Iglesia de Salinas de Yocalla

Iglesia Salinas de Yocalla
Información sobre la plantilla
Obra Arquitectónica
Iglesia salinas de yocalla.jpg
Descripción
Localización:Provincia Tomás Frías, cantón Villa de Yocalla, departamento de Potosí, Bolivia
Datos de su construcción
Inicio:1743


Iglesia de Salinas de Yocalla. Erigida a mediados del siglo XVIII, este inmueble es una joya del barroco mestizo de la región altiplánica.

Ubicación geográfica

La iglesia de San Salvador de Salinas de Yocalla está en el municipio potosino de Yocalla, a aproximadamente una hora de viaje de la capital de Bolivia, sobre la carretera de Oruro.

Antecedentes Históricos

La renovación que tuvo en el siglo XVIII la ciudad de Potosí se hizo extensiva a toda la provincia, de manera que la mayor parte de las iglesias de pueblo fueron rehechas en ese siglo. Un grupo muy apreciable de ellas dependió directamente de San Lorenzo y la casa de Otavi, a las cuales imitaron, tal es el caso de la Iglesia de Salinas de Yocalla.

Según el estudioso de la arquitectura potosina Enrique Marco, el templo fue construido por el doctor Don Felipe del Barrio Mendoza, hijo del general Don Lucas del Barrio, Alcalde Mayor de la Villa Imperial y Corregidor de Cinti.

Según inscripciones que datan en la portada del templo, fue concluida aproximadamente en 1747 por el cura párroco de Salinas, doctor Darío, el cual, según las crónicas, no escatimó esfuerzos ni dinero para la construcción del edificio, haciéndolo resaltar en todo esplendor tanto en su exterior como en su interior, dotándolo de un aspecto netamente citadino.

En cuanto al autor del programa e inspirador de las portadas, se dice que tuvo que vivir en Potosí entre los años 1720 y 1750, tener relaciones con el párroco o párrocos de San Lorenzo y debió conocer a la Marquesa de Otavi y al arquitecto Bernardo de Rojas Luna y Saldaña, autor de la Iglesia de Belén alrededor del año 1725.

El templo de Salinas posee una planta singular, de una sola nave con cuatro medias naranjas cubiertas de teja y con alabastro en sus lunetos. El domo del presbiterio presenta una linterna simple y está sustentado por un arco triunfal de piedra. Presenta en su diestra cinco contrafuertes macizos y en el fondo el ábside plano. En el muro de pies, una torre esbelta adosada al lado derecho, de dos cuerpos y rematada en un cupulín, por el lado de la epístola tiene una serie de arcos a manera de arbotantes, siendo sujetado por contrafuertes que reciben los empujes que unen la estructura de la nave con el muro que circunda el atrio. Por el lado del evangelio tiene tres ambientes adosados a la nave (baptisterio, refectorio y sacristía) los que están cubiertos por un arco de cañón corrido.

Descripción arquitectónica

En el espaciamiento, la Iglesia está circundada por un atrio pequeño, quedando su acceso jerarquizado por un arco con pináculos en la parte superior. Aún conserva tres posas de pequeñas dimensiones. Estas son sencillas capillas de planta rectangular cubiertas a dos aguas.

La planta y el edificio de Salinas de Yocalla están totalmente cubiertos por cúpulas. La portada copia fielmente la de San Lorenzo. Se sabe que los ejecutores de las portadas de San Lorenzo y Belén fueron indios, por lo que, debido a la técnica similar, hay que atribuir a las mismas manos a Salinas de Yocalla. Es de suponer que hayan sido los mismos canteros los que hayan efectuados estos trabajos, siendo sin embargo la portada de Salinas la de mayor virtuosismo artístico y soltura.

Interiormente tenía un interesante púlpito y retablos polícromos, los que fueron trasladados a la ciudad de Potosí en la década de los años 70, por una comisión conformada para la recolección de obras de arte de las iglesias que se encontraban en peligro. El altar mayor y el púlpito se encuentran en la Iglesia de San Martín; los altares laterales, lienzos y puertas en las iglesias de San Pedro y San Cristóbal; el mobiliario en las iglesias de San Juan Bautista y San Juan de Dios. En su interior también presentaba una pila bautismal de mármol y un barandado en el coro.

Portada

La portada de Salinas de Yocalla está conformada toda ella en piedra tallada y labrada a bisel, de talla voluptuosa y carnosa por la profundidad de relieve. Es de una sola calle y dos cuerpos conforman el conjunto, el cual se remata con un cuadro. Al igual que en San Lorenzo, se hallan los mismos motivos decorativos: columnas, inidiátides, sirenas, sol, luna.

La composición de esta portada es muy sencilla, tiene arco de ingreso entre columnas que sostienen un entablamento rematado lateralmente por frontocillos curvos dispuestos sobre el eje de los soportes, y un segundo cuerpo constituido por una hornacina flanqueada también por columnas y cantoneras.

Su cuerpo inferior presenta en la parte baja un arco de medio punto flanqueado sobre pedestales con cuadrifolias, por columnas salomónicas con racimos de vides y hojas y cariátides en la parte alta. Los soportes son producto de la fusión de la columna salomónica y la cariátide. Conserva aquella la fila de hojas en el imoscapo y la típica decoración de pámpanos y racimos. . La mitad superior del fuste está constituida por una figura de mujer con amplio faldellín de hojas, como gigantescos pétalos de una flor, que recuerdan, por su aspecto, el fruto seco de los pinos. Las bases son cuadradas como si correspondieran a un pilar y no a un fuste cilíndrico y los capiteles son del tipo corintio, común a otras portadas potosinas.

El entablamento del cuerpo bajo tiene su arquitrabe reducido a una moldura, racimos decoran el entablamento del cuerpo bajo, las jambas y arco de la hornacina superior se encuentran talladas, en afirmación del horror al vacío. No se encuentra un solo espacio libre de ornamentación que se prolonga a ambos lados para incorporar al conjunto las cartonelas laterales en decoración fitomorfa.

En el vano de ingreso, en las jambas y en las pilastras laterales es de notar el almohadillado del intradós y la rosca, en cuyo clave se halla el anagrama HIS. Los temas decorativos se distribuyen en recuadros y cuadrifolias, quedando rehundidas las uniones de los sillares como un recuerdo del almohadillado clásico que rompe la línea semicircular con afán claroscurista. Por otra parte, la moldura que señala el trasdós no llega a la impronta, como si con esa decoración se hubiese querido ocultar el carácter constructivo del arco. En el trasdós vemos decoración en roleos que se acomodan al espacio triangular, en la que destacan ángeles tocando trompetas.

El cuerpo superior se compone de una hornacina flanqueada por columnas y cantoneras. Dos sirenas que tocan el charango flanquean en arquitrabe. En la parte superior, en el paramento del fondo, destacan a ambos lados de la composición los símbolos cristianos tan frecuentes en las representaciones del drama del Gólgota: el sol, la luna en creciente y las estrellas alusivas al cielo prometido a los fieles. La composición responde a un texto de Platón, en que se dice que a cada uno de los cielos corresponde una sirena que con su música produce el movimiento de la bóveda celeste. Además de ser un motivo de los humanistas del Renacimiento, las sirenas tienen claros antecedentes prehispánicos. Los cielos están representados por el firmamento y la música celeste que aparece decorando los flancos altos.

Encima del frontón inferior, sobre la cornisa descansan unos remates que terminan en granadas. Debajo del entablamento, en el trasdós y los cartelones, encontramos inscripciones y fechas que parecen indicar los años del principio y fin de la construcción de la portada. La hornacina central supuestamente albergaba una escultura.

El decorador de Salinas de Yocalla no trata el relieve como lo concebiría el arte clásico o el Renacimiento, sino que está más cerca del sistema antinaturalista siriaco que culminó en el arte bizantino. La ornamentación de fina labra destaca del fondo que permanece en sombra. Hojas y tallos están labrados sobre un canal central que tiende a aumentar ese relieve en vivo contraste de luces y sombras. Elementos decorativos de ascendencia clásica tienen aquí esta interpretación tan distante del sentido estético del arte que les dio vida. Así ocurre, por ejemplo, con las cartelas que decoran los netos de los pedestales, que destacan sus contornos sobre el fondo en sombra.

Pintura mural

El interior de la Iglesia se halla prácticamente en su totalidad decorado con pintura mural, al parecer hechas al fresco y en colores minerales: rojo, naranja, cadmio, verde, azul y negro.

En el intradós de los nichos laterales se encuentran, a la izquierda, motivos decorativos dispuestos en sucesión de cartelas, uno tras otro alegorías a la pasión de Cristo; a la derecha, dos ángeles y decoraciones en estilo rococó polícromos y de muy alta calidad, en los cuales pervive una reminiscencia manierista muy acabada.

En el muro testero encontramos, debajo del dintel del vano del ábside, un rompimiento de gloria en representación barroca y polícroma, cuya escena en cartela está flanqueada por dos querubines y debajo de ella, en los laterales del vano, dos jarrones y representaciones fitomorfas conforman el conjunto. Las columnas de la arquería que sostienen el coro evidencias policromía, en una de las cuales se halla una inscripción y decoración figurativa, al igual que las sacristías, presbiterio y baptisterio.

En el baptisterio, los zócalos representados en cálidos tonos ocres y tonos azules llevan decoraciones en damero del tipo adiamantado de grandes dimensiones.

Fuentes

  • Iglesia de Salinas de Yocalla. En: Pintura mural en el área centro surandina. Viceministerio de Cultura. Dirección Nacional de Patrimonio Monumental. Centro Nacional de Catalogación de Patrimonio Artístico. La Paz, Bolivia. PP. 217-220

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