Iglesia Bautista de Las Tunas

Iglesia Bautista de Las Tunas
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Iglesia Bautista de Las Tunas. es la primera de las protestantes en establecerse en el territorio de Las Tunas, en 1904. Fue auspiciada por el norteamericano José R. Escandell, representante de una de las Juntas Misioneras de los Estados Unidos y apoyado por destacados representantes de la Convención Bautista de Cuba Oriental. Difunden principios de la moral cristiana y contribuyen a la educación ciudadana en parte de la población.

Fundación de la Iglesia

En el pueblo de Victoria de Las Tunas se establece de forma organizada la Iglesia Bautista, el 17 de noviembre de 1904, luego de la llegada del reverendo norteamericano José R. Escandell en julio de ese año, quien alquila una casa donde inicia la labor misionera. En septiembre de 1905 culmina la construcción del templo, se funda así la primera iglesia protestante en el territorio. El edificio era de madera y zinc y situado en la esquina que formaba la calle Becerra (hoy Lucas Ortiz) y Francisco Varona; en este sitio se construye en 1938 la capilla actual. Unos quince norteamericanos de la periferia de la ciudad se afilian a la misma y, en menos de dos meses, cerca de cien cubanos se identifican con el movimiento evangélico, cifra que crece de modo gradual en los años siguientes. Durante los primeros cinco años el templo fue atendido por Escandell, apoyado por los norteamericanos Alberto B. Howell y Hartwell Robert Moseley, ambos superintendentes de la Convención Bautista de Cuba Oriental. Los primeros pastores bautistas de origen anglosajón, se esforzaron por identificarse con la población cubana, sin dejar de mostrar sus costumbres, psicología y teología anglosajona.

Expansión cultural y denominaciones

En 1910, es asignado el primer pastor cubano, el predicador Joaquín Antúnez Benítez, quien logró aglutinar a más de tres centenares de personas, entre adultos, jóvenes y niños, en torno a la Iglesia Bautista, contribuye así a la formación cristiana y cultural en sentido general. Logró la participación masiva de una parte considerable de la población tunera en veladas instructivo culturales, en las que se expresaron las creaciones artísticas: poesías, canciones y representaciones teatrales. En la preparación de los niños, jugó un papel importante la Escuela Dominical, donde, además de infundirles los principios de la moral evangélica, se les inculcaba el patriotismo a través de celebraciones conmemorativas cubanas como el 10 de Octubre y el 24 de Febrero. Al siguiente año es designado el pastor estadounidense Edward W. Watson, junto a su esposa Alice. Las predicaciones eran en idioma inglés. Por gestiones del pastor Watson, se abrió en septiembre de ese año, la Escuela Preparatoria del Colegio Internacional del Cristo que significó un paso importante en la formación de jóvenes tuneros de la clase media que, años después, formaban parte de las figuras impulsoras del progreso y la enseñanza en el territorio. Hasta la década del 30 los pastores: José Pipoll Broton (español), José González Pérez (colombiano), así como los cubanos Francisco Saba, Rafael Delgado de la Cruz y Mariano Duque de Estrada, desarrollaron el trabajo misionero en idioma español, lo cual hizo más accesible la labor cristiana hacia la población cubana; se convierte así, en la primera iglesia que abre paso al protestantismo cubano en Las Tunas. Los bautistas propiciaron la interinfluencia cultural de una numerosa participación de población local y la reducida población anglosajona residentes en zonas periféricas a la ciudad de Victoria de Las Tunas.

Auge del protestantismo cubano

A partir de 1916, inicia el prolongado pastorado del cubano Rafael D. de la Cruz, que se extiende hasta principios de la década de los años 30. En el mes de abril de ese año se celebra la duodécima Convención Bautista Oriental y se crea la Unión Bautista de Jóvenes, en diciembre se establece la Convención del Distrito de Escuelas Dominicales, dos años después se crea la Sociedad Misionera de Señoras. Los proyectos socioculturales estas agrupaciones ampliaron el protagonismo de los jóvenes y niños, por su parte, las mujeres se sintieron activas en la formación de la nación, al tener la posibilidad de colaborar en los servicios cristianos y la difusión del quehacer evangélico en la prensa local. La labor evangelizadora desde esta iglesia se proyecta a una parte de la población, a través de la participación libre en actividades socioculturales como: las veladas conmemorativas; los conciertos; los ritos y ceremonias como: bodas, bautizos y despedida a los fallecidos. En las predicaciones se inculcaban conocimientos de la nueva realidad postcolonial, su aceptación y modos de enfrentarla a partir de los principios de la moral cristiana, la confianza, el optimismo y la voluntad que debían conducir al ascenso económico y social.

Influencia alfabetizadora en el territorio

Además de la influencia de la Escuela Dominical y la Escuela Preparatoria del Colegio Internacional del Cristo, la Iglesia Bautista, patrocina en la ciudad de Victoria de Las Tunas un colegio para los niños, cuyas posibilidades de recibir enseñanza eran limitadas. Desde estas formas de enseñanza, autorizada por la Secretaría de Instrucción Pública y sujetas al Plan de Enseñanza Oficial del Estado se impartían variadas materias como: Gramática, Geografía, Historia Universal y de Cuba, Escritura, Lectura, Bordados, Corte y costura, Comercio, Agricultura, entre otras, que trasmitían la educación moderna a los niños y niñas. De 1914 a 1918 funcionó una pequeña escuela en la parte oeste del poblado de Bartle, creada por iniciativa de la esposa de Mosseley, para ofrecerles instrucción elemental a los niños y jóvenes de aquella zona inhóspita y proporcionarle una influencia cristiana. De este modo, se contribuye a la alfabetización y a permear un estilo de vida en una parte significativa de la población tunera.

Huellas culturales

La música cristiana, vinculada con el culto protestante, es introducida a través de esta iglesia. Se manifestó en ceremonias y actividades culturales, al principio, sin acompañamiento instrumental. En la medida de las posibilidades económicas se adquieren instrumentos musicales que acompañaban el coro protestante. Como parte del repertorio coral foráneo, se interpretan salmos, himnos y alabanzas tradicionales en los actos litúrgicos, inicialmente en forma de música vocal; expresaban así, sus sentimientos religiosos y patrióticos. Los bautista, impregnaron hábitos, normas morales y conocimientos de la Biblia en una parte de la población de estas comunidades, que se expresa en la educación familiar y la continuidad del legado religioso protestante hasta la actualidad. Se interpretan piezas del coral tradicional, pero con algunos cambios, consistentes en una notación musical más compleja.

Fuentes

  • Montero Quesada, José Guillermo. (2010). Presencia anglosajona en la franja central de Las Tunas 1902 – 1935”, con prólogo de Jesús Guanche. Las Tunas: Editorial Sanlope. ISBN: 978-959-251-332-7 (2011).
  • La colonización anglosajona en la franja central de Las Tunas 1902 a 1935. (Tesis doctoral en Ciencias Históricas). Publicada en sección de tesis de la Biblioteca virtual de EcuRed “Enciclopedia Cubana”. Depósito legal: 71205015310 y en bdigital.reduniv.edu.cu/fetch.php?data=585&type=pdf&id=585&db=2