Jóvenes marieleños en la prisión de Ceuta

Jóvenes marieleños en la prisión de Ceuta
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Fecha:12 de octubre de 1895
Lugar:Mariel
País(es) involucrado(s)
Cuba Bandera de Cuba


Jóvenes marieleños en la prisión de Ceuta. Hecho significativo, ocurrido en el municipio de Mariel, Cuba.

Inicio de los Hechos

Si los que iniciaron en Mariel la rebeldía del 68, sufrieron las amarguras de la deportación a Fernando Poo, los conspiradores de la guerra del 95 tuvieron su equivalente en el presidio de Ceuta si es que pudie­ron salvarse de la pena capital.

A la cabeza de muchos de esos jóvenes estaba Ramón, Orta y Maciá, el prestigioso vecino que después y durante dieciseis años, desempeñó con idoneidad y honradez el cargo de Tesorero del Municipio del Mariel. El, con otros catorce jóvenes del mismo pueblo, se encontraba conspirando cuando el 12 de octubre de 1895 fueron todos sorprendidos y puestos en prisión. Con ellos estaba también su medio hermano Tranquilino Isaquis y Maciá, Abelardo Santis Castro y otros hijos de Mariel que detenidos y enviados a las prisiones de El Morro sufrieron, mil privaciones y vejámenes.

Allí, en inmundas galeras a las que cada día llegaban nuevos prisioneros de todas las provincias de Cuba, estuvieron hasta el primero de junio de 1896 en que fueron embarcados en el "Montevideo" rumbo al presidio de Ceuta.

Jóvenes Marieleños Deportados

Los nombres de los marieleños deportados están comprendidos en la siguiente relación en la que también figuran algunos de regiones próximas y otros lugares de Vuelta Abajo.

Son ellos:

  • Ramón Orta Maciá
  • Tranquilino Isaquis Maciá
  • José Alvarez Acosta
  • Miguel Blanco Gómez
  • Luis Padrón Torres
  • Antonio Pérez Pérez
  • Enrique Torres Rodríguez
  • Saturnino Valdés Valdés
  • Ramón Barrios
  • Joaquín Milián Díaz
  • José Álvarez Fiallo
  • Ildelfonso Cervera
  • Nicolás Espinosa Veliz
  • Antonio López Larrinaga
  • Pedro Meireles Soriano
  • Baldomero Pimienta y
  • Narciso Camejo Pimienta.

No todos los que habían sido hechos prisioneros sufrieron esa suerte pues muchos, condenados a juicios sumarísimos, fueron fusilados, y otros como el marieleño Abelardo Santis, fueron cobardemente asesinados.

Camino recorrido con valentía

El día 5 de junio llegaron a Puerto Rico, donde el buque se detuvo tres días para continuar su camino hacia España, fondeando el día 14 en el puerto de la Coruña y desde allí, por Santander y costas por veintiséis días de penoso viaje, hacinados en las prisiones del endeble buque que durante la travesía hubo de resistir los embates de fuerte temporal que amenazó con hundirlo.

Se comprende la alegría con que se recibió el anuncio del desembarco en Cádiz donde confiaban en que serían libertados.

Pero pronto su esperanza se desvaneció; esposados por parejas subieron a cubierta y en botes incómodos los condujeron hasta el muelle donde los esperaba un piquete de la Guardia Civil que entre insultos del populacho los condujo a la sombría cárcel de Cádiz. Allí permanecieron hasta el día 11 de julio, en que atados en cordillera y a pie debían emprender el viaje hasta Algeciras a donde llegaron el día 15 para el 16 embarcar para Ceuta, lugar de su destino.

Allí, en el odioso presidio donde se acrecentaron todos los sufrimientos y privaciones sufridas pasaron los patriotas cubanos más de dos años de martirio. Los deportados de Mariel encontraron en el presidio el único consuelo de la compañía de cultas y prestigiosas figuras cubanas que con ellos compartían los sufrimientos. Entre ellos se encontraban cumpliendo condena Alfredo Zayas Alfonso, Generoso Campos Marquetti, José Rafael Montalvo, José Antonio González Lanuza, Arturo Primelles Agramonte, Antonio Masferrer y Grave de Peralta, Luciano Mustelier, Juan Gualberto Gómez, José Monteagudo, Octavio Zubizarreta y otros muchos que después ocuparon elevados cargos en el gobierno de la República.

Pero también tenían que soportar el repugnante contacto con los más bajos criminales de Cuba y de España que allí sufrían condenas por delitos infamantes como Vázquez Várela el autor del célebre crimen de Fuencarral; Joaquín Alemán, compañero de los hermanos Machín, tan conocidos en Mariel cuya zona asolaron; Manuel García, bandido que había actuado en Remedios autor de horribles crímenes; Antonio Tosco, el criminal de San Julián de Güines; y el terrible anarquista Domingo Mir que tomó parte en el atentado a Martínez Campos y en la bomba de la calle de Cambios Nuevos, en Barcelona.

En esta desagradable promiscuidad pasaron los años de su cautiverio. El 20 de marzo de 1898 se infiltró en el penal la noticia de que España y los Estados Unidos estaban en guerra y la esperanza renació entré los cubanos deportados.

Febrilmente fueron dedicados a la construcción de fortificaciones cuando se temió que los norteamericanos atacasen las plazas española y en medio del nerviosismo de los oficiales y las esperanzas de los cubanos llegó el 4 de julio en que se recibió la noticia de la destrucción de la escuadra del Almirante Cervera. Los trabajos de fortificación fueron suspendidos. El 25 de septiembre llegaron las primeras cartas de Cuba contando el fin de la guerra y el 3 de octubre fue decretada su libertad. El 29 de octubre de 1898 embarcaron para Cuba en el "Isla Panay” y haciendo escalas en Canarias y Puerto Rico, el día 14 noviembre de 1898 llegaron a Cuba los deportados marieleños después de treinta y siete meses, más de tres años de cautiverio y exilio pasando la mayor parte del tiempo en las horribles mazmorras de Ceuta.

Fuentes