Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles (Pedrola)

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles
Información   sobre la plantilla
TipoIglesia parroquial
AdvocaciónNuestra Señora de los Ángeles
UbicaciónPedrola, Bandera de España España
Arquitectura
ConstrucciónSiglos XVI y XVII

Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de los Ángeles. Es una edificación religiosa ubicada en el municipio español de Pedrola, de la comarca Ribera Alta del Ebro, perteneciente a la provincia de Zaragoza, en la Comunidad Autónoma de Aragón. Esta Iglesia esta dedicada a Nuestra Señora de los Ángeles y fue declarada, junto con el Palacio Ducal de Villahermosa, conjunto histórico-artístico por decreto en enero de 1976.

La estructura actual es el resultado de dos ampliaciones realizadas en los siglos XVI y XVII a un edificio más antiguo del que sobrevive su cabecera absidal, aprovechada como capilla en la nueva fábrica y localizadas a los pies en el lado izquierdo de la nave.

Historia constructiva

En tiempo de don Alfonso Felipe de Gurrea y Aragón (1492-1550) se inició la ampliación del templo cuyas obras se terminaron con su hijo y sucesor, don Martín de Gurrea y Aragón (1550-1581), cuarto duque de Villahermosa, a quien se debe, además, la construcción de la casa-palacio de Pedrola. Se modificó entonces la orientación de la planta del templo, con la edificación de una iglesia de amplia nave única, provista de capillas (en número de seis, tres a cada lado) entre los contrafuertes y cabecera poligonal, en sentido perpendicular al de la iglesia precedente. Como cubierta de nave y capillas se utilizó la bóveda estrellada con claves en yeso de escaso relieve, y como iluminación, ventanas de arco de medio punto localizadas en el claristorio. Doña Luisa de Borja y Aragón (1550-1560), «la Santa Duquesa», primera mujer de don Martín, para acceder más fácilmente al culto desde su vivienda, se hizo edificar un pasaje que, arrancando de lo alto de la parte antigua del palacio actual —extremo occidental del edificio— la condujera, a través de la parte superior de las casas situadas entre el palacio y la iglesia, hasta una tribuna abierta a tal efecto en el interior de ésta. La tribuna, alojada sobre la tercera capilla del lado izquierdo, se abre a la nave mediante cinco ventanas de perfil lobulado y a la propia capilla mediante un vano enrejado abierto en el muro izquierdo de ésta. Constituía la llamada «tribuna baja» y servía para venerar la imagen que se encontraba en dicha capilla sin ser visto desde la nave. La tribuna alta tiene fachada completa al crucero, hecha en madera.

La segunda y última ampliación del templo se realizó por encargo de los duques de Villahermosa don Juan Pablo de Aragón Azlor (1761-1790) y de su esposa doña María Manuela de Pignatelli y Gonzaga. Fue su arquitecto don Juan de Villanueva (1731-1811), amigo personal de los duques. La obra consistió en la adición de un crucero y cabecera recta en el sentido de la nave, más las dependencias auxiliares correspondientes. Los cuatro arcos torales proyectados por Villanueva soportan una bóveda de casquete esférico de poca flecha. Los brazos del crucero se hallan cubiertos con bóvedas de medio cañón con lunetos que cobijan óculos ciegos desde su construcción.

El presbiterio es muy poco profundo y recibe el mismo tratamiento que los extremos del crucero. Desde la capilla mayor, por una puerta practicada en el muro del lado izquierdo, se accede a la sacristía. Es de planta cuadrada que pasa a ser circular en el techo mediante cuatro pechinas que limitan arcos carpaneles en cuyos tímpanos se abren óculos elípticos.

La portada principal, dispuesta en el muro de los pies, obedecía a un estilo severo dentro del barroco seiscientista, hecha a ladrillo, con empleo de pilastras toscanas sustentadoras de un entablamento moldurado coronado por un frontón curvo y partido, rematado en sus extremos y parte media por pináculos terminados en bolas de piedra. La única torre-campanario, se localiza a los pies del edificio en su lado derecho. Merced a una antigua servidumbre de paso se construyó sobre un arco de medio punto, aprovechándose —en parte— para su apoyo, el muro de los pies de la primitiva iglesia medieval. En alzado presenta dos cuerpos, en ladrillo, de planta cuadrada, de análoga composición y cronología (siglo XVII). El remate original pudo ser un chapitel cónico, de ladrillo, al que hubo que sustituir a raíz de una chispa que vino a caer sobre la torre al empezar el siglo XIX, con un tercer cuerpo de forja.

Numerosos son aún los retablos que adornan sus altares. En el lado izquierdo de la nave comenzando por la segunda capilla, se halla el retablo de San Pedro Alcántara, en estilo barroco. El lienzo titular es de carácter tenebrista. En la siguiente capilla se guardan los restos de un retablo seiscientista que se encontraba en la primera capilla del lado izquierdo de la nave y que se desmontó en las obras de restauración. Lo constituyen un banco de tablas pintadas, un cuerpo de tres calles destinadas a contener imágenes y un remate en el que se acomodó un lienzo más antiguo, de gran calidad, que se custodia en la casa parroquial, coronado por el escudo de la familia Urquía, fundadora de la capilla en 1681. En el lado izquierdo del crucero se encuentra el retablo dedicado al Triunfo del Corazón de Jesús, cuya arquitectura diseñó Villanueva, y cuyo lienzo firmó Francisco Bayeu en 1788. En el altar mayor de nuevo colaboraron los mismos artífices, en un retablo de mayor tamaño, dedicado a la Asunción de María, que Bayeu terminó en 1789. En el lado derecho del crucero, una traza similar de retablo enmarca un lienzo de José Beratón (1747-1796), dedicado a la Muerte de San José, que se terminó en 1787. En el muro occidental del mismo crucero se alza el monumento funerario de doña Luisa de Borja y Aragón, duquesa de Villahermosa, mandado edificar por doña Carmen Aragón-Azlor e Idiáquez (1888-1917), en el año 1905. En piedra caliza y estilo neo-plateresco, se debe al escultor Aniceto Marinas (1866-1953). En la primera capilla del lado derecho de la nave se encuentra el retablo de la Virgen del Rosario, erigido por encargo de don José Pérez de Villalba, en el primer tercio del siglo XVIII. Retablo de escultura, de buena factura, en madera policromada. A continuación se sitúa el retablo de Santo Domingo de Guzmán, en estilo protobarroco, terminado en 1636. Pintura de gran calidad dentro de un tenebrismo-naturalista que la aproxima a Francisco de Zurbarán, por el veraz tratamiento de los objetos. En la sacristía y anexos se guardan objetos de interés, además del archivo parroquial. Así, un lienzo con San Ramón Nonato, escuela aragonesa de finales del XVII, de considerable tamaño, que procede de la tercera capilla del lado izquierdo de la nave.

A los siglos XVII-XVIII y XIX pertenece la mayor parte de las piezas de orfebrería, como un hostiero de plata mejicana de comienzos del XVII, un portapaz, del taller de D. Estrada de Zaragoza, de 1758, o un cáliz dieciochesco del platero zaragozano Peral.

Casa adjunta

En una casa contigua a la iglesia parroquial se custodia una serie de objetos sagrados, procedentes de ésta, mientras se restaura el templo. Entre las esculturas, cabe destacar, una Virgen Dolorosa y un San Juan Evangelista, que flanqueaban el Crucifijo traído de Flandes por el conde don Alonso Felipe de Gurrea y Aragón, a comienzos del siglo XVI. Constituían un conjunto que se localizaba en la capilla llamada del Santo Cristo, situada en el tercer lugar en el lado izquierdo de la nave en la parroquial. La fecha de las mismas puede fijarse en el último tercio del XVI, en un estilo romanista de tradiciones navarro-aragonesas. Del mismo estilo y fecha es una Virgen con el Niño, que con el título de Virgen de los Ángeles se veneraba en la primera capilla del lateral izquierdo de la nave. Al siglo XVIII pertenecen dos imágenes, una Virgen con el Niño, repintada en época actual, que se encontraba en la capilla de los Urquía, en la iglesia, y un San Roque peregrino, titular de un retablo situado en la capilla de la Virgen del Rosario, en el lado derecho de la nave. Del antiguo retablo mayor de la parroquia procede una pintura al óleo sobre tabla del pintor Jerónimo Vicente Vallejo Cosida, fechada por C. Morte García entre 1549 y 1552. A este retablo pertenecen además, dos tallas y dos tablas que se encuentran en la ermita de San Sebastián de Pedrola. El tema de la pintura es el de la Resurrección de Cristo, y por su factura «pertenece al mejor estilo de Cosida, próximo al de su retablo de San Juan Bautista (c. 1542-1545) en su capilla de la catedral de Tarazona» (C. Morte).

Casa parroquia

En la casa parroquial se encuentran, procedentes de la misma iglesia, obras valiosas. Así, la llamada Virgen de la Corona, que presidió hasta el siglo XVIII el altar mayor y que por su cronología corresponde a los últimos momentos del gótico en Aragón. Es obra delicada de factura, de tradición germánica, hecha en madera, por un gran escultor, quizá el propio maestro Hans, o alguno de los que colaboraron con él en la talla del retablo mayor de la Seo. Además, un lienzo con la Adoración de los pastores al óleo, obra de estilo manierista realizada por Pablo Esquert, pintor de origen flamenco que vino a España en el séquito de don Martín de Gurrea y Aragón en 1559, estableciéndose en Zaragoza, en donde permaneció hasta la fecha de su muerte, en 1579. Y otra pintura, de las mismas características, con el tema del Matrimonio místico de Santa Catalina, llamada también Virgen de la Rosa, que ocupó en tiempos el remate en el retablo de los Urquía de su capilla en la parroquial. Lienzo de extraordinario interés, perteneciente a la escuela madrileña de mediados del siglo XVII, no lejos del estilo del pintor burgalés Mateo Cerezo (1626-1666).

Fuentes

  • Artículo sobre la Pedrola publicado en la Gran Enciclopedia Aragonesa. Consultado el 15 de septiembre de 2014. (Licencia Creative Commons)
    • Lacarra Ducay, M.ª C. y Morte García, C.: «Pedrola»; Inventario histórico-artístico de la Archidiócesis de Zaragoza, Partido de Alagón (vol. I, 1975, inédito).
    • Morales y Marín, J. L.: «Francisco Bayeu y la casa ducal de Villahermosa»; Rev. A.E.A., núm. 200, Madrid, 1977, pp. 383-396.
    • Lacarra Ducay, M.ª C.: «Una pintura de escuela napolitana en Pedrola (Zaragoza)»; S. de A.A., XXIX-XXX, Zaragoza, 1979, pp. 175-180.
    • Morte García, C.: «El pintor Jerónimo Cosida (c. 1516-1592) en la iglesia parroquial de Pedrola (Zaragoza)»; S. de A.A., XXIX-XXX, Zaragoza, 1979, pp. 167-174.