Hipólito
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Hipólito . Hijo de Teseo y de Hipólita, reina de las Amazonas; el joven príncipe fue educado en Trecén bajo la mirada vigilante y amorosa de su abuelo Piteo. Era un adolescente bellísimo y casto, que sólo se interesaba por el estudio de las artes y los placeres de la caza; honraba pues a Ártemis, despreciando, en cambio, a Afrodita. Se atrajo el rencor de la diosa del Amor, que pensó vengarse inspirando una pasión violenta e incestuosa a la madrastra del joven, Fedra, hija de Minos y de Pasifae, y segunda esposa de Teseo. Fedra se encaminó a Trecén con el pretexto de edificar un templo a Afrodita y, encontrándose con Hipólito, le descubrió su amor; el joven rechazó con frialdad e indignación sus insinuaciones, por lo que la mujer, herida en su amor propio y furiosa por su fracaso, acusó pérfidamente a Hipólito ante Teseo, diciendo que había intentado seducirla. Su esposo creyó en sus palabras, y encargó a Poseidón que castigase a su hijo. Un día, mientras el joven correteaba con sus corceles a la orilla del mar, un toro enfurecido surgió de las aguas, se abalanzó sobre el coche y asustó a los caballos, que se encabritaron y emprendieron una enloquecida carrera, arrastrando consigo al infeliz Hipólito, que encontró la muerte. Según algunos, el joven fue llevado al cielo, donde formó la constelación del Auriga. Según otros, Ártemis, que sentía predilección por él, pidió a Asclepio que lo sanase y le devolviese la vida. Hipólito, revivido y surgido de los Infiernos, envuelto en una nube enviada por Ártemis, fue identificado por los romanos con Virbio (virbis, «dos veces hombre») y venerado en Aricia junto con Diana. Hipólito recibió también los honores del culto en Atenas y en Epidauro, pero sobre todo en Trecén, donde, por consejo de Diomedes, sus habitantes le edificaron un templo y un altar. Eurípides lo escogió como protagonista de una tragedia que lleva su nombre.
Fuentes
Enciclopedia de la mitología. Escobedo, J. C. - 2011
