Jaume Cabrera

Jaume Cabrera
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Jaume cabrera-triptico.JPG
Nacimiento1394
España
Fallecimiento1432

Jaume Cabrera (1394 - 1432). Fue un pintor catalán, su estilo evolucionó del gótico italiano al estilo gótico internacional activo en Barcelona. (Retablo de san Nicolás, Descendimiento).

Vida

Fue seguidor de Lluís Borrassà, en las obras que con él se relacionan se conserva no obstante el sentido dulce e ingenuo de los Serra, como se advierte en las tablas del retablo de la Ascensión de la iglesia de Santa María de San Martín Sarroca o en las tablas del tríptico con la Virgen entronizada y ángeles músicos del Museo Arqueológico Nacional.

Fue maestro y suegro de Jaume Cirera, pese a haberse opuesto al matrimonio del discípulo con una de sus hijas posiblemente por no dañar las expectativas de su hijo, también pintor, de heredar la dirección del taller.

Obras

  • El retablo de la iglesia de San Martín de Calonge (1395),
  • El de la Vera Cruz y los siete gozos de María de San Feliu de Guíxols (1403),
  • El retablo de San Miguel y San Nicolás de la colegiata de Manresa (1406),
  • El de la capilla de San Pablo en La Bisbal del Ampurdán (1407)
  • La atribuida Piedad procedente de la capilla de Santa Catalina de Torroella de Montgrí, ahora conservada en el Museo de Arte de Gerona.

Retablo de Jaume Cabrera

  • Fragmentos de retablo: 1415-1420
  • Temple y pan de oro sobre tabla, 187 x 127 cm.
  • N.R. 201.135. Donación Manuel Carreras Martí, 1987.
Retable de la Crucifixión de Cristo y 3 escenas de la Coronación de la Virgen

Esta pieza es una composición de dos fragmentos bien diferenciados de un mismo retablo y de un mismo autor. La parte superior, que representa la Crucifixión de Cristo, es el pináculo y la inferior está constituida por tres escenas referentes a la Coronación de la Virgen, que debían conformar la predela del retablo, seguramente las del lado derecho del altar. Las dos piezas están sobremontadas e introducidas en un mismo marco.

Esta obra llegó al Museo de Montserrat sin ninguna atribución precisa. Una carta del donante, del 26 de febrero de 1987, nos informaba que Josep Gudiol Ricart le había dicho que se podía atribuir a Valentí Montoliu (final del siglo XIV1433/1437). Sin embargo no era una obra tan desconocida como parecía, puesto que había sido expuesta en el Palacio de la Virreina en 1945, donde figuró ya con la atribución a Jaume Cabrera, de alrededor de 1400, y como propiedad de D. Joaquim Carreras. La noticia inmediatamente anterior referente a esta obra es una fotografía, realizada en 1903, del interior del estudio-museo que los hermanos pintores Josep (1841-1912) y Francesc Masriera (1842-1902) tenían en la calle Bailén nº 72 de Barcelona, en la que vemos (en el ángulo superior derecho) esta tabla conformada exactamente tal como se encuentra actualmente.

En 1907 Lluís Masriera, hijo de Josep, se hizo cargo del estudio-museo familiar. En 1912 se asoció con el orfebre Joaquim Carreras (1869-1948), y el año siguiente, al morir su padre, abrió el estudio donde guardaba la colección familiar como museo y sala de exposiciones públicas. En 1932 se transformó en la Sala de Teatro Studium, y en esta ocasión se debió dispersar la colección. En el desmantelamiento del estudio-museo nuestra tabla cambió de propietario y fue adquirida por el amigo y socio Joaquim Carreras. Seguramente entonces y debido a la venta de la colección, fue redactado un catálogo donde figuraba la tabla que nos ocupa con el nº 58 y atribuida a Jaume Serra, hecho que no es ningún disparate si tenemos presente que Jaume Cabrera se formó al lado de los hermanos Serra.

La llegada de esta tabla gótica a Montserrat y su inmediata exposición en el Museo, después de una delicada restauración, motivó su divulgación entre los estudiosos y especialistas que solamente la habían conocido por fotografías y referencias. El pintor Jaume Cabrera ocupa un lugar nada anodino en el panorama de la pintura “cuatrocentista” catalana. Es un excelente exponente del paso del italianismo imperante de los hermanos Serra, en cuyo taller seguramente se formó Cabrera, hacia el gótico internacional más elegante de mediados del siglo XV, el de Lluís Borrassà, Bernat Martorell o Lluís Dalmau, que significan la cima del gótico catalán. El primero que descubrió la pintura y la personalidad de este pintor fue el arquitecto e investigador Alexandre Soler i March (Barcelona, 1874-1949) que, buscando documentación sobre la Seu de Manresa, cuando le encargaron la construcción de la fachada neogótica en 1915, topó con el contrato firmado por la Cofradía de San Nicolás de Bari, establecida en la Seu, y el pintor, hasta entonces desconocido, Jaume Cabrera. A partir de este retablo manresano de San Nicolás y San Miguel empezó el trabajo de atribuciones y ulteriores investigaciones, que el eminente párroco Josep Gudiol i Cunill, fundador y responsable de la sistematización del Museo Episcopal de Vic, consideró correcta y la incluyó en su libro de los Trecentistes Catalans. Partiendo de la publicación de Gudiol, en 1938 el investigador americano Chandler R. Post habló también de la tabla de la colección Carreras, que él ya sitúa relacionada a Jaume Cabrera.

Posteriormente la figura de este autor se ha ido enriqueciendo con nuevas aportaciones documentales, muchas de ellas referentes a algunos retablos perdidos o no identificados. El último estudio compendioso sobre este pintor es de Marta Piñol i Lloret, de la Universidad de Barcelona, todavía inédito, que estudia con criterio crítico toda la documentación y cataloga la obra considerada cierta, que queda circunscrita a doce tablas entre las que ocupa un lugar muy destacado la de Montserrat.

La pintura de Jaume Cabrera asume ya un cierto aire del nuevo estilo gótico que los especialistas califican de internacional, pero conserva aún de manera muy determinante el poso de la influencia italiana, que predominaba en la segunda mitad del siglo XIV, y que Cabrera mantuvo en toda su obra conocida. En todo momento se manifestó como un artista refinado, de un humanismo lírico que se complace en la representación de los detalles que configuran la vida popular y ciudadana, tanto por lo que respecta a la indumentaria como a los utensilios, y que sabe hacer actuar a los personajes con una sensibilidad naturalista, clara, sencilla y agradable. Josep de C. Laplana, director del Museo de Montserrat

Retablo con la Virgen y el Niño y ángeles músicos

  • Barcelona
  • Primer cuarto del siglo XV
  • Pintura al temple sobre madera 75,5 x 123,5 cm
  • Procedencia desconocida
  • MEV 1948
Retable de la virgen y jesús y ángeles músicos

El uso de esta estética italogótica contrasta con la nueva corriente estilística del primer gótico internacional que en los mismos años ya utilizaban Lluís Borrassà y Joan Mates, por lo que debe considerarse a Jaume Cabrera un pintor de gusto conservador, posiblemente el último representante de aquel mundo artístico desaparecido del trescientos.

El centro de atención de la pintura es el Niño Jesús, sentado en el regazo de la Virgen –representada según la tipología de la Virgen de la Humildad, sentada en el suelo sobre un cojín–, que juega con un jilguero que vuela, y que tiene cogido en la mano con una cinta. A su lado, unos ángeles tocan instrumentos musicales creando una de las atmósferas más líricas y poéticas de la pintura gótica catalana.

Fuentes