combate.
En 1959, Edel comienza piloteando aviones de propelas. Ya desde 1961 vuela choro. Fue alumno, piloto, piloto mayor, jefe de escuadrilla, jefe de base aérea de Holguín, San Antonio de los Baños, hasta llegar a ser sustituto del jefe de la FAR General Zenén Casas Regueiro.
En Playa Girón, tuvo su primer accidente aéreo. Su avión ametrallado cae al mar, y de forma milagrosa logra salvar la vida.
Cada vez que volvia Zaza del Medio, sus visitas eran precedidas por el estruendoso sonido de su avión que pasaba casi a ras de los techos. El pueblo entero salía a las calles a dar la bienvenida a su hijo ilustre, orgullo del pueblo de Zaza del Medio, y como movidos por un resorte dirigían sus miradas al cielo, y la vos corría nuevamente: ¡Llegó Edel! ¡Llegó “Pelencho”!.
Misiones Internacionalistas
Cumple varias misiones internacionalistas de la misión aérea, como en Viet-Nam, Angola, Etiopia, Argelia, El Congo. Por sus extraordinarios méritos de piloto es designado para integrar el grupo de posibles cosmonautas. Viajan a la Unión Soviética para comenzar un curso preparatorio, pero al ser sometido a examen médico le detectaron nódulos en el pulmón derecho, y es enviado nuevamente a Cuba.
Muerte
Después de un riguroso tratamiento médico es intervenido quirúrgicamente en el Hospital Militar de La Habana. Lamentablemente no evolucionó satisfactoriamente y el 18 de agosto de 1981, el inolvidable héroe del pueblo zaceño, dijo su último adiós. Edel era “…de los cubanos incansables que sólo sienten dicha en lo que eleve y mejore el alma de la patria”, como dijera Martí.
Al morir poseía los grados de Coronel y ocupaba el cargo de Jefe de la región central en la base aérea de Santa Clara. Posteriormente el coronel Arnaldo Tamayo Méndez, el piloto cosmonauta que ocupo su lugar, realizaba el vuelo conjunto Cuba-URRSS y se conviería en el primer latinoamericano en viajar al espacio.
Fuentes
- Puig Jiménez, Mayra. Trabajo de diploma. Divulgación de la interpretación de la vida y obra de Heriberto Edel Martín Hernández, Hijo ilustre de la localidad zaza del Medio, 2010.
