Ibias

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Ciudad de Ibias

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Ibias Este concejo está en el extremo suroccidental de Asturias, con una extensión de 331,44 kilómetros cuadrados. Sus principales núcleos por número de habitantes son: San Antolín de Ibias que es la capital del concejo, Villares de Abajo, Luiña, Tormaleo, Cecos y San Clemente. Sus vías de comunicación son difíciles ya que este concejo está flanqueado por altas montañas con altitudes superiores a 1.000 metros. Están constituidas por muchas vías comarcales como la AS-210, la AS-211, la AS-212, o la AS-29, teniendo una distancia a la capital del Principado de 150 kilómetros.

Localización

Limitado al norte por los concejos de Negueira de Muñiz (Lugo) y Allande, Degaña y Cangas del Narcea al este, al sur con Peranzanes y Candín (León), al oeste con Navia de Suarna, A Fonsagrada y Negueira de Muñiz (Lugo).

Capital

Es la villa de San Antolín emplazada en el valle del río Ibias, la villa dispone de una playa fluvial la del Miquelo y de un área recreativa con piscina.

Ayuntamiento

Entre sus edificios destacan el ayuntamiento y la iglesia parroquial, estando ambas edificaciones en la plaza. Desde San Antolín de Ibias arrancan varias rutas de senderismo, la PR.AS-26 Ruta das Pallozas de Santiso, Senda del Oro, y es atravesado por la PR.AS-24 Ruta da Faena

Historia

En esta zona hay una falta de restos de los primeros periodos. Su historia más antigua comienza con los restos de dólmenes, como los catalogados de Seroiro, Pradías, Andeo o Villares de Arriba. Entre sus túmulos están los de Chao dos Moullois que no tienen grandes restos.

Su edad del hierro, aparece marcada por la cultura castreña entre ellos destacaremos los Cecos, Villameirín, Fondodevilla, Sena o Laguía. Ninguno de estos castros ha sido excavado, por lo que no se puede saber cuáles son posteriores a la conquista romana. Lo que sí se puede saber por los restos de explotaciones auríferas que este concejo tiene, es que la dominación del imperio tuvo como objetivo el control de los yacimientos de oro del occidente asturiano. En este concejo es donde se encuentran el mayor resto de minas auríferas. Los asentamientos romanos también explotaron yacimientos de plata en Penedela y río de Porcos, donde aparecieron lucernas y diversas herramientas. Las primeras referencias escritas de esta zona se corresponden al periodo altomedieval y pertenecen a instituciones eclesiásticas que querían enriquecer su patrimonio, así éstas aluden a las fundaciones monásticas de Sante Marie de Zeques y Sancti Antonini de Ibias, la primera incluida en el falso testamento de Fruela II, aunque también hay mucha documentación falsa. Entre los monasterios con influencia en esta zona destaca el de Corias.

En los siglos XI al XIII, ya empieza a tener unas características más propias esta zona, aparece su nombre Ibia o Ibi, como una denominación englobadora de territorios. En esta zona lo que más predomina fue una presencia laica, así la Casa de Ibias o la de Ron, que son de las principales familias locales, ostenta durante un gran periodo este territorio bajo su dominio.

En el siglo XIV, hay que destacar un hecho que marca el poder laico, es el litigio contra las personas herederas de la Casa de Ibias, ya que querían que se les reconocieran todos sus derechos, las gentes del lugar pleitearon alegando que el señorío pertenecía al Príncipe de Asturias sin conseguirlo. La Cancillería resolverá a favor de la Casa de Ibias y esto traerá una tensión antiseñorial. Se fundan los mayorazgos de Ibias y Ron que unidos a los que ya había, creaban una gran zona exenta de jurisdicción ordinaria. Llegando un momento que se definía a este concejo como "concejo de Ybias que es de López Núñez Ron y de otros señores".

En el siglo XVIII, la situación es tensa y hay una gran cantidad de quejas al Rey sobre el poder y abusos de estos señores y en especial de don Miguel de Ron al que se acusaba de haber hecho en la villa de Cecos "coto y jurisdicción cerrada de horca y cuchillo". El Rey mando un visitador y debido a las contundentes noticias del visitador, el monarca decidió embargar algunos cotos. Con la apelación de sus titulares algunos los recuperaron y otros pasaron definitivamente a la jurisdicción ordinaria. Los cotos se habían reducido pero todavía había gran cantidad de ellos. En esta época la actividad agraria centraba la economía del concejo, porque Industria apenas había, únicamente la hidráulica para la molienda del grano.

El siglo XIX, estuvo marcado por diferentes hechos. La guerra de la Independencia, que afectó al concejo de un modo marginal. Más actividad tuvieron las guerras Carlistas, debido a los movimientos de diversas partidas. Lo que se destaca en este siglo, son las modificaciones administrativas, así Ibias ingresa en el partido judicial de Grandas de Salime y más tarde en el de Cangas de Tineo. Luego se irán integrando en el concejo diferentes cotos, aunque todavía quedaran algunos con relativa independencia. Es en este siglo cuando Degaña se separa de Ibias y este alcanza la configuración que tiene en la actualidad.

En el siglo XX, durante la dictadura de Primo de Rivera, la capital municipal se trasladará, por unos meses a Cecos. La guerra civil no tuvo operaciones bélicas de especial trascendencia. Tuvo más importancia cuando concluyó la guerra, la partida guerrillera de Serafín Fernández Ramón "El Santeiro", que siguió peleando durante un tiempo. Lo más destacable en este siglo fue su éxodo rural, la explotación minera de antracita de Tormaleo, que trajo una redistribución de su población pasando su capital San Antolín del décimo lugar por número de habitantes a ser el primero.

Medio Natural

El relieve configura dos zonas topográficamente diferentes, aunque con rasgos similares. Al sur se localizan las alturas y pendientes más abruptas, el resto del territorio se caracteriza por formas más suaves y culminaciones aplanadas. Esto marca un concejo con fuertes contrastes ya que va desde los 200 metros del río Ibias hasta los 2.000 de sus sierras. Ibias es el último bastión del Macizo Central, su cima mas elevada es El Pico Miravales de 1.969 metros de altitud. Otros picos a destacar son: El Pico de Ciallo de 1.549 metros, Las Leiras de 1.427 metros, El Teso del Cortín de 1.201 metros, etc.

Alcornoque

Su red hidrográfica está marcada por el río Ibias que atraviesa el concejo de este a oeste y recibe sus aguas de numerosos afluentes como son: el Forma, el Cervos, el Piliceiro, etc.

En lo referente a su masa arbórea, este concejo ha tenido una fuerte repoblación de coníferas, pero sigue conservando extensas manchas de vegetación autóctona, como alcornoque, castaño, madroño, etc. En su fauna cuenta con urogallos, corzo, jabalí, rebecos y algunos ejemplares de oso pardo. En su territorio se encuentra parte del Parque Natural de las Fuentes del Narcea e Ibias y la Reserva Natural de Ancares.

Arte

Este concejo carece de grandes monumentos pero tiene ejemplos románicos y una construcción popular muy interesante. Se destacan:

Iglesia de San Antolín

La iglesia parroquial de San Antolín de Ibias, es de una sola nave cubierta con bóveda de cañón, ábside semicircular abovedado y techumbre de madera. La nave está separada del presbiterio por un gran arco de medio punto. El ábside se divide en dos zonas separadas por líneas de impostas. En su exterior destaca el pórtico, de finas columnillas que descansa sobre un murete, el edificio y este muro están hechos de pizarra. Su fachada principal es en forma de espadaña de tres pisos, en el primero está la puerta, en el segundo un gran ósculo, en el tercero es el campanario y está rematado por un frontón. Su primera estructura es del siglo XI. Al actual edificio se le fueron haciendo reformas y añadidos que van desde el siglo XIII hasta el XIX.

La iglesia de Cecos. Su nave está cubierta con artesonado de madera, su capilla es abovedada y tiene nervios cruzados para reforzarla. Tiene unos bonitos retablos barrocos del siglo XVIII, de un solo piso y separado de los laterales por columnas terciadas. Tiene una gran decoración en la calle central.

La iglesia de Talasid del siglo XVIII, con cubiertas de madera a dos aguas, tiene capilla lateral y sacristía, Hay que destacar la techumbre de la capilla central que es en forma de artesa, algo muy poco común en Asturias.

El palacio de Tormaleo, construido en dos fases. Su estructura es de tres alas con tres torres cerrado por un muro. La distribución es alrededor de un patio cuadrado y adintelado, de donde salía la escalera de piedra que daba acceso al primer piso. Es de dos pisos, el bajo para cuadra y almacén y el superior para vivienda señorial. La fachada principal está entre dos torres. El cuerpo central se encuentra enmarcado por dos pilastras y el eje central es la puerta-balcón con pilastras y molduras. Las torres son de tres pisos separadas por impostas, las ventanas están enmarcadas por grandes piezas monolíticas. Hay que destacar también su fachada lateral, formada por tres grandes arcos, uno cegado y sobre ellos una galería abierta. Fabricado en sillarejo, piedras para las esquinas y vanos y pizarra para el tejado.

El palacio de Ron o de Barrero, es del siglo XVIII, y es más una casona rural. Tiene una torre central de tres pisos edificada en mampostería y tejado de pizarra a la que se le pusieron dos alas laterales. Tiene otras construcciones complementarias. El recinto se rodea de un muro almenado y sobre la puerta rematada en arco de medio punto, está el escudo tallado en madera con una “R” en el centro.

Entre sus construcciones populares, se destacan sus hórreos con techumbre de pizarra muy típicos de esta zona, las paneras apenas están representadas en este concejo, también hay varias pallozas con techumbre de paja que se utilizan en la actualidad como establos. Se pueden encontrar varios hórreos tallados. Son dos los carpinteros constructores que sobresalen: Domingo Álvarez y Florentino Nogueiro. El primero trabaja a finales del XVIII y principios del XIX, fundamentalmente, en la parroquia de San Clemente, con tallas en las que combina gran número de elementos. El segundo es el carpintero que construye las últimas paneras en el presente siglo, en las que inserta complicados entrelazos, sobre todo en las parroquias de San Clemente y Cecos. Entre las construcciones para los animales, sobresalen las destinadas a las abejas, son los cortíos (cortines), construcciones circulares con muros hechos de mampostería de más de dos metros de altura, con aleros hechos de losas planas, en cuyo interior se colocan las colmenas para protegerlas del oso. En la parroquia de Seroiro, aparecen los talameiros, son pequeñas torres de planta cuadrada y unos tres metros de alto, en cuya parte superior se colocaban las colmenas sobre unos tablones.

Fiestas

En marzo: el día 19, las fiestas de San José en Seroiro.

En mayo: el día 22, las fiestas de San Bernardino en Pelliceira.

En junio: el día 29, las fiestas de San Pedro en Alguerdo

En julio: el día 16, las fiestas del Carmen en Taladrid y el día 22, las fiestas de Santa María Magdalena en Marentes.

En agosto: el día 15, las fiestas de Santa María en Sisterna y la fiesta de la Campan en Tormaleo.

En septiembre: el primer domingo, la fiesta de la patrona de San Antolín.

En diciembre: el día 23, las fiestas de San Clemente en el pueblo de su nombre.

En enero: el 6, día de Reyes una fiesta recuperada de su historia, en el que varios personajes disfrazados piden el aguinaldo.

Fuentes