Injerto óseo

Injerto óseo
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Concepto:El hueso es un órgano firme, duro y resistente que forma parte del endoesqueleto de los vertebrados. Está compuesto principalmente por tejido óseo.


Injerto óseo. El trasplante de hueso consiste en la resección masiva o parcial de un segmento óseo y su reposición por una pieza similar, proveniente de un Banco de huesos. Hoy en día la experiencia clínica ha demostrado que los injertos humanos (autoinjertos y homoinjertos) constituyen el mejor material para la reparación y reconstrucción de procesos que afectan al sistema músculo esquelético. El trasplante de tejido óseo presenta grandes ventajas, ya que es una modalidad quirúrgica con menor morbilidad y ofrece una mejor calidad de vida al trasplantado.

Historia

Los injertos titulares se han impuesto progresivamente como posibilidad terapéutica en casi todos los campos de la cirugía. La idea de transplantar una parte de un organismo sin vida a otro vivo y enfermo ha sido objeto de múltiples intentos fallidos durante décadas.

A partir de los últimos 40 años, con los nuevos conocimientos de la respuesta inmune, se comenzaron a obtener resultados esperanzadores. Los primeros en utilizarse, ya en el siglo XIX, fueron aloinjertos del aparato locomotor. Después de la sangre, el hueso es el tejido humano que se emplea con más frecuencia como injerto.

La demanda de tejidos u otros sustitutos para reconstruir los defectos del aparato locomotor está en constante aumento. La historia del trasplante masivo de hueso se remonta a finales del siglo pasado con los trabajos de Maceren, quien en 1879 utilizó un fragmento autólogo tibial para tratar una pseudoartrosis infectada en el húmero de un niño. Desde entonces se utilizaron fragmentos provenientes de osteotomías o amputaciones, hasta que Josef Horak en 1914 fue el primer cirujano que publicó el uso de hueso procedente de cadáver para reconstruir una resección de un sarcoma.

En su publicación ya habla de que es necesario que el recién muerto (el donante) esté completamente sano y no contenga ninguna sustancia infecciosa que pueda pasar al receptor. No obstante, algunos especialistas como el profesor Mankin atribuyen este invento a San Cosme y a San Damián que, varios siglos antes, implantaron la pierna del cadáver de un africano a un blanco que había sufrido una amputación traumática.

En España fue Sanchis Olmos el pionero en la creación de un banco de huesos, en una época en la que nadie apostaba por ellos. Los principios de los bancos de huesos se plantearon ante los retos de las cirugías reconstructivas, y entre ellas la tumoral.

Utilidad del transplante de hueso

Los implantes de esta clase de tejidos se utilizan para paliar numerosas clases de lesiones, pero las más habituales son los recambios de prótesis de caderas aflojadas o infectadas y las reconstrucciones de ligamentos cruzados de rodilla. Al contrario de lo que sucede en la mayoría de los trasplantes, estas operaciones no provocan problemas de rechazo, ya que los huesos no tienen células vivas. El mayor riesgo, en este caso, reside en la posibilidad de que se produzcan infecciones y para prevenirlas se aplican numerosos controles y medidas de precaución.

Tratamiento antes de la implantación de un injerto óseo

Antes de la implantación de un injerto óseo en un paciente, se extraen muestras de este tejido para realizar con ellas un cultivo microbiológico.

El objetivo es determinar el tratamiento antibiótico que resultará más adecuado para atajar la infección en caso de que se registre un crecimiento bacteriano una vez realizada la operación. Estos cultivos, además, se utilizan como base para controlar la calidad de todo el proceso de transplante.

Las piezas de tejido óseo son solicitadas al banco de tejidos y una pieza destinada a un implante puede ser descongelada y conservada en buenas condiciones durante veinticuatro horas a una temperatura de cuatro grados centígrados.

Un solo donador puede beneficiar hasta 250 personas que recibirán un transplante de hueso. Gracias a los tejidos obtenidos de donadores altruistas se puede mejorar enormemente la calidad de vida de los pacientes al evitar amputaciones, principalmente en casos de pacientes con cáncer de hueso. Se evita la necesidad de realizar otra herida quirúrgica para obtener hueso del mismo paciente evitando con ello dolor, riesgo de infección, lesiones arteriales y nerviosas, así como disminución del riesgo quirúrgico y el sangrado.

¿En que consiste el transplante de hueso?

El hueso nuevo se puede tomar de un hueso sano del mismo paciente (esto se denomina autoinjerto) o de un hueso donado y congelado (aloinjerto). En algunos casos, se utiliza un sustituto de hueso artificial (sintético).

El cirujano hace una incisión sobre el defecto óseo. Se moldea el injerto óseo y se inserta dentro y alrededor del área. El injerto óseo se sostiene en su lugar con clavos, placas o tornillos. Se utilizan suturas para cerrar las heridas y generalmente se usa una férula o un yeso para prevenir lesión o movimiento mientras cicatriza.

Riesgos para esta cirugía

  • Sangrado.
  • Infección.
  • Dolor en el lugar del cuerpo donde se extrajo el hueso.

Fuentes