Islas Egeas del Norte

Islas Egeas del Norte
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Superficie 3900 km² km²
Población 210 000 hab.
Países Bandera de Turquía Turquía
Bandera de Grecia Grecia

Islas Egeas del Norte. Se le llaman a la agrupación de Islas situadas en el mar Egeo Norte y frente a la costa de Turquía, cuentan con características especiales, manteniendo así toda su tradición, belleza, timidez y autenticidad. Aún sin gran infraestructura hotelera y con una comunicación por aire y mar fluida, ofrecen todos los ingredientes para unas excelentes vacaciones. Este archipiélago está formado por islas como Ikaría, pequeña isla montañosa en la que resuena el mito del primer intento9 que hizo el hombre por volar; Lesvos o Mitilini, isla de gran tamaño que ofrece buenas playas y paisajes rurales; la isla de Limnos, que aunque árida dispone de muchos lugares dignos de ver; la isla de Samos, una de las más bellas y situada frente a Efeso en Turquía. Y, finalmente, la isla de Chíos, una de sus joyas más ocultas y aún por descubrir.

Historia

Desde el Mesolítico, el Egeo Norte, al igual que todo el mar Egeo, dejó de ser un obstáculo y se convirtió en un puente que unió a los habitantes de la región. La navegación, el comercio, la economía, la cultura y las interacciones sociales se desarrollaron en el archipiélago y áreas circundantes sobre la base de la comunicación y contacto entre sus habitantes. Esto fue especialmente cierto después del asentamiento permanente en las islas 5000 años antes de Cristo. Las islas Egeas del Norte se encontraban en una posición tal que la navegación y el comercio contribuyeron en gran medida al desarrollo de una importante cultura, que alcanzó su cénit alrededor del año 3000 a. de C.. El crecimiento de asentamientos como Poliochnis en Lemnos, Emporiou en Quíos y Iraiou en Samos, entre otros, son evidencia de la importancia de estos centros en ese momento.

A finales del 2000 a. de C. los jonios se habían ya instalado en Quíos, mientras que Samos y Lesbos estaban en manos de los aqueos. A finales del siglo XII y principios del siglo XI, un momento en que un gran número de personas se trasladaron a Grecia, los eolios llegaron a Lesbos. Desde el siglo VIII al V a. de C. las islas disfrutaron de gran prosperidad en su economía, comercio y artes. Las islas fueron conquistadas por los persas en las Guerras Médicas en el siglo V a. de C. y después de su liberación en el año 468 a. de C. hicieron una alianza con Atenas. Sin embargo, durante la Guerra del Peloponeso (429-404 aC) su lealtad alternó entre Atenas y Esparta. En 338 a. de C. los macedonios llegaron al poder seguidos por Ptolomeo de Egipto. Después de este período las islas sufrieron la misma suerte que el resto de Grecia, convirtiéndose en una provincia del Imperio romano. Durante la época bizantina reinó la calma en el mar Egeo Norte, a veces alterada por las incursiones de bárbaros y piratas.

Después de la conquista de Constantinopla por los francos en 1204, las islas fueron compartidas entre venecianos, genoveses y los príncipes francos. Bajo esta autoridad la navegación y el comercio volvieron a florecer. La caída de Constantinopla en 1453 y la fundación del Imperio Otomano dio lugar a un período de destrucción, saqueo y persecución por las islas. La ocupación también condujo a la disminución de la población cristiana. En el siglo XVI las islas comenzaron a disfrutar de un período de prosperidad.

Los habitantes de las islas participaron activamente en la guerra de independencia de 1821 y la aparición de líderes en la lucha como Lykourgos Logothetis, Kanaris y Papanikolis provocó represalias por parte de las autoridades turcas. Las matanzas de Quíos en 1822 y Psara en 1824 atrajeron la atención de las potencias europeas que ayudaron a la causa griega.

Sin embargo, debido a su posición cerca de la costa de Asia Menor, los turcos no dejaron su dominio sobre las islas con facilidad[cita requerida], no siendo hasta 1912 cuando las islas Egeas del Norte se incorporaron finalmente al Estado griego. Las islas de Imbros y Ténedos, aunque pobladas de griegos, se quedaron bajo soberrania turca debido a su proximidad con la entrada al estrecho de Bosphorus.


Las Islas

  • Icaria, montañosa y de intensa vegetación, evoca al temerario Ícaro, cuyas alas ardieron al acercarse al sol. El puerto de Agios Kirikos en la pendiente de una colina es la capital de Icária, agradable pueblo con balcones donde las flores siempre lucen. Al sur de la isla las playas se descubren a veces por casualidad, o incluso desde el mar, a bordo de barcos que recorren su costa.
  • Agios Efstratios, antaño islote donde encarcelaban a los prisioneros, atrae a los turistas más tranquilos en búsqueda de una paz extrema, que desde su única población habitada se pierden por las playas de la isla a las que en la mayoría de los casos sólo se puede llegar por mar.
  • Lemnos cuenta con poblaciones donde saborear el Mediterráneo como Mirina o Moudros, cuyos restaurantes cocinan con arte el pescado.
  • Chios vio nacer a Homero. Hoy su rica gastronomía se degusta en el barrio viejo del puerto mientras se pasea por sus calles, se conoce su historia en el Museo arqueológico o nos ilustramos en la inmensa biblioteca de A. Korais. Una ruta en profundidad nos llevará a los pueblecitos con encantos medievales, como Pyrgi y Olimpia, o a los castillos bizantinos y sus monasterios, o a sus islas menores.
  • En la isla de Lesbos su capital, Mitilini concentra muchos puntos históricos de interés donde la densa historia que va desde los pueblos clásicos hasta los edificios romanos, bizantinos y otomanos. Y como descanso las aguas termales que sirven de contraste de relax y descanso.
  • La isla de Samos, casi se fusiona con la costa turca. Vinos blancos moscatos, sitios arqueológicos de gran interés, museos con fondos históricos destacados y palacios señoriales se reparten por la isla.

Fuentes